Te quiero siempre • Eva y Hugo •

capítulo 15

Eva

Me despierto por el sonido del despertador estridente de mi amiga, la cual se levanta de un salto al igual que yo.

—que sueñooooooo -dice quejándose mientras nos vestimos-
—dormiremos en el avión
—menos mal...estas ojeras necesitan descanso -dice señalandomelas-

Después de vestirnos, maquillarnos y arreglarnos salimos de nuestra habitación, donde vemos llegar a Maialen con sus 2 maletas llenas de ropa y su guitarra.
Una vez listas las tres nos dirigimos a coger un taxi para el aeropuerto. Samantha me había dicho que al ser tantos íbamos a ir en dos coches y que los chicos saldrían después de nosotras, ya que tenían que esperar a ese tal Bruno.

Si os preguntáis donde llevo la mochila, la verdad es que en ningún lado, no pienso tocar un libro en todas las minivacaciones, cuando vivía en Galicia siempre que nos íbamos de vacaciones mi madre me obligaba a llevar libros para estudiar, y si se me olvidaban me compraba un cuadernillo de verano, los cuales odiaba. Estas vacaciones me van a servir para despejar mi mente y aclarármela también.

—donde están los chicos?! -dice sam desesperada- llevamos aqui mas de media hora, y el vuelo sale el menos de 15 minutos!
—relájate titi que seguro que están al llegar - dice mai-

Algo que he aprendido sobre Mai estas semanas ha sido que aparenta normalidad cuando en verdad por dentro se esta muriendo de los nervios, y es que yo creo que lo hace para no contagiar los nervios a los demás, y a mí, la verdad, me calma, en mis dos amigas, llevo la locura y la tranquilidad, luego estoy yo, que soy un punto intermedio entre las dos.

—como pueden llegar tarde siempre a todo? - dice samantha al punto del colapso-
—dejar de quejaros, que ya hemos llegado - dice Hugo apareciendo detrás nuestra, iba bastante guapo, se había puesto unos pantalones cortos para la ocasión y una camiseta corta un poco abierta, además se había puesto unas gafas de sol que no pegaban nada con el tiempo aqui, pero seguramente con el de allí sí, en definitiva me quede mirándole como una boba, hasta que sam me cogió del brazo sacándome de mis pensamientos-
—ala, arreando que es gerundio
—amor, vamos a desayunar no? -dice flavio poniéndole cara de corderito-
—ja, de eso nada, llegáis tarde os quedáis sin desayunar, venga, os quiero ver desfilando como los soldados que van a la guerra, que quedan...8 MINUTOS!

Algo de lo que también me he dado cuenta es de lo mandona que es Samantha, tanto en el buen sentido como en el malo, cuando hacemos tareas esta bien tener una portavoz pero otras veces se pasa y se lo tenemos que decir, en eso solemos chocar, porque ella es muy mandona y yo muy cabezota, entonces, ya os podéis imaginar, un caos.

Ya habíamos facturado las maletas, antes de subir al avión habíamos aclarado los asientos, y aunque Sam estuviera cabreada porque hubiesen llegado tarde no podía evitar sentarse con su querido Flavio, y Maialen también se sentó con su acompañante, Bruno. Vaya, que no me quedo otra que sentarme con Hugo, en verdad tampoco me importaba, tendría mas tiempo para hablar con el, desde que vinimos todo ha pasado tan deprisa que apenas nos ha dado tiempo a hablar mas de 5 minutos.

Nada mas entrar nos sentamos en nuestros respectivos sitios, a decir verdad estaba nerviosa, nunca había volado sola, es decir, siempre había volado con mi madre, incluso para venir aqui vine en tren, espero que mis nervios no me jueguen una mala pasada en el avión, intentare dormirme, o ver alguna película.

El avión empezaba a despegar y mi respiración iba subiendo cada vez mas, cosa que hugo se dio cuenta.

—oye
—dime...
—cierra los ojos
—como?! hugo estas loco, estamos a punto de despegar, yo... - no pude seguir hablando ya que me tapo la boca con la mano-
—cállate y hazme caso anda
—vale...