CAPÍTULO 30 - QUÉ EXCUSA USASTE PARA PEDIR UN PERMISO
La somnolencia y la borrachera de Mei Chuanqi desaparecieron sin dejar rastro. Se frotó el interior del muslo dolorido y bramó: "¿Por qué me pellizcas el muslo?"
Feng Jingteng apartó la mano y frotó suavemente los muslos rojos y retorcidos: "Dime, ¿quiénes son exactamente las personas de esas palabras que dices?"
Su tono era muy suave, como si estuviera engatusando a un niño para que se durmiera. Sin embargo, Mei Chuanqi no pudo evitar un escalofrío, sintiendo que si no contestaba bien a esta pregunta, el interior de su muslo podría volver a lesionarse gravemente.
"Es mi amigo en la cárcel".
Los ojos oscuros y fríos de Feng Jingteng finalmente recuperaron un rastro de calidez. "¿Tu relación con él es muy buena?"
"Regular".
El dolor de su pierna se disipó lentamente, y el mareo volvió a golpear. Mei Chuanqi sacudió la cabeza, tratando de aclarar su mente.
Cuando Feng Jingteng vio que mencionaba a "Yan", no pareció preocuparse por él en absoluto. Sólo entonces lo abrazó satisfecho, se tumbaron juntos en la cama, le dio unas palmaditas en la espalda y le dijo: "Vete a dormir".
A Mei Chuanqi le daba vueltas la cabeza y no tenía fuerzas para discutir por qué estaban los dos tumbados en la misma cama.
Se dio la vuelta y se quedó dormido.
Hasta el mediodía del día siguiente, Mei Chuanqi no se despertó de su sueño. Al ver una habitación desconocida, su expresión se volvió fría y la somnolencia de su cabeza se disipó inmediatamente. Se volvió extremadamente lúcido.
Miró a su alrededor con atención. Cuando vio el estante de fotos en la mesita de noche, se quedó atónito. La persona que aparecía en la foto era él, con un uniforme militar.
¿Dónde está esto?
Mei Chuanqi se acercó a la ventana francesa y miró hacia fuera. Fuera de la ventana había un gran y frondoso césped, y un poco más lejos había un lago y un bosque. El ambiente era extremadamente tranquilo.
Se masajeó las sienes doloridas y recordó vagamente que Feng Jingteng fue quien le ayudó a salir del hotel anoche después de la cena.
¿Podría ser ésta la casa de Feng Jingteng?
Mei Chuanqi se dio la vuelta. No pudo encontrar su propia ropa, ni pudo abrir casualmente el armario de los demás. Sólo pudo sacar una toalla del cuarto de baño y se lo puso alrededor de la cintura.
Cuando vio el cartel de la puerta, se sobresaltó de nuevo. Abrió de un empujón una de las habitaciones y vio que el mobiliario era casi exactamente el mismo que el de su casa.
Mei Chuanqi salió de la habitación y se dirigió al lado del estudio de Weiwei. Vio que Feng Jingteng tenía al niño en brazos y estaba sentado frente a la mesa, enseñándole seriamente a escribir complejos ordenadores de fotones.
Mei Ri era extremadamente inteligente. Mientras le explicara la situación de forma casual, sería capaz de entender aunque fuera un poco.
Tras recibir los elogios de Feng Jingteng, sus hermosos ojos se curvaron mientras sonreía con complacencia.
Cuando Feng Jingteng escuchó la risa del niño, no pudo evitar reírse. Sus finos e inigualables labios se curvaron en una encantadora sonrisa.
Esta escena hizo que Mei Chuanqi se quedara boquiabierto. Si fuera un simple transeúnte, sin duda habría pensado que Feng Jingteng y Mei Zheng eran una pareja de padre e hijo.
Mei Ri se fijó rápidamente en la persona que estaba en la puerta. Sus ojos brillaron con fuerza y se deslizó emocionado del cuerpo de Feng Jingteng: "¡Papi!".
Corrió hacia él y se abrazó a los muslos de Mei Chuanqi.
Mei Chuanqi no se creyó sus palabras y colocó ambas manos sobre su pecho, sonriendo mientras lo miraba: "Si no recuerdo mal, hoy todavía vas a la escuela".
"Papá, estoy de permiso".
Mei Chuanqi levantó las cejas: "¿Ah, sí? ¿Qué excusa usaste para pedirlo?"
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