12. Un trueno

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Su boca formó una sonrisa, las más extraña que había visto, no sabia si estaba asustado, temeroso, retador, feliz o listo, no supe leer su expresión.

— Por que sonríes — pregunté

—  Quiero que lo hagas —  pauso —  pero con los ojos cerrados.

Mi mandíbula se tenso, ahora estaba segura de que estaba demente.

— ¿Por que? — 

— Que pasa si no le das a la manzana —  respondió el en forma de pregunta.

— No respondas una pregunta con otra, dime primero — baje un poco el arco - por qué con los ojos cerrados.

—  Que pasa si me das a mi — sonrió.

— Tendremos que averiguarlo —  mis dedos comenzaron a temblar, pero no cedí, no iba a dejar que viera el miedo que tenía.

Si fallaba a el no le sucedería nada, solo tendría una gran marca donde la flecha golpeara y un buen pinchazo. No eran las mejores flechas, eran de entrenamiento, supuse que el no sabia nada, son diferentes tienen una forma de punta pero depende de donde pegue la punta, se guardará si pega en algo plano y si es algo débil traspasará tal vez hasta partir lo que toque, de ahí la razón de manzana, si le daba a la manzana el no lo notaría, si pegaba al árbol la flecha chocaría y caería.

Si está flecha fallaba no había más intentos, las otras no eran así, esas estaban diseñadas para blancos fuertes y si utilizaba una de esas...

—  No te muevas —  alce el arco, puse mi codo alto y mi brazo firme.

Sentí un leve temblor bajo mis pies, no preste atención supuse que sería de nervios, esperaba que no lo notaran.

— Cierra los ojos — dijo serio.

—  Cierra tus ojos primero —  respondí.

El cerro los ojos , su rostro se veía en calma, mi rostro no dejaba ver lo que en esos momentos sentía, quería correr, me arrepentía de esto.

Cerré mis ojos, mis párpados querían moverse, necesitaba ver hacia donde apuntaba, si bien podía acertar viendo a que disparaba ahora con los ojos cerrados estaba segura de que fallaría.

Escuché  a Sara decirme algo pero no le preste atención, tome aire, separé mis piernas y tome la flecha entre mis dedos junto con la cuerda del arco.

Inhala, exhala, uno, dos
Al contar diez respiraciones solté la flecha, escuché un zumbido cuando la solté, iba con demasiada fuerza.

Puff..

Un sonido hizo que mis ojos se abrieran, Zack tenia aún sus ojos cerrados y cuando sintió el impacto no se movió.

—  Abre los ojos —  dije acercándome a él, tenia una seguridad que desconocía en mi misma.

El abrió los ojos, — con que de entrenamientos — le di una mirada de pocos amigos — intenta de nuevo pero con una de esas — señaló hacia donde estaban la flechas junto a la mochila de Sara.

No quería hacerlo, no estaba segura de darle a la manzana, el intentaba intimidarme y no dejaría que pasara.

—  como quieras — respondí mirando directo a sus ojos, el no despego su mirada de la mía.

Caminé hacia las flechas tome una y dejé la de entrenamiento.

— Cierra los ojos —  dijo el.

— Cierra los ojos — repetí para el.

Cerré mis ojos primero, me puse en posición dispuesta a disparar, solo veía oscuridad y el respaldo de mis párpados en un color rojizo , tenia que convencerme de que daría en la flecha pero...

SOLO ME VIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora