Esa noche, Mei Zhen estuvo feliz durante toda la noche porque Mei Chuanqi y Feng Jingteng durmieron juntos con él. Antes de irse a la cama, el niño dio a cada uno de los adultos un beso de buenas noches.
Feng Jingteng levantó la parte superior de su cuerpo y besó ligeramente la frente del niño y de Mei Chuanqi.
Mei Chuanqi, que recibió el beso de buenas noches, se sobresaltó ligeramente. Desde niño, a excepción de su hijo y del pequeño de la foto, nunca había recibido un beso de buenas noches de nadie. Incluso su padre y su abuelo nunca lo habían besado antes de irse a la cama.
"Papá, ¿dónde está tu beso de buenas noches?" Mei Zhen miró expectante.
Mei Chuanqi volvió a la realidad, sonrió y besó la frente de su hijo.
Al ver que su padre no se movía después de besarlo, Mei Ri hizo un mohín de insatisfacción: "Papá, aún no le has dado un beso de buenas noches al tío Feng".
Feng Jingteng asintió: "Cierto, ni siquiera me has dado un beso de buenas noches".
Al ver sus rostros emocionados, el rabillo de los ojos de Mei Chuanqi se crispó, pensando que no era la primera vez que besaba a Feng Jingteng, así que, tras un momento de duda, apoyó la parte superior de su cuerpo y se acercó a Feng Jingteng.
Cuando se encontró con ese par de profundos y encantadores ojos negros, los latidos de su corazón se aceleraron de repente. Sin atreverse a pensar demasiado, besó rápidamente a Feng Jingteng en la frente y se volvió a recostar en la cama.
Como si hubiera visto la vergüenza de Mei Chuanqi, la comisura de la boca de Feng Jingteng se curvó en una leve sonrisa.
Mei Ri cerró los ojos con satisfacción y se fue a jugar al ajedrez con Zhou Gong. Mirando el angelical rostro dormido de su hijo, Mei Chuanqi sonrió y también cerró los ojos.
Feng Jingteng se acostó de lado, inmóvil, mientras miraba al padre y al hijo que se dormían lentamente, tocando el lugar donde Mei Chuanqi le había besado, la sonrisa en sus labios se hacía cada vez más grande.
Cuando el padre y el hijo se durmieron profundamente, se sentó en silencio, movió al niño que dormía en el centro hacia un lado y abrazó a su compañero mientras dormía satisfecho.
~●•●~
A la mañana siguiente, temprano, Mei Chuanqi se despertó de su sueño y no vio la figura de Feng Jingteng. Su corazón se llenó de una sensación de pérdida que ni siquiera él había notado.
Pensando que hoy era el cumpleaños del antepasado, no se atrevió a volver a dormir. Se apresuró a despertar a su hijo, se lavó y bajó al salón principal para desayunar.
En ese momento, había cuatro personas sentadas en la mesa del comedor del gran salón. Dos de ellos eran Mei Zhendong y Bai Guo, y los otros dos eran Mei Zhengjun y Mei Haochen, que acababan de salir del ejército esta misma mañana.
La pareja de padre e hijo tenía un aspecto muy similar. Sus rostros eran erguidos y fuertes, y sus cejas como espadas eran tan afiladas. Sus ojos eran agudos y fríos, y sus labios fruncidos indicaban que no sonreían habitualmente. Si no fuera porque el temperamento de Mei Zhengjun era más sereno y el rostro de Mei Haochen era más juvenil, de lo contrario, los demás habrían pensado que los dos eran un par de gemelos, especialmente cuando vestian el mismo uniforme militar negro y el mismo corte de pelo liso.
Mei Chuanqi tiró de su hijo y se dirigió al lado de Mei Zhengjun, llamándole cortésmente por orden: "Abuelo, Padre, Tía, Haochen, buenos días a todos".
A su lado, Mei Danger le siguió y llamó obedientemente: "Bisabuelo, abuelo, abuela, tío, buenos días a todos".
Mei Haochen también gritó: "Hermano, buenos días". Su tono era como la superficie de un lago en calma, haciendo que los demás no pudieran discernir su estado de ánimo.
Mei Zhendong sonrió afectuosamente: "Siéntate".
La mirada de Mei Zhengjun pasó de las noticias militares dentro del ordenador de fotones al dúo de padre e hijo, y preguntó con indiferencia: "¿Cómo fueron los resultados de la prueba de ayer?"
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