Capítulo 38

11 1 0
                                    

Max Greevey estuvo en el hospital alrededor de dos semanas, hasta que fue dado de alta con ayuda de un par de muletas para poder tener apoyo en su pierna derecha de momento.

Cuando llegó a su casa, llegó a enterarse por medio de su hermana de que Funny Landy había sido clausurado para siempre.

Eso se debía a que los policías que patrullaron e investigaron el sitio en su interior sacaron a la luz aquella bodega en donde encontraron algunas evidencias respecto a la comida humana, según algunos testimonios dados la mañana del 11 de abril.

Si a eso se le agregaba la matanza llevada a cabo durante la noche del 10 de abril, tenía sentido que Funny Landy haya sido clausurado para siempre. Por lo menos así lo veía Max.

A pesar de que Katherine se había quedado sin trabajo, ella no se puso triste al respecto, sino al contrario, ya que tenía una idea en mente, la cual fue una sorpresa para su familia: se animaría a estudiar finalmente después de algunos años.

Feliz por la decisión que había tomado su hermana, Max propuso a su familia cenar una pizza de verdad.

Por unos segundos de desconfianza, se animaron a ir a una pizzería de confianza para pedir una de pepperoni.

Con aquellas experiencias desagradables de Funny Landy, Max pudo detectar que de verdad no había nada qué temer, ya que sus ingredientes eran lo que debían ser. Rebanadas de pepperoni, salsa de tomate fresco, queso mozzarella.

Eso le hizo cerrar por fin el asunto respecto a Funny Landy.

Cuando le tocó regresar a la escuela, Max fue recibido de buena forma por todos sus compañeros, al igual por sus maestros. Lo comenzaron a tratar como si fuera una especie de héroe, lo cual lo hizo sentirse un poco incómodo al respecto.

Al llegar a su casillero con ayuda de sus muletas, Max se encontró con Matt de cerca.

—Me alegra que estés de vuelta amigo —habló Matt mientras saludaba con el puño.

Max le respondió tal saludo con respeto.

—Gracias Matt. ¿Y los demás? —cuestionó el joven Greevey.

—Freddie está con Michael en la biblioteca para un proyecto de Física si no mal recuerdo —respondió Matt con esfuerzo y continuó—. Por otra parte, April fue al baño, mientas que Jacob está agendando una cita con la psicóloga de la escuela.

— ¿Y eso a qué se debe? —preguntó Max desconcertado.

—Me dijo que quiere soltarse aún más de lo que logró hacer aquel día de la matanza —respondió Matt.

Ambos quedaron en silencio por un momento.

—Te debo una, amigo —soltó de la nada Matt.

— ¿Por qué lo dices? —preguntó Max con una ligera sonrisa en el rostro.

—Por haberme salvado la vida. De verdad, fuiste muy valiente en arriesgar tu vida, no sólo por mí, sino por todos aquellos que pudieron tener una segunda oportunidad de vivir —respondió Matt con una sonrisa en el rostro.

Max comenzó a sentir que la razón de que casi todos lo hubieran tratado como un héroe fue debido a lo que hizo dentro de Funny Landy al haber liberado a todos aquellos que aún podían salvarse.

Alguien se había encargado de divulgarlo por toda la escuela, pero decidió no hacer el esfuerzo de buscarlo. Trataría de dejar las cosas, así como estaban.

—No quiero que creas que soy un héroe, porque no lo soy. Solamente hice lo que correcto —habló con cierta vergüenza Max.

—Vamos, no seas tan modesto contigo mismo. Hasta la policía está agradecida contigo por haberlos ayudado —repuso Matt.

La AbominaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora