Capítulo 4

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Daniela Waller

Ya pasaron varias semanas desde que decidimos ser la destrucción y salvación del otro, y nos estamos conociendo mejor, él ya sabe algunas cosas importantes de mí, como el abandono de mi madre, la indiferencia de mi padre y abuela, sabe que consumo drogas y sobre mi trastorno.

Fue difícil para mí decirle todo eso, Laura era la única persona que sabía esas cosas, se lo conté un día que me drogué demasiado y creí que con eso me dejaría en paz, pero no fue así, eso nos unió más, la quiero, pero no se lo digo, prefiero guardarlo para mí.

Cuando le conté esas cosas a Jake Miller, no supo que decir, únicamente me agarró la mano y de esa manera me hizo saber que estaba conmigo

Me gusta que sin palabras, nos decimos todo.

Él también me contó algunas cosas de su vida buenas y malas, la presión de sus padres, su relación con Sam, su mejor amigo, sobre la natación, al principio a él no le gustaba, pero con el tiempo, dejo de ser así, ahora es lo que más le gusta.

No entiendo por qué los padres presionan a sus hijos para ser perfectos, la perfección no existe por más que queramos alcanzarla, ojalá ellos entendieran eso, tienen planeado todo el futuro de Jake Miller, graduarse, dejar la natación por alguna razón, estudiar para algún día hacerse cargo de su empresa familiar y otras cosas, planeado sin importarles que es lo que quiere él, creen que es lo mejor, buscan su bienestar, pero al mismo tiempo, lo lastiman sin intención.

Es gracioso, él tiene dos opciones, el futuro que sus padres planearon o su propio futuro. Y yo, no tengo nada, no tengo futuro, y por eso no me gusta hablar de ello, además, no existe y prefiero contentarme en el presente porque es lo único que tengo, Jake Miller, es mi presente.

Tanto él como yo, nos parecemos en algunas cosas, ambos estamos sumergidos en una oscuridad que no nos deja ver que hay salida de ella, hasta que llegamos a la vida del otro, poco a poco estamos saliendo juntos de todo lo malo, estamos sanando nuestras heridas, juntando las piezas rotas de nuestros corazones para formar otro, que sea lo suficientemente fuerte para que ambos vivamos, demostrándonos que aún estamos vivos, nos apoyamos mutuamente.

Recuerdo lo que hablamos hace unos días, fue muy lindo.

Recuerdo:

— No importa que caigas o te levantes, que estés en un lugar oscuro o iluminado,  que estés viva o muerta, yo estaré contigo y haré todo lo posible para evitar que caigas y si lo haces, te ayudaré a levantarte, te sacaré de la oscuridad que te rodea y seré la sombra para que veas cuando haya demasiada luz. Seremos la vida del otro, y cuando no estemos juntos, ssignificado final de una parte nuestra. Estaré contigo y tú conmigo, lucharemos para estarlo

Mientras decía esas cosas,  miró mis ojos todo el tiempo.

— Jake Miller, eres un completo idiota por entrar a mi vida y hacerla tuya, por dejarme entrar a la tuya y hacerla mía, por convertirnos en el todo y nada del otro — También dije todo eso mirándolo a los ojos.

— Y tú una estúpida por intentar alejarme cuando sabíamos que desde el primer momento que cruzamos miradas, nos pertenecíamos mutuamente — Lo dijo con tanta seguridad porque era verdad.

No me arrepiento de dejarlo entrar a mi vida, en el fondo sé que tendremos un final, pero no me importa, y el saberlo me da más ganas de disfrutar todo lo que pueda su lado.

Cometí muchos errores en mis diecisiete años de vida, él es un error y un acierto al mismo tiempo, es lo mejor de ambas cosas. Un error porque puedo aprender con él, y un acierto porque puedo ser valiente junto a él.

Me estoy acostumbrando a que con él las cosas sean totalmente contradictorias, es todo lo bueno de algo y al mismo tiempo puedo ser lo malo, es todo, mi todo y mi nada.

...

Ya pasaron algunos meses desde que nos conocimos, creo que es momento de enseñarle un poco más de mí a Jake Miller.

— ¿A dónde vamos? — Pregunta por quinta vez.

Ya me está cansando.

— Vamos, Dani, dime — Insiste.

— Ya verás — Le respondo por quinta vez.

— Pudimos venir en mi auto o en tu moto, ¿por qué no lo hicimos?

¿Por qué no se cansa de preguntar?

— Deja de hacer preguntas, estamos caminando para apreciar y alargar el momento.

Quiero que disfrutemos de esto todo el tiempo que se pueda.

— Bueno, no más preguntas.

— Finalmente — Lo digo entre risas.

Desde hace mucho tiempo no reía, me gusta  volver a hacerlo.

Seguimos caminando por media hora más, hasta llegar a mi lugar especial. Está un poco lejos del centro de la ciudad porque es un edificio abandonado, por eso tardamos.

Cuando me doy la vuelta para ver su reacción, la cual dice claramente que este lugar le parece basura.

Me es gracioso lo fácil que puedo leer sus expresiones porque no sabe disimular.

— Llegamos, este es el lugar más hermoso del mundo, te va a gustar — Hablo, esperando que mis palabras se confirmen — El exterior no es muy lindo, pero cuando llegas arriba, es hermoso.

— ¿Un... edifico abandonado? — Pregunta, dudoso — ¿Segura que no te confundiste de lugar?

— No, te va a gustar, confía en mí — Miro sus ojos.

— Bueno, ¿pero es seguro?, porque no parece — Mira con mala cara el edificio.

— A veces hay que tomar riesgos, Jake Miller — Digo y nos adentramos al edificio, subimos hasta la terraza, desde donde se ve la ciudad, la mejor vista del mundo — ¿Te gusta? — Pregunto con un poco de miedo a su respuesta, se acerca al borde para ver una mejor la vista y sonríe, esa es la mejor respuesta.

Me acerco a su lado para contemplar la vista, estamos así por un tiempo hasta que habla.

— ¿En qué piensas? — Lo dice casi susurrando, mientras me abraza por atrás.

— Eres la manera más hermosa y dolorosa que tuvo la vida para demostrarme que aún seguía viva — Respondo.

Ambos guardamos silencio por un rato, mientras observábamos el horizonte desde nuestro lugar especial. Hasta que él habla.

— Y tú la mía — Dice como un susurro, pero de los que son fuertes al mismo tiempo.

Giro para ver sus ojos cafés y él los míos. Y con esa mirada nos decimos todo, nos adentrándonos a nuestro bucle efímero.

Ya no era mi lugar especial, era nuestro, siempre fue nuestro. 

Por fin esa tranquilidad que sentía ahí, se convirtió en paz, a su lado sentía paz y él también. Nos miramos por unos segundos más hasta que me besa, es un beso lleno de sentimientos reales, buenos, un beso vivo. Empiezo a amarlo, es reciente, pero lo hago y él a mí, no creí volver a sentir amor y mucho menos que alguien me amara a mí, pero como ya era costumbre con Jake Miller, las cosas son contradictorias y cambian.

Cuando dejamos de besarnos  vuelve a abrazarme, aferrándose a mí, a nosotros y yo hago lo mismo.

Cuando dejamos de besarnos  vuelve a abrazarme, aferrándose a mí, a nosotros y yo hago lo mismo

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