9. Canelita - Él ronroneo

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A veces las personas dicen estupideces, pero no de comparar con hacerlas.
Zack está mal, no sé en qué sentido, pero mal, bueno sé que físico no es.
Empezó a desvariar y decir sandeces cuando empezaba a correr y yo intentaba detenerme y detenerlo a él de paso.

—  Tranquila, voy a tener que parar, aunque si no quieres no lo hago — me dijo mientras corría.

—  pero que putas te pasa suéltame — intente gritar mientras me quedaba sin aire por correr.

—  ok, ok, ok ya -— empezó a caminar fuera del centro comercial.

Yo empecé a tomar bocanadas de aire con mis manos reposando en mis piernas.

—  Tu eres tarado o que te pasa, por qué agarras a correr así, y que contigo por qué me besas ni siquiera te conozco — casi le grite cuando mis pulmones volvían a funcionar.

—  Como que no me conoces — dijo incrédulo — soy tu vecino, el guapo claro.

—  Creo que ese es otro, ejemplo hoy vi a uno de ojos oscuros y cabello un tanto claro pero no fue tanto eso, pasa que no traía camisa y pues estaba haciendo ejercicios. - tenso su mandíbula - pero claro si es tu familia no le comentes lo que te dije mejor dame su número y yo le dijo.

—  ¿¡Que me pasa a mi, que te pasa a ti!? — vocifero.

—  No te enojes si no eres el vecino guapo, podrías ser mi desconocido guapo, bueno sin el guapo, ¿Te parece?

Si antes parecía enojado ahora le iba a salir humo de la nariz como a un toro, o correría y se llevaría a alguien como lo haría una cabra.

—  No me hables así — me señaló con su dedo índice.

—  Disculpa — abofetee su mano — No me hables así tu, no tienes derecho, primero — empecé a enumerar con los dedos — no te conozco, segundo no eres mi madre, tercero no somos nada, cuarto me sacas casi a rastras del centro comercial, y quinto no eres mi vecino guapo para si quiera entablar conversación conmigo— empuñó sus manos — Mira y escucha, no me interesas a menos que me des el número del guapo de al lado, y ni se te ocurra volver a hacer algo así, espero no volverte a encontrar. Ten la amabilidad de dejar mi vida en paz — dictamine mientras entraba de nuevo al centro comercial-.

— ¡hey! — me llamó a lo lejos.

Preferí no voltear y seguir con mi camino.
Pero me voy a tener que acostumbrar si es que se puede, a que el no piensa igual.

—  Que esperes te digo — yo solo paciencia es lo que pido — Adiós canelita — se acercó rápidamente a mis labios intentando besarme.

—  ya, no más, quien te cree eh — empecé — te va a ir mal si te me acercas — al parecer para lo que ahora servía era para amenazar-.

—  Adiós canelita — repitió

—  Estás mal — dije.

—  ya se, pero no sé puede hacer mucho — subió sus hombros restándole importancia.

—  No más.

—  Adiós — hizo una pausa — Canelita — ronroneo.

Sin darme más vueltas al asunto me gire sobre mis pies y camine de nuevo al centro comercial.
Otro tema por resolver, pero que le colocaron al agua que ahora todos empezaron a desvariar.

—  holas — izan alzaba su mano a lo lejos.

—  oye no cr.. — no puede terminar.

—  tranquila, luego te explico, ahora háblale a tu madre siento que si me distraigo me saque los ojos.

SOLO ME VIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora