Parte 5

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Permítanme hacer una pequeña disculpa por ese corto tiempo en el que no he aparecido en estos lugares tan recónditos como Wattpad...

Se que muchos estuvieron pidiendo la continuación de esto. Los mas allegados a mi saben las razones. Pero si aún le interesa la historia le intentaré dar un final.

Por qué... ¿Que son unos dos años de ausencia y suspenso? End Game fue más deseado y todos esperamos un año. Hehe.

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Oh... — El rubio dejó escapar un suspiro, parecía algo triste por la situación en la que se encontraban. Con el Castaño dándole la espalda daba ilusión a que deseaba estar solo. — ¿Quieres que me vaya?

Por un momento el ambiente se había vuelto incómodo y silencioso. Estaba casi confirmado para él de ojos verdes que el menos deseaba tener soledad. Una cantidad de pensamientos se le pasaron por la mente.

‹‹ ¿Pero qué demonios se me pasó por la cabeza? ››

‹‹ Me acaba de perdonar y yo lo hago hacer todas estas cosas sin saber si estaba de acuerdo con esto. Mal de tu parte Peter Quill... Debe estar pensando que no tomé en serio sus gustos y ahora me estoy burlando de su preferencia... Soy una mala persona... ››

El más alto en la habitación estaba torturándose como si hubiera cometido el crimen más grande de todos los tiempos al tomar a la ligera al que consideraba su hermanito.

N-No... — Trató como pudo de no voltear y encararlo, estaba avergonzado hasta la médula. Así que con toda la fuerza de voluntad que le quedaba, decidió no verlo.

¿Entonces...? — Hubo una pausa igual de larga que la anterior, ninguno de los dos parecía querer enfrentar la situación que ambos habían causado.

El mayor de los dos tomó un poco de aire y se levantó de la cama. Hizo crujir la madera, fue un sonido que los sacó de su burbuja mental. Ahora ambos eran conscientes, o por lo menos más, de lo que estaba pasando.

Scottie... ¿Te encuentras bien? — La voz preocupada y tímida del rubio hizo que el cuerpo del mencionado temblara casi por inercia. Era tan manejable cuando se trataba de Peter.

Quill. — Intentó sonar lo más calmado que su nervioso cuerpo era capaz de soportar. — Antes de que esto se ponga raro entre los dos... — Una nueva pausa, no tan larga como las anteriores, se hizo presente ante ambos. — ¿Puedes esperarme un momento en la sala? — Esperó la respuesta del contrario. Ya su cuerpo estaba empezando a tornarse carmesí.

¿Estás bien? — Replicó con el mismo tono de preocupación. El cuerpo del menor empezó a temblar con más notoriedad. Esta vez Quill fue consciente de este acto. — ¿Tienes frío? — Se acercó más de lo que estaba al ponerse de pie. — ¿Te sientes enfermo? — sus manos se posaron en los hombros ajenos. — Sé que no eres un chihuahua. Por favor dime que es lo que pasa. — Su broma de mal gusto ayudó a que el ambiente se sintiera menos tenso.

Peter Quill se impacientó al no recibir una respuesta clara de lo que le estaba pasando a Scott sobre la condición que estaba afectando su cuerpo para tenerlo como maracas en fiestas regionales.

Con un suspiro y una mirada decidida volteó al cuerpo frente a él que aún le estaba dando la espalda, para que por fin pudiera encararlo. Le dio una sonrisa para que pudiera calmarse y apaciguar lo que sea que lo tenía mal. Este era consciente de que causaba sus sonrisas en el más bajo.

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