8. Un vestido

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Salí de ducharme, mi mente aún estaba consternada ¿Por qué no recordaba? De todo lo que me dijo Penny no especifico mucho y pensaba en preguntarle hasta que no me queden dudas.
Era algo hereditario? Como era eso posible ¿Quién más lo había tenido?

Preguntas era lo que podía formular, ni siquiera me fijaba en lo que hacía, si respiraba era de milagro o si no me caía era pura coincidencia.

—  Hey, hey, hey, quieta ahi — dije a Penny cuando estaba saliendo desesperada de la casa. La tome del brazo para poder detenerla.

—  Agnes — dijo con fastidio, pero calmándose — no quiero hablar ahora, vamos a comprar el vestido así te distraes y despejas la mente, luego puedes preguntarme todo lo que quieras.

—  Tienes cara de cansancio ¿Que hiciste ayer? — pregunté a Penny ya con su brazo libre.

—  Nada. Pero no te equivocaste estoy cansada y lo que menos quiero es discutir, ahora, las dos necesitamos liberar la mente. Así que vamos a comprar el vestido y luego hablamos. — solo asentí con una sonrisa y ella me jalo hasta el auto donde ya estaba mi madre e izan.

—  ¿Como te sientes? Si no estás bien lo entiendo, pero si estás bien y feliz lo voy a estar contigo ¿Necesitas algo? — Me pregunto muy rápido izan cuando me senté justo a él en la parte de atrás del auto.

—  Creo que estoy bien, no te preocupes, si necesito algo te aviso, gracias izan - regale una sonrisa con mi respuesta.

Izan tenía un brillo en sus ojos que no pude descifrar era como si se hubiera comido un montón de azúcar y tuviera una sobredosis, estaba feliz, creo.

—  cómo estás tú — pregunté a izan cuando ya estábamos en el parqueadero. No porque no quisiera hablarle, pero a veces no soy buena formando conversaciones.

— ¿Yo? — dijo izan con una risita.

—  Ves a alguien más aquí sentado junto a mi — le dije con sarcasmo —  verdad mi amigo solin, si a él le estaba preguntando.

Me baje del auto a desesperada caminata, a veces odio mi propio temperamento, izan no me molestó del todo pero ya me baje no me voy a devolver.

—  ¡Espera! ¡Agnes Espera! — Gritaba desde la puerta que ya cerraba por que empezó a correr detrás mío.

— ¿Que quieres? Estoy bien, Estás bien. No necesito que me terminen de dañar el ánimo dejémoslo así. — dije casi escupiendo las palabras.

— Agnes — empezó calmado — No estoy del todo bien, podría hablar contigo.

— Eh...Esta bien — no iba a ofrecer una disculpa pero podía ayudarlo, con tan solo escucharlo el liberaría un peso.

Empezamos a caminar, entramos al centro comercial, mamá y Penny iban pasos delante de nosotros mirando ventanas y locales en los cuales podríamos ver el vestido.

—  Yo...Yo terminé con Hannah — Hannah Ared, su ex. Espera terminó con ella. ¿Que? — pensé.

—  ¿Y por qué? — pregunté calmada.

—  Ella me...me fue infiel — dijo en un tartamudeo, en ese momento no puede pensar antes de hablar.

—  ¡¡Me cago en la puta, no me jodas, en serio, esa perra.. hija de su!! re..o.o..sea eh...eh...eh — me calle cuando izan me miraba asombrado.

Le agradezco en este momento a andres por los cambios de humor tan repentinos, joder, ¿por que solo les pasa a las mujeres? los hombres también deberían estar débiles cuatro a mas días al mes.

SOLO ME VIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora