ᴇʟ ᴘᴇϙᴜᴇɴ̃ᴏ ᴡᴇɪᴡᴇɪ 《𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 𝟙》

CAPÍTULO 63 - EL SUCESOR

Mei Chuanqi se dio la vuelta con el niño en brazos y vio a un hombre que llevaba un traje y una máscara blanca con el cabello largo de color lino atado en una cola de caballo, de pie detrás de él, entonces, muy suavemente, tomó al niño en sus brazos, "Chuanqi, felicidades por haber salido de la cárcel."

Mei Chuanqi sonrió sinceramente, "Tío Ang, mucho tiempo sin verte".

El tío Ang al que llamó no era otro que Ang Si, el mentor que lo había entrenado en aquel entonces, y también era el guardaespaldas personal del Viejo Ancestro, quien, según los rumores, había seguido al Viejo Ancestro durante más de doscientos años, y que era extremadamente leal al ancestro, por eso el Viejo Ancestro confiaba mucho en este hombre.

Para Chuanqi, Ang Si era como su otro padre. Aparte de enseñarle seriamente, también le daba el cuidado y el calor que no había recibido de su propio padre. Como resultado, los dos eran muy cercanos como padre e hijo.

Sobre la máscara helada de Ang Si, Mei Ri le dio un beso: "¡Abuelo Ang, hola!"

"Weiwei, hola". Ang Si le entregó un caramelo a Weiwei con una sonrisa, y luego, mirando a Mei Chuanqi, dijo: "Ya que sabes que ha pasado mucho tiempo que no me has visto, ¿por qué no viniste a verme cuando saliste de la cárcel?". Mientras hablaba, no había ninguna queja en su tono.

Mei Chuanqi se rió: "¿No he venido a verte ahora?". No se apresuró inmediatamente a visitar a Ang Si, porque Ang Si siempre estaba al lado del Viejo Ancestro todos los días. Si viniera a ver a Ang Si, definitivamente se encontraría con el Viejo Ancestro. Sin embargo, con su situación actual, no tenía cara para ver al viejo ancestro.

Ang Si miró a los lados de Mei Chuanqi y preguntó con duda: "¿Por qué no veo a Yunqing?"

Mei Chuanqi miró a su hijo en brazos de Ang Si. "No se encuentra muy bien, está descansando en casa".

Tras decir eso, recibió la mirada despectiva de su hijo.

Ang Si no dudó de él: "Ven, acompáñame a ver al Maestro". Cargó al niño y se dirigió a la villa.

Mei Chuanqi dudó un momento, antes de seguir a Ang Si.

Dentro de la sala principal, los jóvenes de la familia Mei hacían cola para entregar sus regalos de cumpleaños al Mayor en el asiento principal, pronunciando todas las palabras de felicitación auspiciosas.

El anciano del asiento principal llevaba un traje negro con un dragón dorado bordado. Tenía unos rasgos faciales atractivos, y sus ojos eran agudos y estrictos. Con sólo un ligero barrido de su mirada, era suficiente para hacer temblar las piernas de los juniors que estaban frente a él, obviamente tenía la cabeza llena de pelo plateado, pero su cara estaba muy bien cuidada, sólo había unas finas patas de gallo en las esquinas de sus ojos, si no estuviera sentado en el asiento principal, la gente nunca pensaría que ya tenía trescientos noventa años.

El rostro de Mei Feichen estaba inexpresivo mientras observaba a los juniors que le daban regalos de felicitación, al escuchar las palabras de felicitación de los juniors, un toque de impaciencia brilló bajo sus ojos mientras su mirada se dirigió frecuentemente hacia la entrada principal. Cuando vio la figura de una persona que entraba por la puerta principal, sus ojos tranquilos y sin perturbación de repente brillaron con rayos de luz que no conocía.

En el momento en que Mei Chuanqi entró, vio a Mei Feichen sentado en el sofá del centro de la sala. Detrás de él, había diez guardias vestidos con el mismo atuendo que Ang Si.

Había casi un millar de guardias así al lado de Mei Feichen, y normalmente, todos ellos llevaban máscaras y no revelaban sus verdaderos rostros. Incluso Ang Si que era muy cercano a él, nunca había visto su verdadera apariencia.