Capítulo 19

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Max se encontraba en la cama bastante pensativo.

Hoy había tenido una persecución posiblemente imaginaria tras haber visto a la forma abominable de Alastair.

Y también a Andrew Coleman

Eso último se lo quitó de la cabeza. No podía tratarse de él, ya que él estaba muerto. Así de simple. No podía regresar de la tumba como si nada. Debía de tratarse de algún imitador o algo parecido.

De pronto se dio cuenta de que su corazón estaba comenzando a palpitar debido al suspenso que sentía al recordar todo aquello.

En fin, trató de dejar en paz esos recuerdos y se puso a pensar en April, quien no estaba demostrando amabilidad por la presencia de Michael.

A pesar de que no lo dijera, Max intuía que April estaba celosa, lo cual podía explicar el por qué ella actuaba tan extraño al dirigirle la palabra.

El pensar aquello, Max comenzó a tener la sensación de que ella estaba interesada en él, aunque no podía confirmarlo de momento.

En fin, cuando estaba dispuesto a estar un rato en la computadora para investigar más rumores y teorías de Funny Landy, Katherine le habló desde su habitación:

—Max.

Al escuchar su nombre, el joven Greevey miró su computadora, decidiéndose si hacerle caso a ella o no, hasta que finalmente se alejó de la computadora y se dirigió a la habitación de su hermana mayor, quien se encontraba en su cama medio pensativa.

Max se desconcertó por verla en ese estado, ya que aquello no era muy común en ella.

— ¿Qué ocurre hermana? —preguntó Max.

Katherine estaba mirando al techo, con la mirada perdida.

— ¿Te qué piensas acerca de mí? —preguntó Katherine.

Max se sentía mucho más desconcertado con lo que su hermana estaba diciendo.

— ¿A qué te refieres exactamente? —cuestionó Max.

Su hermana mayor dio un suspiro y soltó:

—Me refiero a mi desempeño como cajera de Funny Landy.

Max sintió que su hermana trataba de decirle algo, aunque no lograría escuchar aquello hasta que finalmente le respondiera la pregunta formulada.

Debido a ello, Max respondió no tan seguro de sí mismo:

—Supongo que no haces tan mal trabajo. O al menos así lo veo desde aquel día en que me atendiste junto a mi amiga.

Katherine miró a su hermano menor con cierto recelo, pues ella sabía muy bien que ese momento había sido muy incómodo entre ambos como hermanos.

Después de ello, Katherine simplemente comenzó a hablar:

—Ayer en la mañana me enteré de algo que tal vez no conocía hasta ahora.

» Me hallaba preparando las cosas del mostrador por órdenes de mi gerente, ya sabes, dando un aspecto limpio y ordenado, también me encargué de contar mi fondo inicial, hasta que logré escuchar a uno de mis compañeros hablar con mi gerente mientras iba a la cocina para adentrarme a un cuarto, donde descansamos para nuestra hora de la comida. Había dejado ahí mi gorra del uniforme por un momento.

El caso es que lo que logré oír de aquella conversación fue sobre una chica cuyo nombre fue Helena.

Obviamente yo no sabía lo que estaba pasando. Desconocía su contexto, pues era obvio que era una conversación privada entre el gerente y uno de mis compañeros.

La AbominaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora