22. Y ÉL NO ES QUIEN YO PENSABA

48 7 17
                                    

Les dejo esta pequeña canción, la escuche mientras escribía este capitulo y vaya que sentía todo lo que escribía, suerte y besos.

En algún momento necesitamos un narrador omnipresente que relate nuestras vidas pero que no sepa lo que sentimos, podamos saber de los demás pero que no cuente de ti lo que no quieras que los demás sepan.

El azul de sus ojos que me daba vida a él se la quito, ya no era Zack, mi Zack.

"Extraño todos esos recuerdos, tal vez nunca fueron míos. siento que las paredes se cierran, pierdo tiempo" - Luke H.

____________

Zack

Alexis

Prisionero 115

Mi vecino

Mi hermano

Mi compañero de celda

Mi amigo

Mi novio

Quién me ayudó

Y quien me destruyó

Todo eso fue el, me hubiera gustado que más, él llegó a ser mucho para mi, pero ese fue el Zack que yo conocí. Había una parte de él que no conocía, que no recordaba, y tal vez me hubiera gustado no recordar.

Los pocos momentos que le he relatado hasta ahora son los que puedo recordar, sus notas, sus pensamientos, esas son sus partes, la perspectiva de Zack.

Lo conocí de joven, lo acompañe de niño y me case con el de adultos o eso creí.

Es confuso todo.

---

El señor que me golpeó si era mi padre, la persona que me golpeó en mi recuerdo también fue el.

Ellos me adoptaron, mi verdadero nombre era Olife, mi número de registro en el laboratorio era 114, la prisionera 114, con solo cinco años de edad y ya había hecho todo mal.

Zack ya había estado ahí cuando llegue, el era maltratado, su mente era diferente, no podía olvidar, se aferraba a cada momento, desde niño siempre lo hizo ¿por que ahora no recuerda?

El fue dependiente, dependia de mi cariño y mi compañía para seguir, yo era su ancla, éramos como hermanos, celdas juntas, mismo tratamiento, pero no los mismos resultados.

El sí recordaba, pero eran lagunas....

La imagen de una chica en n hospital, ojos negros, melena oscura, piel canela, la prisionera de al lado, su amiga. El no supo qué fue tratado, solo me recordaba a mi, las imágenes pasaban por su cabeza como un tren en las vías, tan veloces que sin importar lo que hagas no los alcanzaras.

Sus impulsos se dieron por un detonante, yo.

Yo causé eso en él, fui su ancla pero me convertí en su droga, tan adictiva que es imposible olvidar.

Mis "padres" me sacaron del laboratorio a los ocho años, él se quedó, al menos un año más.

Cuando un barco pierde su ancla se pierde, es libre pero sin meta, divagar es su sentido.

Él tuvo esos impulsos bruscos, violencia. No pensaba en lo que hacía. No actuaba por voluntad.

Su mente, su pensamientos, sus recuerdos, su dolor lo consumían, no pudo con eso.

SOLO ME VIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora