Tras una noche de descanso, los tres volvieron a la batalla.
Aprovechando que el cielo aún estaba oscuro, los combatientes estuvieron en guardia durante toda la noche, y cuando sus atacantes no eran lo suficientemente fuertes, se escabullían y los mataban.
Durante este periodo de tiempo, hubo varias veces en las que casi fueron alcanzados por las pistolas láser de los soldados. Afortunadamente, los tres tenían una velocidad de reacción muy rápida y pudieron esquivar los disparos láser.
Cuando el cielo del Este empezó a volverse claro, el número de Strikers derribados había alcanzado los 268. Todavía quedaban 32 Guerreros Striker escondidos en el bosque.
En ese momento, Mei Chuanqi y los otros dos estaban en un estado muy lamentable. Sus rostros estaban cubiertos de barro y suciedad, y sus ropas estaban hechas jirones.
Cuando llegaron al arroyo, se escondieron inmediatamente detrás de un gran árbol para observar los alrededores.
El arroyo estaba vacío y no había ningún lugar donde esconderse. Naturalmente, no podían salir corriendo, y para atacar al guerrero, sólo podían atraerlo.
Mei Chuanqi miró el gran árbol de su derecha, que estaba a diez metros de ellos, y luego se volvió hacia Mei Ri y Feng Jingteng y dijo en voz baja: "Yo los atraeré fuera, y ustedes los descubrirán según la dirección a la que puedan disparar. ¿Pueden hacerlo?"
Feng Jingteng y Mei Zhen hicieron un gesto de "OK".
Mei Chuanqi sonrió ligeramente, primero recogió del suelo un gran tronco de árbol con hojas, luego, extendió su brazo fuera del tronco y fue inmediatamente disparado por el guerrero del otro lado del arroyo.
Si no había ningún contratiempo, los 32 soldados de asalto estaban todos al otro lado del arroyo.
Mei Chuanqi retiró el gran tronco del árbol y luego lo extendió hacia fuera.
Así, repitió más de diez veces para probar los movimientos del adversario. Cuando la potencia de fuego disminuyó, lanzó rápidamente el tronco de sus manos.
Aprovechando el momento en que toda la potencia de fuego se concentraba en el gran árbol, se precipitó de repente desde detrás del árbol. Tan ágil como un mono salvaje, corrió hacia el gran árbol que estaba a diez metros de distancia.
Feng Jingteng y la pequeña Flor de Ciruelo aprovecharon para memorizar la dirección de los disparos del enemigo y reflejarlos con sus agudos ojos.
Los soldados que estaban escondidos en los árboles y que habían sido alcanzados por el láser se quedaron sorprendidos.
Diez segundos después, Feng Jingteng y Mei Ri dejaron de disparar.
El bosque estaba en completo silencio, e incluso cuando los dos se miraron, fueron incapaces de adivinar la situación del otro lado.
De repente, se oyó un fuerte "peng" en el cielo.
Unos deslumbrantes fuegos artificiales estallaron en el cielo, formando las palabras "¡Felicidades por haber superado la prueba!". Poco después, un coche verde militar levitado magnéticamente descendió del cielo.
La Pequeña Flor de Ciruelo miró al cielo de forma peligrosa, sólo después de un largo rato recuperó el sentido común, y se abalanzó emocionado sobre las piernas de Feng Jingteng: "Tío Feng, hemos conseguido superar la prueba, hemos pasado la prueba".
El niño, emocionado, le dio varios besos en la cara, lo que hizo que Mei Chuanqi, que se acercaba, se llevara unos cuantos tragos de vinagre.
Mei Ri se dio la vuelta y abrazó a su padre, diciendo felizmente: "¡Papi, lo hemos conseguido!".
Mei Chuanqi le alborotó el pelo y esperó a que el niño se sintiera feliz antes de enseñarle con severidad: "Esto es sólo un juego, y no merece la pena enorgullecerse. Si se tratara de un campo de batalla real, quizá no hubiéramos podido sobrevivir."
En esta zona, todos los guerreros golpeados caían al suelo tras ser alcanzados. Además de los disparos, no había nada parecido a un Rayo (tipo de disparo). Pero en el campo de batalla real, si los puntos vitales del oponente no eran golpeados, el oponente todavía tendría la capacidad de contraatacar. Un solo rayo podría destrozar fácilmente el cuerpo de una persona.
Además, la Base de la Guerra de las Galaxias era sólo un juego y no tan estricto como un ejercicio militar. De lo contrario, sería imposible que fuera tan fácil pasar como hoy.
Mei Zhen contuvo su sonrisa y asintió con un saludo: "Sí, padre".
A un lado, Feng Jingteng se reía en silencio de la pareja de padre e hijo.
Durante estos dos días de interacción, por la forma en que el niño le hablaba a su padre descaradamente, siempre había pensado que Mei Chuanqi era un padre demasiado cariñoso.
Pero en este momento supo que estaba equivocado.
Aunque Mei Chuanqi adoraba mucho a su hijo, seguía enseñándole en el momento adecuado para evitar que fuera por el camino equivocado.
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