ᴇʟ ᴘᴇϙᴜᴇɴ̃ᴏ ᴡᴇɪᴡᴇɪ 《𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 𝟙》

CAPÍTULO 105

CAPÍTULO 105 - PARTICIPANTE DE CLASE B CONTRA CLASE AAA (1)

Mei Ri recordó los acontecimientos de la noche anterior: "Anoche, fui a mi habitación a lavarme los dientes y la cara, y luego fui a dormir. Después de despertarme, comí el desayuno hecho por el tío Feng, y luego fui al sótano con el tío Feng para jugar con el regalo de bienvenida del tío Wei, entonces salieron las orejas de gato".

En ese momento, estaba muy emocionado mientras jugaba en el almacén de mechas. Tras superar el nivel, sintió que algo no estaba bien en la parte superior de su cabeza, alargó la mano y la tocó, y para su sorpresa, sintió dos orejas, y cuando las apretó con fuerza, pudo sentir el dolor.

Debido a esto, se sintió muy asustado y se apresuró a salir del mecha y corrió a su habitación para mirarse en el espejo. Efectivamente, le habían crecido dos orejas de gato en la parte superior de la cabeza.

Entonces, Feng Jingteng llamó a la puerta de su habitación.

Tenía miedo de que el tío Feng lo despreciara, así que no se atrevió a decírselo al tío Feng ni a abrirle la puerta, así que sólo podía pedirle ayuda a su padre.

Mei Chuanqi captó el punto principal de sus palabras: "¿Cuál es el regalo que te dio el tío Wei?"

"Es un nuevo tipo de Battle Mecha para niños".

El corazón de Mei Chuanqi se tensó, realmente era el mecha el que causó el problema.

Levantó a su hijo, le quitó los zapatos y lo puso en la cama. "Duerme bien. Cuando te despiertes, tu papá te preparará una buena comida".

Hoy era la primera vez que jugaba con un mecha.

Al ser capaz de superar el nivel en poco más de una hora, ya se sentía agotado, y tras un gran llanto posterior, su cuerpo estaba aún más agobiado.

Respondió obedientemente, cerró los ojos y se quedó dormido.

Mei Chuanqi miró la carita dormida, se inclinó y le besó la frente.

Luego fue a la habitación de al lado y llamó a Gu Yunqing para decirle que no se preocupara, sólo le dijo que el niño estaba un poco asustado.

Luego volvió a la habitación del niño, le quitó la ropa y se acostó al lado del niño, abrazándolo para que pudiera dormir más tranquilo.

Mei Chuanqi miró su inocente rostro dormido, con los ojos llenos de risa.

Desde el día en que decidió dar a luz al bebé, nunca se había arrepentido, sobre todo porque el niño era tan lindo e inteligente, lo que le hacía sentir que había tomado la decisión correcta al no abortarlo.

Incluso hasta ahora, Mei Chuanqi seguía recordando claramente el momento en que dio a luz a su hijo. Había incredulidad, felicidad, alivio, ganas de llorar y una pizca de dolor.

Se sintió desgraciado sólo porque el niño tenía unas orejas en la cabeza que no eran humanas. Le preocupaba mucho que el niño fuera objeto de burla por parte de los demás debido a su peculiar cuerpo cuando creciera.

Ese día, le dijo a Jian Yi que pensara en una forma de quitar esas orejas. Sin embargo, después de que Jian Yi inspeccionara sus orejas, descubrió que no había ninguna diferencia entre esas orejas y las orejas humanas.

Si se las quitaba a la fuerza, no sólo afectaría gravemente a su oído, sino también a su habla y a su visión, convirtiendo a un niño sano en una persona gravemente discapacitada.

Tal era la gravedad de la situación que no tuvo más remedio que quedarse con ese par de orejas.

Cuando el niño tenía unos tres meses, las orejas de gato desaparecieron de repente. En ese momento, se alegró durante un tiempo, pero al cabo de tres días le volvieron a salir las orejas y, a los pocos días, volvieron a desaparecer.