Capítulo 8

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Capítulo 8

Inés se puso muy nerviosa, sin saber qué hacer.

¿Contestaba o no?? ¿Abría o no?? ¿Fingía estar dormida o qué??

Inés: escóndete Victoriano... (En un susurro, casi inaudible)

Vic: ¿dónde??

Inés: en el baño. Y no hagas ruido, por favor.

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Dia: nana... Creí que estabas dormida...

Inés: a punto de bañarme, ¿qué se te ofrece, mi vida...?

Dia: estamos en los preparativos de las carreras en Puebla... Y queremos que vengas con nosotras... Más ahora que sabemos que Débora está loca, no puedes quedarte sola con ella...

En el baño, Victoriano sonreía. Cruzando los dedos para que Inés aceptara.

Dia: si te quedas, Connie o Cassandra se quedarán...

Inés: no pueden hacer eso, las carreras se han convertido en algo familiar y tu papá más que nunca necesita del apoyo de ustedes...

Dia: también queremos cuidar de ti, nana... Eres una madre para nosotras...

Inés: está bien Diana... Iré con ustedes a Puebla...

Dia: la vamos a pasar muy bien, ya lo verás... Alejandro también irá, aunque a mí papá no le hará mucha gracia...

Inés: Don Victoriano solo necesita conocerlo...

Dia: lo mismo creo yo... (Sentándose en el borde de la cama) ¿te acuerdas al inicio? Le cayó bien, pero se enteró que es ahijado de Loreto y todo cambió.

Inés: lo recuerdo... (También tomando asiento)

Dia: todavía no logro entender por qué Loreto Guzmán es enemigo de mi padre...

Inés: historias del pasado...

Dia: ¿por qué no me las cuentas...?

Inés: todavía no es el momento. Pero si es momento de ir a dormir... (Le acarició el cabello y se sonrieron)

Dia: lo mismo me decías cuando era una niña...

Inés: eres una mujer, pero en mi corazón siempre serás mi niña...

Dia: nana, ¿y esas rosas? (Cuando iba camino a la puerta) Qué bonitas...

Inés: son de ayer... Cuando salí...

Dia: están hermosas... Buenas noches nana...

Inés: que descanses, mi vida...

Y no fue necesario que Inés le dijera a Victoriano que saliera, él lo hizo solo.

Vic: ¿Diana piensa llevar a San Román en contra...? (No continuó porque ella lo interrumpió)

Inés: baja la voz. Puede regresar...

Vic: no siente ningún tipo de respeto hacia mí.

Inés: te recuerdo que tú le impusiste la presencia de Débora cuando te casaste con ella...

Vic: pero yo soy su padre. Y dueño de esta casa.

Inés: cálmate... Te guste o no tendrás que aceptar los hombres que tus hijas escojan...

Él le bajó al enojo, mitad por las palabras de Inés y mitad por las palmadas que le daba en el pecho. Su sola cercanía le daba paz...

Vic: ¿me crees cuando te digo que no pasa nada con Débora...?

FUISTE MIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora