Los miembros de la familia Mei, ya fueran hombres o mujeres, viejos o jóvenes, permanecían en el patio con las posturas militares habituales, sin atreverse a jadear indistintamente mientras miraban al viejo antepasado sentado en el escenario.
Mei Chuanqi se situó en silencio en la parte trasera de la multitud, y observó cómo el mayordomo le decía al viejo ancestro: "Todos los invitados han sido despedidos".
Mei Feichen levantó lentamente los párpados, revelando un par de ojos afilados. Miró a los juniors de abajo y, al instante, los corazones de todos los de abajo se estremecieron dos veces.
Dijo ligeramente: "¿Puede alguien decirme cuál es la primera regla de la Familia Mei?"
Uno tras otro, las personas de abajo dijeron: "¡Unidad!"
Mei Feichen gritó con voz grave: "Habla más fuerte".
Todos gritaron al unísono, con voces sonoras de poder: "¡Unidad!".
Mei Feichen preguntó con rabia: "Ya que todavía sabes lo que es la unidad, déjame preguntarte, ¿es unidad que te burles y menosprecies a las personas de tu familia?"
La expresión de todos cambió, nadie se atrevió a emitir un sonido.
La sorpresa pasó por los ojos de Mei Chuanqi, pero rápidamente recuperó la calma.
"Siempre pensé que todos ustedes sabían muy bien en sus corazones que el encarcelamiento de Mei Chuanqi fue inculpado por alguien, y pensé que ustedes sabían que alguien estaba atacando secretamente a nuestra Familia Mei, pero nunca pensé que ustedes serían tan estúpidos hasta este punto. No sólo no son parciales con vuestra propia gente, sino que incluso miras con desprecio a vuestra propia familia delante de los invitados e incluso tratan de aplastarlos, ¿es esto lo que llaman unidad?." Cada palabra de Mei Feichen era como una aguja que les apuñalaba directamente en el pecho.
Los rostros de todos tenían un aspecto muy feo y bajaban la cabeza avergonzados, sin atreverse a mirar directamente a los ojos del viejo ancestro.
"No piensen que porque he estado ocupado todos estos años no sé que todos están intentando luchar en secreto por el poder y la posición de los miembros de la familia. ¿creen que son increíbles?" Mei Feichen se rió fríamente: "No me extraña que dejes que la gente de fuera se aproveche de ti, si esto sigue así, me atrevo a decir que en menos de cien años, la familia Mei estará en decadencia."
Sus ojos se volvieron severos: "¿Has pensado alguna vez en lo que le ocurrirá a la familia Mei si cae? Hay que llevarla a la extinción, que nunca vuelva a ser lo que era antes para que puedan reflexionar sobre sus acciones. ¿Es esto lo que quieres para la familia Mei?"
Cuando todos pensaron en las consecuencias de tener su Familia Mei debilitada, sus cuerpos no pudieron evitar temblar.
La voz de Mei Feichen volvió a la calma: "Las palabras han llegado a esto, a partir de ahora, lo que quieras hacer está fuera de mis manos. Mei Chuanqi, ven aquí, tengo unas palabras que decirte, los demás pueden irse ya".
Como gallos derrotados, todos salieron del patio en silencio.
Mei Chuanqi caminó delante de Mei Feichen, y justo cuando estaba a punto de llamar al Viejo Ancestro, Mei Feichen le interrumpió y dijo: "Sé que estás resentido en tu corazón conmigo por anunciar con tanta arrogancia la aptitud genética de Weiwei, pero tengo mis propias razones para hacerlo. A partir de mañana, enviaré gente para proteger a Weiwei en secreto, así que no tienes que preocuparte. Además, tú y Weiwei no se ven desde hace mucho tiempo, así que les daré a padre e hijo medio año de tiempo. Después de medio año, me enviarás a Weiwei y le enseñaré personalmente. Muy bien, ya puedes irte."
Mei Chuanqi ni siquiera tuvo tiempo de decir algo antes de ser expulsado del patio de la Familia Mei.
Cuando regresó a la villa de Feng Jingteng, su ánimo deprimente se dispersó al ver el salón aún iluminado. (Está que te espera tu chiquistriquis (͠≖ ͜ʖ͠≖))
Mei Chuanqi abrió la puerta y vio a Feng Jingteng sentado en el sofá navegando por su ligero ordenador.
Feng Jingteng giró la cabeza y lo miró: "Has vuelto".
De pie en la puerta principal, Mei Chuanqi dudó un momento, pero no pudo resistirse a preguntar: "¿Estás esperando a que vuelva?".
Nunca nadie le había esperado antes, ya fuera un pariente o Yunqing, con la que se casó; así que no sabía por qué Feng Jingteng seguía sentado en el vestíbulo a una hora tan tardía.
La duda apareció en los ojos de Feng Jingteng: "Sí, ¿hay algún problema?"
Las comisuras de la boca de Mei Chuanqi se ondularon rápidamente en una cálida sonrisa: "Ningún problema".
Se sentía tan bien tener a alguien esperando por ti.
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