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                ''¿Sabes que tu novio tiene antecedentes penales?''







"¿Estás seguro de que estás bien, cariño?" ______ preguntó por cuarta vez, la preocupación estaba llenando su voz.


Suspiré contra mi almohada. No estaba bien, pero me alegraba de que ella no pudiera verme a través del teléfono para poder afirmar lo obvio.


"Sí, sólo cansado.'' Dije con mi voz más convincente, fingiendo un bostezo.

Ella no habló por un segundo. "Bueno, si estás seguro de que es sólo eso..." Se interrumpió, obviamente, sabe que era algo más porque ella podía leerme como un libro abierto, pero no insistió. "Sólo descansa. Voy a hacerte bailar mucho esta noche." Añadió con una risita.


Me reí entre dientes. "No puedo esperar." Le dije con un claro no-entusiasmo. Me daba miedo esa cosa del Winter Ball, y no sólo a causa de arreglarme e ir a una escuela llena de niños ricos engreídos. Para ser honesto, esos eran -probablemente por primera vez- la menor de mis preocupaciones.

"Vamos, Manuel. Será divertido y va ser tu calentamiento para mi baile de graduación." Dijo ______ , y pude imaginarla sonriendo mirando el techo mientras yacía en su cama.


"Oh, ¿por lo que me vas a preguntar para ser tu cita en tu baile de graduación?" Dije, sorprendido. Eso era, al menos, otra cosa nueva para mi durante estos 5 meses. Nunca había pensado tanto tiempo con una chica, pero por otra parte yo nunca había estado en una relación. Todo esto era nuevo para mí.


"A menos que quieras que le pregunte a alguien más." Ella dijo en broma.


"No." Exclamé rápidamente, el pensamiento de ______ bailando con cualquier otro individuo hacia que mi piel se pusiera de gallina. No compartiré mi chica. "Voy a estar contento de estar en la cita, a pesar de que soy un viejo creyente de que en escuela el chico debe preguntarle a la chica y no al revés." Continué, cambiando mi teléfono de una mano a la otra mientras yacía boca abajo en mi cama aún sin hacer.



______ se echó a reír. "Entonces voy a sutilmente hacerte saber cuando el baile de graduación se acerque para que me puedas preguntar y no al revés." Se burló.



"No me gusta que te burles de mí, princesa." Yo fingí un tono serio, aunque me parecía lindo cuando ella trataba de tomarme el pelo.



"¡Oh Dios mío, está nevando!" Ella me ignoró descaradamente. Oí movimiento y susurros a través del teléfono y luego un grito, haciendo que alejara el dispositivo por los chillidos de mi oído. "¿Puedes ver la nieve, Manuel? Aw, es tan hermosa." Arrulló, lo más probable pegando la cara al cristal de su ventana.



Robé un vistazo a la ventana de mi cama, no encantado lo suficiente como para ponerme de pie. Ella fangirleó sobre la nieve como si nunca la hubiera visto antes. "Sí, yo la veo." Le dije, riendo ante su reacción.



"Voy a preguntarle a Tommy si quiere hacer un muñeco de nieve." De repente gorjeó, como si hubiera tenido la mejor idea del mundo. A veces me preguntaba si tenía esta cosa de complejo de Peter Pan.



"Está bien, pero no te olvides de ponerte la bufanda o pillarás un resfriado." Hablaba como si estuviera hablando con un niño, lo que sin duda hizo que ___* rodara sus ojos.



"Oh, cállate. Sólo estoy mirando hacia atrás en mi infancia."



"Buena suerte con tu muñeco de nieve." Yo no podía dejar de reír de nuevo. ¿Cómo diablos se hace un muñeco de nieve en el centro de Manhattan? "Voy a por ti a las 6."



"¡Está bien, hasta luego nene!" Ella exclamó antes de colgar, ni siquiera dándome tiempo de decir adiós de vuelta. Negué con la cabeza divertidamente. Podía ser tan infantil a veces, sin embargo, tan madura cuando lo necesitaba.



Sin embargo, mi alegría no duró mucho cuando recordé por qué estaba molesto en primer lugar. Tal vez debería haberle dicho a ______ antes de que tuviera que oírlo de otra persona -alguien llamado Ryan Reed que pasa a ser su hermano-, pero yo no me atrevía a hacerlo. Eso básicamente le daría a ______ una razón para odiarme y no querer verme nunca más en bandeja de plata.



Gimiendo, me levanté de la cama, pateando las sabanas cuando se enredaron en mi pierna. Una mirada fuera de mi ventana me hizo saber que los chicos estaban jugando al baloncesto en las canchas de la calle. Aun cuando el tiempo estaba así, nadie podía mantenernos de tener un buen partido. No es como si tuviéramos mucho que hacer de todos modos. Había pasado más de una semana desde la fiesta de Navidad, donde conocí a los padres de ______ -que no fue tan mal después de todo- y que ya había celebrado el Año Nuevo y todas esas cosas. ______ estaba de vuelta en la escuela y yo estaba de vuelta a lo que mi vida consistía.



Suspirando, me decidí a jugar con los chicos para alejar mi mente de cosas por un tiempo, algo que necesitaba desesperadamente desde las últimas horas que yo podía garantizar que ______ y yo todavía estábamos juntos. Después de esta noche, tenía el mal presentimiento de que no iba a tener nada que ver conmigo. El pensamiento envió escalofríos por mi espina dorsal.



Me metí en una sudadera con capucha caliente por encima de mi camiseta. Agarré mi braga para mi cuello y salí de mi habitación. El frío no era un problema para mí, pero yo no era una especie de super-héroe inmune a él y estaba nevando demasiado afuera.



Tan pronto como yo estuve fuera de la puerta de mi cuarto, oí el clic característico de la cámara de Jazmyn. No sé si debo estar feliz de que ella le estuviera dando tanto uso o molesto porque ella no había dejado de tomar fotos de todo y de todos desde el día de Navidad cuando le di el regalo. Sólo se sumó a su ser ya insoportable. Te juro que a veces soy demasiado bueno como hermano. Esa maldita cámara costó más que mi vida, pero por lo menos yo sabía que la había hecho muy feliz -se lanzó contra mí en un abrazo de oso y me dio muchos besos de bebé durante más de una hora mientras ella decía sin cesar sobre lo mucho que me amaba-.



En este momento yo estaba de pie delante de la nevera, tratando de elegir entre un Gatorade o una coca-cola para conseguir algo de energía antes de salir a la calle, cuando mi hermana corrió a la cocina, con la cámara apuntando directamente a mi cara.



"Dame una sonrisa, Manuel." Ella imitó a un fotógrafo profesional, presionando hacia abajo el botón para que ella pudiera capturar mi cara varias veces, consiguiendo de todo menos una sonrisa. Estuvo bien posar para ella el primer día, ahora se estaba haciendo frustrante.



"Vete, Rugrat. Eres molesta." Me quejé, agitando una mano hacia ella. Ella era como un maldito paparazzi, y me recordó al hombre chino que había tomado fotos de ______ y yo en la calle la noche que le dije que la amaba por primera vez.



"Oh, sí. Esa es la mirada enojada sexy perfecta para la cámara." Continuó como si no me hubiera oído. "Tengo que enviarlas a ______." Murmuró para sí misma. "Un poco a la derecha, hermano."



"Jazmyn Turizo, si no apartas esa cámara de mi cara, voy a revenderla." Le envié una mirada tan mortal como pude. Yo sabía lo que la asustaba.



"Por Dios, nunca te plantées ser famoso, eres como una abuelita de mal humor." Ella se burló, poniendo los ojos mientras dejaba que la cámara colgara alrededor de su cuello de una gruesa correa negra.



"Lo que sea, Rugrat. Sólo déjame en paz." Yo la esquivé cuando desenrosqué la tapa de mi Gatorade azul.



Jazmyn apretó los dientes ante el apodo. Solía llamarla así cuando éramos más jóvenes y ahora sólo habíamos recuperado la antigua tradición, a pesar de que yo sabía que ella lo odiaba.



"¿Qué demonios te pasa?" Finalmente gritó, siguiéndome hasta la puerta principal. "Has estado actuando así durante toda la semana."



Gemí. Yo sabía que estaba siendo un gruñón, pero yo estaba en el borde. Yo había estado temiendo esta noche desde el día que me admití a mí mismo que me gustaba ______, al igual que cuando me di cuenta que realmente la quería. Y ahora que estaba a menos de 5 horas de estar frente a los demonios de mi pasado y perder positivamente la única mujer que he amado, ser amable no estaba entre mis prioridades.



"No pasa nada." Murmuré, tratando sin éxito a sonar más amable. "Voy a salir."



Jazmyn suspiró, mirándome fijamente.





"Estoy bien." Le aseguré antes de cerrar la puerta detrás de mí.



En el momento en que salí la piel de gallina subió por toda mi piel. Debemos estar a alrededor de 5 grados bajo cero. Corrí todo el camino hasta el parque, donde podía oír los gritos de mis amigos y la pelota rebotando en el piso de cemento, incluso desde la distancia.



"Hombre, yo pensé que no aparecerías." Dijo Mike, tan pronto como me vio. Los chicos me asintieron en saludo y Tyson me dio unas palmaditas en la espalda. Siempre que estamos jugando no prestamos mucha atención a cualquier otra cosa.



"Yo estaba haciendo cosas." Me encogí de hombros, no teniendo ganas de explicarme, y mucho menos a Mike. Claro que era mi amigo, pero Tyson y yo teníamos esa especie de contrato de que sólo entre nosotros nos explicaríamos nuestras cosas. El resto de los chicos no lo entenderían, y Tyson era como mi hermano.



Sin embargo, lo más duro fue tratar de concentrarme en el partido, yo estaba más distraído que nunca. Las palabras de Ryan repitiéndose en mi mente como un disco rayado.





"No te preocupes si a mis padres no les gustas. Una vez que ______ descubra lo que hiciste hace dos años, no tendrás que lidiar con ellos."



"¿Qué pasa contigo, hermano?" Tyson me dio un codazo cuando perdí un pase que fue lanzado recto hacia mí.



Negué con la cabeza, sudor formándose en mi línea del cabello, no tanto debido al ejercicio físico, sino por la sensación desagradable inundando mi estómago.



Cuando Ryan se había acercado a mí en la fiesta de Navidad después de que ___* y yo lo hubiéramos sorprendido con esa chica Natasha, sumé dos más dos y deduje que lo que estaban planeando era contra nosotros. Por supuesto que no podía hacerme caer sin hacerse daño a sí mismo en el camino, pero cuando me había señalado de que fuera, él simplemente se burló.



"Yo soy su hermano, de carne y hueso. Tú eres un chico cualquiera del que ella piensa que está enamorada, pero eso no va a durar mucho tiempo. Ella te va a odiar cuando se de cuenta de lo que realmente eres. Puedes haberla engañado a ella, pero no me vas a engañar a mi y yo no voy a dejarte arrastrar a mi hermana en tu mierda."



Había tomado cada onza de auto-control en mí para no golpearle como la mierda a él allí mismo. Mi sangre hervía y mis manos se apretaban en un ataque, y él estaba disfrutando.



"Tenemos un acuerdo."



Yo lo había recordado, pero no le importó. Estaba decidido a asegurarse de que ______ y yo teníamos la historia final esta noche. Porque esa era la fecha que había considerado adecuada, estropeando el Winter Ball de ______ del que ella estaba tan entusiasmada. A veces me preguntaba si es que se preocupaba por nadie más que él. Si lo hacía, nunca lo había mostrado.



"¿De verdad crees que un tipo como tú podría estar con una chica como mi hermana?"



Fuera de todo lo que había dicho, eso era lo que más dolía. ¿Yo he sido tan idiota al pensar que podríamos hacer esto funcionar? Tal vez él tenía razón y ella se merecía algo mejor, algo a lo que ya había llegado a la conclusión sin su ayuda antes -para que todos los esfuerzos fueran en vano-. Simplemente me molesta que la única vez que me enamoré de alguien, la alfombra tiene que ser sacada de debajo de mí. ¿No soy el tipo más afortunado del mundo?



"¡Manuel!" Gritó una voz, haciendo que saliera de mi ensoñación. "¿Está aún aquí?" Tyson corrió hasta llegar a mi. No me había dado cuenta de que estaba de pie en medio de la cancha, probablemente viéndome como un estúpido.



"Lo siento." Le dije distraídamente.



"Estás ido, amigo." Él entrecerró los ojos en mí escudriñándome porque había pedido disculpas y yo nunca haría eso. "¿Qué mierda te está molestando?"



Aparté la vista de Tyson. Él era mi mejor amigo, pero yo no me atrevía a decirle lo que me estaba comiendo vivo porque lo estaba arrastrando hacia abajo conmigo. Él estaba tan involucrados en el tema como yo, y ahora, porque el hermano de mi novia me odiaba, puedo estropear su relación con Kelsey también.



"Nada." Me dijo. "Nada me está molestando.''



Y sin decir nada más, empecé a caminar, para no avergonzarme más a mí mismo frente a mis amigos. Mi mente estaba claramente en otro lugar así que lo mejor que podía hacer era ir a prepararme para el baile y hacer lo mejor para disfrutar de esas pocas horas con ______.

Debido a que podrían ser las últimas.





______



Mi madre se había superado a sí misma. Cuando ella había entrado en mi habitación, llevando algo -mi vestido el cual había descubierto más tarde- en el interior de una de las bolsas de las de tintorería para los vestidos largos. Yo le había dicho específicamente que no quería cristales de Swarovski, faldas mullidas o accesorios opulentos, pero conociéndola y sabiendo lo emocionada que estaba sobre este Winter Ball -incluso más que yo- tenía el derecho a ser dudosa.



Sin embargo, el vestido había resultado ser un largo vestido azul con un escote en forma de corazón rodeado de pequeños diamantes -supongo que en realidad no me escuchó durante la "ausencia de cristales de Swarovski " parte. Y una falda que me hace ver como una bailarina de cancán. Encajaba perfectamente. Mi madre me había asegurado que nadie usaría el mismo vestido ya que la recolección aún no estaba a la venta.



Puesto que ella ya estaba en mi habitación y apenas podía contener su sonrisa mientras observaba como me ponía el vestido y me subía la cremallera, permití que hiciera mi pelo y maquillaje. No es como si yo lo hubiera hecho mejor teniendo en cuenta mis habilidades aficionadas.



"Te ves hermosa, querida." Dijo mi madre -al borde de las lágrimas me permito añadir- una vez que hubo terminado. Me miré en el espejo de cuerpo entero, mis mejillas dolían por sonreír tanto. Los bailes de la escuela eran un gran evento en mi familia, y como yo era la única niña, mi mamá tiró todos sus esfuerzos en embellecerme. Me sentí como una princesa real mientras miraba mi reflejo. Yo llevaba los pendientes que Jenna me dio, que en realidad coincidían con los cristales sobre el vestido y hacían destellos de luz en el techo de la habitación, igual que cuando mueves un reloj bajo la luz del sol. "Manuel no va a poder apartar sus ojos de ti." Añadió con sinceridad.



Levanté las cejas, sorprendido. Ninguno de mis padres habían hecho ningún intento de reconocer mi relación con Manuel desde la fiesta de Navidad cuando le conocieron oficialmente. De camino a casa simplemente habían acordado que parecía un buen tipo, pero eso fue todo. Mi padre estaba obviamente complacido de que yo tuviera un novio al que le gustaba el deporte, pero dudo que su respeto por él fuera mucho más lejos.



"Gracias, mamá." Respondí, girando sobre mis tacones de Jimmy Choo para mirarla.



Ella me dio una de sus sonrisas típicas de madre, metiendo mi flequillo detrás de mi oreja, cuidando de no estropear el peinado. Últimamente había estado actuando mucho más maternal y dulce conmigo, nunca ha sido la típica de tomemos-helado después de la escuela ni nada de eso y todos estos hechos apuntaban en la dirección a que la historia que Jenna me dijo era la causa de ello. ¿Esto tiene algo que ver con Ray? Me estaba molestando hasta el punto que pensé que iba a preguntarle de inmediato, incluso si eso significaba un problema para mi tía.



Sin embargo, no tuve tiempo de abrir mi boca incluso antes de que la puerta de mi habitación se abriera de golpe y mi querido hermano Ryan apareciera allí, completamente vestido en su traje. Está tan apretada que parecía que la camisa estaba a punto de explotar.



"Wow, hermanita, te ves muy bien." Silbó y me hizo rodar mis ojos.



"¿Qué quieres, Ryan?" Le pregunté, aburrida de su mierda. Él me había estado molestando todo el receso de invierno y yo no podría estar más feliz que se fuera en dos días. Mi relación con mi hermano estaba en ese punto en que apenas podía mantener su presencia sin querer golpearlo.



''Manuel va a venir recogerte, ¿verdad?" A pesar de que hizo una mueca mientras decía su nombre, Ryan tenía una sonrisa plasmada en su rostro. Fuera lo que fuera la razón, no podía ser bueno.



"Sí, ya sabes, vamos al baile juntos." Fruncí mis cejas hacia él en una mezcla de confusión y sospecha. ¿Por qué estaba todavía sonriendo como un idiota?



"Perfecto." Exclamó, sonriendo aún más si era posible.



"Ryan, será mejor que dejes a ______ y a Manuel solos esta noche." Mi mamá le advirtió, dando a mi hermano una mirada que decía, lo digo en serio.



Ryan se quedó sin aliento falsamente. "Madre, me ofendes."



Mi madre puso los ojos ante una risa de mi hermano.



"¿No tienes que ir a recoger a Natasha?" Dije, recién irritada por su presencia. Sí, mi molesto hermano y mi ex-mejor amiga van al baile juntos. Casi me atraganté cuando me dieron la noticia.



Esa sonrisa molesta de Ryan sólo podía significar una cosa: Estaba planeando algo, y estaba segura de que iba a ir sin problemas. Tuve esa sensación en mi estómago que tenía que ver con esa conversación con Natasha que Manuel y yo oímos en la fiesta. Y tuve una sensación aún más alarmante de que estaba vinculado a ese "problema" entre mi hermano y mi novio. Y eso era suficiente para que augmentára ese malestar en mi estómago.



Después de que mi madre y mi hermano finalmente se fueran, apliqué una capa de brillo Rosa con sabor a sandía fresca por Bobbi Brown sobre mis labios, y envolví la cadena de Manuel alrededor de mi muñeca como si fuera un brazalete, junto a las pulseras que yo siempre uso. Sonreí mientras el vagón del metro de plata me llamaba la atención. Me sentí mal porque Manuel debe de haber gastado una fortuna en él -supongo que no le robó- pero era tan hermoso y tan especial. Tenía este significado oculto que sólo él y yo entenderíamos.



Estaba a punto de salir, cuando la puerta de mi habitación se abrió de nuevo, revelando mi papá. Felicitó como me veía antes de cerrar la puerta tras de sí. Había una carpeta de cartón marrón en su mano que parecía como las que él a veces trae a casa desde su oficina.



"Sé que estás a punto de salir, pero que tenía que decirte algo." Dijo, tomando una respiración profunda.



Asentí con la cabeza para que él continuara, tenía curiosidad por saber qué era de lo que él quería hablar y no podía esperar. "Está bien."



Cuando levantó la carpeta en sus manos, yo sabía que el asunto tenía algo que ver con eso, pero yo estaba como perdida por la razón. "Esto." Él agitó los papeles en el aire. "Esto es.." Entonces él pareció cambiar de idea y reformular lo que él estaba a punto de decir. "¿Sabías que tu novio tiene antecedentes penales?" Su tono era de desconcierto, como si él no estuviera seguro de si era peor que yo no lo supiera o que yo lo supiera y estuviera saliendo con él de todos modos.



Yo estaba muy sorprendida, sin embargo. "¿Has buscado su registro?" Casi chillé. "No puedo creer esto." Mi cabeza empezó a temblar, como si eso me despertara de mi sueño. Debido a que esto no podía ser cierto, no podía ser real.



"Por supuesto que sí." Dijo mi padre a la defensiva. "Quiero saber qué tipo de persona es con el que mi hija se está involucrando. Y tengo que decir que no esperaba que su nombre saliera cuando busqué en la base de datos, y mucho menos que su archivo sea este tan grueso." Su expresión era de puro escepticismo, probablemente a causa de mis opciones. ¿Qué clase de hija de policía sale con un criminal? No me gusta considerar a Manuel un criminal, pero la carpeta era bastante gruesa.



''Oh, Dios mío." Suspiré, porque palabras más significativas se habían enganchado en mi garganta. "¿Eso es incluso legal?¿Tomar archivos de alguien?" Le pregunté después de un momento.



"Lo es cuando estás en mi posición." Mi padre casi se burló. Creo que esperaba que reaccionara de manera diferente. Como tal vez gritar de horror al descubrir que mi novio tiene antecedentes penales. Lo que él no sabía -y vamos a orar de que nunca se entere- era que uno de esos antecedentes fue firmado por mí, porque saqué a Manuel de una estación de policía una vez.



Sin embargo, nunca en mi vida había esperado que mi padre investigara a mis novios por posibles filas con la justicia. Los crímenes de Manuel no podían ser tan grandes si nunca hubiera estado en la cárcel. Me dijo que había sido arrestado un par de veces y que había tenido que hacer servicios a la comunidad, cosas como limpiar grafitis de las paredes o recoger la basura de un parque, pero eso fue todo. Nada importante, nada lo suficientemente grande que haría a mi padre enviarme lejos a un convento de monjas. Lo cual me recuerda...



"¿Lo has leído?" Traté de alejar el pánico de mi voz, pero no funcionó tan bien.



"Todavía no." Dijo. "Y, para ser sincero, no sé si quiero." Echó un vistazo a la carpeta con lo que parecía ser miedo o preocupación, o ambos.



"Mira, papá." Cerré los ojos, con un peso de mis palabras antes de abrirlos de nuevo. "Lo que Manuel tuvo en el pasado, ya está hecho. Él ha cambiado." Le expliqué, poniendo tanta verdad en mis palabras como pude reunir. "Tienes que confiar en mí."



Mi padre simplemente me miró fijamente durante un minuto, con los brazos cruzados sobre su pecho. Finalmente dijo: "Está bien." Me envió un guiño. "Voy a confiar en ti. Pero en el momento que vea algo sospechoso..." Se interrumpió. "Es sólo que no quiero ponerte en el camino del peligro."



Yo apreté los labios. Quería decirle que Manuel nunca me dejaría pasar ningún peligro, que había sido mi caballero de brillante armadura cada vez que había estado en problemas. Pero no lo hice porque sabía que no iba a sonar tranquilizador para él. Porque eso significaba que ya había estado en peligro -un atracador me atacó, casi fui violada por un hombre en un club, estuve involucrada en una persecución policial y el enemigo de Manuel tenía los ojos puestos en mí. Cualquier hombre que había hecho algo para tener un reporte criminal lleno en su nombre automáticamente entraba en la lista negra de mi padre. Es por eso que yo esperaba no averiguara nada acerca de Manuel, aunque debí haberlo visto venir.



El silencio en la sala fue interrumpido por el sonido del timbre. Cogí mi bolso y la chaqueta en mis brazos y pasé junto a mi padre, con el objetivo de ir a la puerta. "Ten cuidado, ______." Su voz era grave, pero preocupada, por lo que me sentí mal.



Me di la vuelta por un segundo para mirarlo. "Lo haré, padre. No te preocupes por mí." Le ofrecí una pequeña sonrisa -¿qué otra cosa podía hacer?- y salí de la habitación.



En el momento en que llegué a la puerta principal, Manuel ya estaba dentro, charlando con Blake, que debió dejarlo entrar. Era bueno ver al menos otra persona que no fuera yo llevarse bien con mi novio en esta casa.



Cuando entré en el vestíbulo, ambos chicos giraron la cabeza para mirarme, haciéndome sentir como si estuviera en una especie de película. Le sonreí a Manuel -intentando ignorar la presencia de Blake- hasta que fue capaz de detener su baba y hablar. Estoy segura de que mis mejillas se pusieron rojas bajo su mirada.



''Te ves... impresionante." Manuel finalmente dijo, sonriendo hacia mí tan grande que un hoyuelo se formó en su mejilla.



"No te ves tan mal tu tampoco." Le dije con descaro, caminando cerca de él. Llevaba el mismo traje que lució en la fiesta de Navidad, pero esta vez la camisa que llevaba debajo era de color azul claro y la corbata azul marino. Casualmente como el color que llevaba yo. La voz en la parte de atrás de mi cabeza sonaba impresionada.



Tan pronto como yo estuve lo suficientemente cerca, Manuel enganchó su brazo alrededor de mi cintura, y, ahuecando mi mejilla, me dio un casto beso en los labios. "Hmmm, ¿sandía?" Murmuró.



Oí a Blake murmurar algo así como: "Me voy de aquí" en el fondo, pero no le presté mucha atención. La proximidad de Manuel estaba haciendo que me mareara, una vez más. Marcela había rociado colonia en él otra vez, estaba bien afeitado y sonreía, lo que hizo que las mariposas revolotearan en mi vientre.



"Sí." Le respondí a su pregunta sobre mi brillo, mordiéndome los labios para dar énfasis.



"¿Vamos, princesa?" Manuel preguntó con su acento británico horrible, haciéndome emitir un sonido entre una risa y un resoplido.



"Claro, sólo déjame decirle a mi mamá."



No fue necesario, sin embargo, porque cinco segundos después ella estaba de pie bajo el umbral de la sala. "Dejádme tomar una foto antes de iros." Dijo mi mamá, tomando su cámara digital de su bolsillo.



Manuel y yo posamos para algunas fotos, hasta que finalmente nos dejó ir. "Diviertanse." Nos besó en la mejilla y nos dijo adiós desde la puerta. "¡Y no después de la fiesta!" Ella dijo detrás de nosotros.



Manuel se echó a reír, y yo rodé los ojos por lo que parecía ser la centésima vez en dos horas. Una vez dentro del ascensor, Manuel inesperadamente y de repente me inmovilizó contra la pared, besándome con fuerza.



"Woah." Dije entrecortádamente después de un tiempo con el fin de respirar. Podía oír nuestros corazones latiendo salvajemente y ni siquiera habíamos alcanzado el nivel de la calle todavía. "¿Qué fue eso?"



"Te extrañé." Susurró Manuel, sosteniendo mi mano y examinando mis pulseras sin expresión en su rostro, aunque sus ojos escondían algo más, algo que había estado allí toda la semana.



Las puertas del ascensor se abrieron, y cruzamos el vestíbulo del edificio, recibiendo una especie guiño del portero, que se percató de nuestros trajes y nos deseó una feliz noche.



"Me viste ayer. " Me reí, enderezando la corbata de Manuel que estaba arrugada. Cuando entramos en las calles sucias nevadas de Manhattan, sentí una oleada de frío extenderse por mí. Esto no se suponía que era el Polo Norte.



"Sí, pero sólo por unos minutos." Se quejó. Y tenía razón, sólo lo había visto cuando fui a recoger a Tommy de la práctica de fútbol, lo que nos dio unos 20 minutos antes de que tuviera que ir de vuelta a casa a hacer la tarea.



Una sonrisa dibujó en mis labios. "Bueno, nos veremos otra vez el domingo para el partido de los niños, ¿no?" Tommy había llegado corriendo a mí después de su práctica el martes para anunciar que tenían otro partido el fin de semana contra algún equipo de New Yersey.



"Es cierto." Manuel asintió, su puchero juntándose en una sonrisa. ''Eso me recuerda... Ya no me llamas Gorgeous Boy, ¿eh?" Dijo en broma.



Me sonrojé involuntariamente, los recuerdos de ese día en el que Kelsey dijo el apodo que tenía para Manuel frente a él parpadeaban de nuevo. "Por favor, eso fue hace una vida." Sacudí la mano con poco entusiasmo. Cuando llegamos a su coche, dejé que Manuel abriera la puerta para mí, enviándole dagas con la mirada por su expresión divertida.



Una vez que estaba en el asiento del conductor, él me apretó la mano. "No te preocupes, princesa. Todos sabemos que soy precioso. No eres la primera chica en señalarlo." Su arrogancia estaba más crecida hoy en día, ¿no?



"Pero, si depende de mí, voy a ser la última en señalarlo." Le dije desafiante.



"Eres sexy cuando te pones descarada, nena." Manuel me envió un guiño, arrancando el motor.



"¿Entonces estoy sessy?" Moví mis cejas estúpidamente.



Manuel me miró como si yo fuera idiota, pero yo no lo culparía después de lo que acababa de decir. "Dices cosas muy raras veces."



Y era verdad. Tendía a inventar palabras  y básicamente hacer cosas tontas, pero al menos había conseguido que su comportamiento cambiara un poco. Parecía más feliz ahora, y la tristeza escondida en sus ojos había desaparecido momentáneamente.



Para el resto del trayecto escuchamos música de Manuel -dijo que era justo ya que tendría que soportar -y cito- "mierda pop" durante el resto de la noche. Más tarde me habló de la molestia adolescente de Jazmyn, como de costumbre. Tenían a una relación de hermanos de odio/amor con Ryan que habíamos compartido durante nuestros buenos tiempos, cuando él no había movido cielo y tierra para joderme por razones "que no podía entender".



Manuel parecía tenso, sin embargo, él seguía mordiendo el interior de la mejilla y mantuvo mi mano en la suya todo el tiempo. Gracias a Dios que era zurdo.



"¿Vas a decirme lo que está mal, o tengo que averiguarlo yo misma?" Finalmente le pregunté mientras aparcamos, lo más cercano a nuestro destino como fue posible.



Normalmente, los bailes de la escuela se llevan a cabo en el gimnasio de la escuela, pero el padre de Natasha es un rico hombre de negocios sucio que posee la mitad de los edificios en el Upper East Side así que él había prestado éste a la escuela para el baile.



Manuel negó con la cabeza, sin soltar el volante.



"Está bien, no me lo digas." Abriendo la puerta con fuerza, salí sin decir nada más y empecé mi camino a la fiesta. Había estado actuando raro toda la semana, y hasta se podía ver en su expresión que definitivamente no estaba bien. Pero si él no me quiere decir, entonces que así sea. Dicho esto, no esperes que no me enoje.



"______, espera." Manuel dijo, y oí el sonido característico del bloqueo del coche mientras corría detrás de mí. Él extendió la mano para agarrar mi muñeca cuando estábamos en el patio delantero del edificio, girando alrededor de mí así que ya no podía seguir caminando.



Lo miré con paciencia, esperando que se abriera, pero aquello era un fenómeno que ocurría alrededor de dos veces en un año para este ser humano, así que no quería hacerme ilusiones.



Mientras tanto quedé boquiabierta ante la casa de estilo victoriano, en frente de nosotros, Manuel parecía meditar sus siguientes palabras. Era enorme y las luces provenían de cada ventana en colores amarillo, rojo, azul y verde, incluso. También podía escuchar la música que vibraba a través de las paredes de piedra. Fácilmente podría haber sido confundida con una de esas casas de fraternidad para los estudiantes universitarios.



"Sabes que te amo, ¿verdad?" Manuel finalmente dijo, buscando mis ojos mientras mordisqueaba con preocupación su labio inferior.



"Sí, yo te amo, también." Le contesté en un instante, frunciendo el ceño. Si había algo de lo que estaba segura, era mi amor por Manuel.



Se lamió los labios. "Está bien, no lo olvides nunca." En un instante ahuecó mi cara entre sus manos calientes, y por un momento no sentí la frialdad del aire, ni vi a la gente caminando por delante de nosotros a la casa. "No importa qué, te amo." Susurró, tocando su frente con la mía, y mi corazón se encogió ante su autenticidad. ¿Qué era esto? "Te quiero mucho." Apenas podía él oír el golpeteo de mi sangre en mis oídos, y luego sus labios estaban en los míos.



Fue un beso suave, suave, lento y dulce. Algo así como el momento en que nos besamos después de que dijéramos nuestros primeros 'te amo'. Estaba lleno de emoción y me dejó mareada. En el instante en que Manuel se alejó, mis labios dolían por su toque de nuevo, pero tenía tiempo de sobra para besárlo esta noche. Y es de esperar por el resto de mi vida... Sin embargo, la urgencia del beso y la insistencia de sus labios habían dejado un rastro de preocupación detrás, y yo no podía entender por qué.



En el interior, Call Me Maybe de Carly Rae Jepsen sonaba a través de los altavoces y los adornos parecían sacados de la película de Barbie. No es extraño que Natasha hubiera estado en el comité de organización. Dejé mi abrigo en el guardarropa antes de caminar de la mano con Manuel a la sala principal, donde había acordado reunirme Kelsey. Algunas personas nos recibieron en nuestro camino hacia allí, la mayoría de ellos eran mis compañeros de clase que se habían reunido brevemente con Manuel en la víspera de Navidad. Las chicas lo estuvieron mirando, seguro que preguntándose si era soltero o no, y me enviaron un sentimiento de posesividad sobre mí.



En la pista de baile, los estudiantes estaban bailando con sus parejas o -los que no habían tenido la suerte de ser invitados al baile con su grupo de amigos. Por doquier que mirara veía vestidos de colores y trajes oscuros, a la excepción de Ed, un tipo raro de mi clase de química que llevaba un esmoquin blanco. Se veía hilarante. La sala era enorme, y los espejos antiguos se alineaban en las paredes. Una lámpara de araña que era tan grande como un piano colgaba del centro del techo, y había una doble escalera en la pared opuesta a la entrada principal que conducía a un segundo piso.



Pronto, vi a Kelsey y Tyson ya bailando, bueno, más Kelsey estaba volviéndose loca, mientras que Tyson se reía de ella -con un vaso de ponche en sus manos.



"Llevas unos tragos, ¿no es así?" Me burlé de Tyson, haciendo mi apretón de manos especial con él.



"Tu amiga sí." Los dos miramos a Kelsey. "¿Estás segura de que el ponche no tiene alcohol?"



"¡Estoy bastante segura. Kelsey estás loca!" Grité por encima de la música, mirándola twerkear. Era demasiado divertido, especialmente cuando ella llevaba un vestido largo de raso rojo y sus rizos rebotaban arriba y abajo en todas las direcciones. Era extraño ver a Tyson con traje, aún más extraño que cuando vi a Manuel con traje la primera vez. Siempre utiliza la ropa hiper -ancha y sin mangas mostrando sus tatuajes (tenía muchos más tatuajes que Manuel), esto era curioso por decir lo menos.



Algunos estudiantes miraban sorprendidos a Kelsey y Tyson. Nadie más que yo sabía antes que Kelsey tenía un novio negro y, lo creas o no, hay gente en el siglo 21 que todavía es racista. Pero a los dos no les importa, sin embargo. Siguieron bailando y besándose y riendo juntos, y yo estaba muy feliz por ellos.





"¿Quieres un trago?" La voz de Manuel interrumpió mi momento de orgullo-mama.



"Claro." Le dije, sonriéndole mientras hacíamos nuestro camino a través de la creciente multitud a las mesas de comida. Habían falsos copos de nieve que colgaban de cadenas en el camino.



"¿Hablas en serio?¿Ni siquiera cerveza?" Manuel le preguntó a nadie en particular, con una mirada de incredulidad en su rostro mientras miraba a las bebidas.



"La política de la escuela es estricta." Le dije. "Sin alcohol". Encogiéndome, cogí una lata de Coca-Cola Light. Manuel miró la mesa de refrescos con disgusto. Parecía un niño de 5 años de edad decepcionado, cuyos padres no querían comprarle un perrito.



Le di un codazo en las costillas en broma. "¿No quieres un poco?"



"De ninguna manera. Eso sabe a papilla de bebé." Él hizo una mueca.



Me atraganté con mi coca, casi escupiéndola. "Dios, sólo tienes que tomar una Coca-Cola o algo así."



"Bien." Se adhirió en su voz infantil.



Por cada canción que salía a través de los altavoces Manuel ponía los ojos por lo menos dos veces: Una cuando sonaban las primeras notas de la melodía y ya sabía que no le gustaría, y otra cuando me veía cantar con la parte superior de mis pulmones.



"Debería cambiarme de lugar y ponerme yo como DJ." Se burló, mientras yo giraba en torno a él escuchando una canción que no reconocí.



"No, gracias." Le dije, deteniéndome frente a él. "Yo no quiero bailar con Chaz. Él es un idiota."



Chaz era un de los chicos mayores con ojos verdes, amigo de Nate, y miembro de la banda de la escuela. Según él, la música era su pasión, pero cualquiera que lo conociera más a fondo diría que su pasión eran las chicas. Literalmente, follaba con una ingenua chica diferente cada fin de semana. Era más conocido como "manwhore"* alrededor de los pasillos de la escuela, pero él disfrutaba de su fama, no obstante. Burro. Tal vez Manuel le gustaría, sin embargo, porque sabía que Chaz a le gusta la música que estaba tocando probablemente tanto como a mi novio. Mi conjetura es que Natasha le dio ese CD a Chaz y le pagó para quedarse tranquilo.



Durante cerca de una hora más, Manuel siguió mirándome bailar, interviniendo lo menos posible, y cuando lo hacia era para darme un beso. Terminé arrastrándolo a un rincón para que todos no nos vieran besándonos.



"¿Qué pasa contigo?" Empujé suavemente su pecho, riendo. Mis labios estaban hinchados de tanto besar.



"¿Qué? ¿No puedo liarme con mi novia, especialmente cuando ella se está viéndose tan caliente?" Preguntó en ese tono inocente que le hacía sonar como el hijo del pastor. "Tienes suerte de que no hay camas aquí." Agregó en una voz un poco más atrevida, entrecerrando los ojos seductoramente.



A pesar del hecho de que yo debería estar acostumbrada a su coqueteo y burlas, me sonrojé. "Ya basta, estamos rodeados de gente." Le susurré. "La gente me conoce."



"¿A quién le importa?¿Crees que sólo porque son niños ricos y blancos no tienen relaciones sexuales?" Hablaba de ello como si él no se consideraba blanco. Tal vez se sentía negro... Quiero decir, él actuaba como todos sus amigos. Y sus amigos eran negros. De alguna manera puedes saber la diferencia, a pesar de que el que se sienta así tiene más que ver con el hecho de que vive en un barrio como el Bronx y no por su color de piel.



"Sé que tienen relaciones sexuales, pero no en medio de una pista de baile." Exclamé. "Yo no quiero hablar más de esto." Mis dientes se engancharon en mi labio inferior, con la cara y el cuello enrojecida, y miré hacia abajo, fingiendo estar entretenida con los botones de la camisa de Manuel. Se había quitado la chaqueta, en algún momento durante la noche, ya que hacía demasiado calor aquí.



"Muy bien." Dijo, levantando mi barbilla hacia arriba. Cuando mis ojos se encontraron con los suyos, estaba sonriendo, aunque la tristeza extraña todavía estaba allí. Y yo era consciente de que no tenía nada que ver con mi negativa a hablar más de sexo -que por cierto estaba más relacionado con el hecho de que me estaba haciendo retorcerme y dirigir mis pensamientos en direcciones inapropiadas.



''Agarren a sus damas, hombres." La voz de Chaz de repente sonó por el micrófono. "Momento para uno lento."



Manuel pasó un brazo alrededor de mis hombros, y me arrastró de nuevo al centro de la sala, donde habíamos dejado a nuestros amigos antes. Cuando las primeras notas de Kiss Me de Ed Sheeran flotaron alrededor de la pista, Manuel rodeó mi cintura y yo puse mis brazos alrededor de su cuello, dejando caer mi cabeza en su hombro. Supongo que este es el momento que todas las chicas esperan en cualquier tipo de baile. El momento en que estás en un lento baile con el chico amas y puedes oler su aroma de cerca y sentir su calor debajo de ti, y puedes escuchar su respiración en tu oído. Para mí, era perfecto. Todo el tiempo que Manuel cantaba las palabras en mi oído, presionándome más cerca.





"This feels like falling in love, falling in love. We're falling in love."*



Bueno, ahora, Ed Sheeran es probablemente el cantante masculino más romántico del planeta, pero teniendo a tu novio -que pasa a cantar como un ángel- susurrando esas bellas palabras en tu oído era la personificación de la plena felicidad.



"My heart's against your chest, your lips pressed to my neck."* Dejé caer un beso pluma sobre su yugular. "I'm falling for your eyes, but they don't know me yet. And with this feeling I'll forget, I'm in love now."*



Mis ojos se llenaron de lágrimas de alegría, porque yo no sabía en qué momento de mi vida me había quedado tan profunda y locamente enamorada de él. No las dejé caer, no sólo porque arruinarían mi maquillaje, sino porque no quería parecerme a una chica sentimental, romántica empedernida que en el fondo yo sabía que era. Y también porque había docenas de personas que nos rodeaban. A pesar de que la mayoría de las chicas tenían el mismo aspecto. Kelsey estaba abrazando a Tyson tan fuerte que pensé que podría ponerse púrpura.



Cuando la canción terminó, sentí a Manuel tenso. Era como si alguien hubiera estallado nuestra propia burbuja, lo que nos devolvió a la realidad. Vi a mi hermano mirarnos desde detrás de mí -que era lo que Manuel estaba mirando con la mandíbula tensa- y le envié una mirada. Se veía como si estuviera a punto de arruinar mi hasta ahora perfecta noche.



"Voy al baño, ahora vuelvo." Le dije a Manuel. Quería comprobar mi maquillaje en el caso de mi mascara se hubiera corrido o algo así, y esas latas de Coca-Cola había hecho mella en mí.



Manuel asintió, pero no me soltó la cintura.



"Manuel, tienes que apartar tus manos de mí para que yo pueda ir." Dije entre risas.



Él bajó la mirada hacia mí con intensidad, como si estuviera tratando de memorizar mis características. Sólo eso se añadió al extraño comportamiento que había estado mostrando desde que me había ido a buscar. Finalmente, se inclinó lentamente y me besó como lo había hecho antes afuera. Dejé escapar un suspiro contenido cuando no separó mis labios de los suyos. Su movimiento era deliberado, como si estuviera besando a una muñeca de porcelana en mi lugar -que era un gran contraste con sus habituales ataques trabalenguas. Era el tipo de beso que decía 'te adoro' sin palabras. No voy a mentir, me preocupaba que de repente necesitara hacerme saber lo mucho que me amaba y se preocupara por mí. Era como si estuviera tratando de tranquilizarme, pero yo no necesitaba consuelo.



"Ahora puedes ir." Dijo contra mis labios, forzando una sonrisa en su rostro. Era capaz de leer a través de sus expresiones faciales como un diccionario, yo era consciente de que no era su sonrisa infame, o su amplia sonrisa, o su registrada encantadora sonrisa. Esta fue sólo una curva de sus labios que fingía que todo estaba bien. Mi única conjetura era que todo esto tenía algo que ver con que su padre se iba a ir pronto. Quiero decir, no había otra explicación. Probablemente tenía miedo por él, y yo podía entender perfectamente eso. Después de todo lo que me había dicho el día que su padre regresó antes de Navidad , yo no quería que Santiago se fuera tampoco. No podía soportar saber cómo Manuel se sentía hasta que Santiago estuviera en casa sano y salvo de nuevo.



Agarrando su cara en mis manos, me encontré con sus ojos. "Te amo y no importa qué, ¿de acuerdo? Nunca lo olvidaré." Repetí las palabras que me había dicho antes, que hizo que sus ojos color avellana se iluminaran un poco.



"¿Me lo prometes?"



Entrelacé su dedo meñique con el mío, ignorando su mirada. "Lo prometo." Sonreí.



"¿Puedes venir conmigo al baño, chica?" Kelsey apareció de la nada, agarrando mi brazo mientras ella rebotaba sobre sus tacones. Puse los ojos. Vaya manera de arruinar nuestro momento, Kelsey. Pensé.



"Sí." Le dije, dejando que me llevara hacia el segundo piso. Cuando miré hacia abajo de la barandilla que recubría la plataforma sobre la pista de baile, Manuel estaba hablando con Tyson, pasándose una mano por el pelo. Fruncí el ceño, pero seguí a Kelsey a la larga cola de chicas que llevaba a los baños.



Estaba revisando mi maquillaje en el espejo, tan lujoso y elegante como el resto de la casa victoriana, cuando sentí una presencia a mi lado. Una presencia que no estaba interesada en ver.



"Hola, ______." Mi nombre rodó torpemente de su boca. "He oído que es así como la gente te llama ahora."



"¿Qué quieres, Natasha?" Escupí, ocupándome con mi brillo de labios, esperando que ella huiéra lejos.



"Sólo hablar contigo." Ella se encogió de hombros inocentemente. "Vamos, no puedes haber olvidado, posiblemente, que éramos amigas. Te conozco desde el jardín de infantes."



"Oh, por suerte, lo hice." Detuve mis movimientos para encarárla. "Sucede cuando te conviertes en una perra traidora." Dándole mi mejor sonrisa falsa con los labios apretados, reuní todo en mi bolso, lista para salir.



"Está bien, lo entiendo. Todavía estás molesta." Dijo en ese tono que utilizaba cuando se quiere pedir perdón. Pero se necesitaría que las estrellas cayeran del cielo para que Natasha se disculpara realmente con alguien.



"¿Molesta?" Solté un bufido, atrayendo la atención de algunas personas. "Natasha, yo simplemente no quiero tener nada que ver contigo. Lo siento si no te quedan amigas. Tal vez si fueran una buena persona, tendrías."



Ella me miró de soslayo, frunciendo los labios. La había golpeado donde más le dolía. "Mira." Dijo ella, sonando como si estuviera acabando con su paciencia. "No estoy pidiendo que seas mi amiga. Sé que probablemente me odias."



"Lo hago." Yo la interrumpí materia con total naturalidad.



Se abstuvo de poner los ojos. "Sólo quiero hablar contigo por un minuto." Parecía como si le doliera suplicar, lo que me hizo sonreír interiormente divertida.



"No tengo nada que hablar contigo." Le insistí, examinando aburrida mis uñas.



La oí hacer una inhalación brusca. La estaba poniendo de los nervios. Bien.



"Solo ven, por favor." Hería su ego tener que rogar. "Va a ser un segundo, te lo juro." Dijo ella con dulzura. Ella siempre tendía a endulzar su voz cuando se estaba cansando de alguien.



"¿Vas a dejarme en paz para siempre si voy?" Lo que esperaba. La última cosa que quería era estar a solas con Natasha, pero si eso significaba que dejara de molestarme por el resto de mi vida, creo que valdría la pena.



"Sí." Ella admitió de mala gana.



"Muy bien, entonces." Le di una mirada dura. "Más vale que valga la pena mi tiempo."



Toda su actitud cambió. "Oh, confía en mí, así será." Su voz era extraña, como si estuviera ocultando algo.



"_, ¿qué estás haciendo?" Kelsey surgió de un puesto, la confusión estaba escrita por toda su cara.



"Dile a Manuel que estaré de vuelta pronto."



Movió sus ojos azulados de ida y vuelta entre yo y Natasha, frunciendo el ceño al final. "Claro." Dijo antes de alejarse.



Cuando Kelsey se había ido, Natasha hizo señas para que la siguiera con su dedo índice. Puse los ojos en la parte posterior de la cabeza y se fui detrás de ella. La gente nos enviaban extrañas miradas -muy probablemente preguntándose si íbamos a entrar en una pelea de uñas- ya que no nos habían visto juntas desde principios de noviembre.



"Así que tienes uno de esos novios protectores?" Preguntó Natasha. No sé si ella estaba tratando de hacer una pequeña charla o simplemente ser intrusiva, pero no iba a responder a eso. Por lo menos tengo un novio, quise decir.



"Apuesto a que no querías hablar conmigo acerca de Manuel." Le dije. "¿Y a dónde diablos vamos?"



La casa era incluso más grande de lo que pensé primero. Caminamos por los pasillos durante unos cinco minutos. Incluso subimos un tramo de escaleras .



"A algún lugar privado, lejos de los ojos de todos aquellos adolescentes curiosos." Como si ella no fuera la reina de los chismes. Me entraron ganas de reír, así que lo hice.



El chasquido de sus tacones de aguja sobre la madera era suficientemente alto para ahuyentar a la pared, y la falda de su vestido rosa hacía ruidos mientras caminaba.



"Ya sabes, tu hermano es una cita terrible para un baile." De repente se calló, deteniéndose delante de una puerta de caoba voluminosa.



No suelo defender a mi hermano, pero teniendo en cuenta que era Natasha, también conocida como mi ex-mejor amiga, la que besó a mi novio en frente de mí, pensé que me gustaría hacer una excepción. "¿Has pensado que tal vez es tu culpa? Quiero decir, él fue quien te dejó."



Ella apretó los labios, entrecerrando los ojos hacia mí con odio. Suspiré con aburrimiento, no afectada por sus pequeñas expresiones. Hubo un silencio hasta que oí voces apagadas procedentes del otro lado de la puerta voluminosa.



"Esto... joderlo."



"Tu... culpa."

"No hagas esto... te odiará también."

"Lo que sea... te quiero fuera de su vida.

Reconocería esas voces incluso en una habitación llena de gente.

"¿Qué está pasando aquí?" Pregunté, agarrando el brazo de Natasha.



Ella se limitó a reír, como si ella estuviera disfrutando de todo lo que estaba sucediendo. Alargó la mano hacia el pomo de la puerta y lo retorció, arrastrando la pesada puerta. Dentro había una sala casi vacía. Las paredes estaban manchadas con fugas, los dibujos en el fondo eran de flores desvaneciéndose. Los únicos muebles eran una mesa vieja polvorienta y un sofá tapizado de color rojo oscuro. Olía a rancio, como si nadie hubiera estado aquí en años. Pero lo más sorprendente era que Ryan y Manuel estaban discutiendo en el centro de la habitación.



"¿Qué está pasando?" Repetí. Decir que estaba confundido sería un eufemismo.


Cuando Manuel me vio, su expresión se suavizó. Su cabello estaba despeinado por haberse pasado las manos por él -algo que hacía cuando estaba nervioso- y sus ojos parecian afligidos. mi hermano sonreia triunfante.

B.R.O.N.X/ Manuel Turizo/ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora