IX

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«💸»

El trayecto hasta su casa había sido muy incómodo. Conducía nervioso sobre pensando mucho todo lo que había pasado hace tan solo cinco minutos atrás.

Todo lo que habían planeado con Raúl se había ido por el retrete con tres simples, pero a la vez complicadas, palabras.

Me gusta Raúl.

Ahora todo el mundo sabía que el señor Borja Luzuriaga, uno de los pocos hombres más respetados en la élite, y el sirviente de Samuel De Luque, su mejor amigo, estaban saliendo.

O peor, ahora sabían que ambos eran homosexuales.

¿Que pasaría con sus trabajos?.

¿Y sus amistedes?.

¿Y su relación?.

Todo lo que juró proteger se derrumbó. Parecía que volvía a los inicios del mes, cuando Samuel estaba en una desesperante depresión. Todavía no entendía lo que sentía por Raúl. Y su vida empezaba a llenarse de dudas insoportables.

Podría simplemente echarle la culpa al alcohol, o tal vez jugar con el "que es broma, jaja". Aunque era muy poco inteligente de su parte.

Sabiendo que después de dar su "entusiasmado" discurso, salió corriendo tomando de la mano a Raúl. Como si no fueran suficientemente obvios.

Yo creo que si intentaban mentir, no les saldría muy bien.

Respira profundo antes de estacionarse y sale del auto, para repetir el proceso de siempre.

Primero abrir con tranquilidad la puerta de acompañante, recibir una sonrisa brillante de agradecimiento, que, como se creía, no estaba en esos momentos. Y, esperar a que baje, para cerrar con seguro su deportivo azúl.

¿Cómo se empezaba una conversación con alguien que parecía no querer dirigirle la palabra?.

Su cabeza empezaba a doler por lo mucho que se estaba atormentando en esos momentos.

Raúl parece darse cuenta que el castigo a Borja ya se le había ido de las manos.

A ver. ¿Se lo merecía?. Pues si, le había sacado a rastras de su trabajo, rebeló el secreto más íntimo que tenían, y ridiculizó al señor Samuel en su propia casa, rodeado de personas.

Pero, aunque no lo quiera asumir, sabe que fué para protegerlo de las afiladas palabras del hombre.

Entonces, como muestra de rendición, se detiene unos segundos a esperar que el hombre mayor esté a su lado, sostiene su mano entrelazando sus dedos en una cálida unión que extrañaba muchísimo, y siguen caminando, con la mirada tosca de Raúl clavada al frente.

Suspira profundamente, y suben al elevador con un aura más tranquila y menos tensa. Raúl solo quiere llegar y acostarse, mañana hablarían con De Luque o algo así. Pero todo esto no se solucionaría tan fácil.

Corría riesgo a qué le despidieran.

Traía puesto el saco de Borja en sus hombros, y su colonia era realmente deliciosa, mezclado con el calor que sentía y las caricias en su mano. ¿Cómo podía enojarse con él?...

Era difícil estar en su posición, no saber que hacer, como actuar, como sentirse, luego de que todo su mundo diera una vuelta de ciento ochenta grados.

- Si quiéres puedes tomarte una ducha, te buscaré ropa limpia... O no lo sé, sientete como en tú casa, Raúl.

Sonríe y emprende camino a su cuarto. Mientras Auron queda paralizado en la entrada mirando a la nada.

𝗠ɪ sᴇɴ̃ᴏʀ || Luzuplay [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora