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''Creo que te estás enamorando de ella también.





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Me apoyé en la pared, mis labios temblorosos mientras las lágrimas rompían la barrera de los párpados, cayendo libremente por mis mejillas. ¿Preocuparme por arruinar mi maquillaje? No. ¿Preocuparme por mi bolso tirado en algún lugar en el suelo? No. ¿Preocuparme por el gancho en la pared que rasgaba mis medias? No. Sólo me preocupaba por ese chico que acababa de huir, y me dejó sin habla y rota.



¿Cuando todo había ido tan mal? Me maldije por tener que abrir mi estúpida boca y mentir, pero nunca esperé que Manuel se conviertiera en este loco. Sólo esperaba que no hiciera nada de lo que se arrepintiera, después de todo lo que había dicho "Sabes, tienes razón. Debería estar en otro lugar dandote una buena razón para no confiar en mí." Pero yo no creo que me haga eso. A diferencia de lo que pensaba, me hizo confiar en él, y yo estaba decidida a demostrarselo con todo fuera necesario. Puedes pensar que exagero, pero yo estaba desarrollando fuertes sentimientos por Manuel, además de que tiendo a ser una persona emocional de todos modos.



Aspiré una bocanada de aire, aspirando ruidosamente mientras caminaba a recoger mi bolso del suelo. De repente, me sentí sola y asustada en el sótano frío y húmedo. Marqué el número de Manuel en mi teléfono pero dejó que sonara, no respondió. Tenía ganas de llorar de nuevo, pero, al ver que yo había estado fuera por mucho tiempo, fui hasta el ascensor. Todo el camino lloré, yo imaginaba cientos de diferentes escenarios en los que esto podría llevar mi relación. Me gusta mucho Manuel y yo no quería que un pequeño malentendido terminara con mi actual única fuente de felicidad. Sin embargo, tuve la sensación de que las cosas siempre iban a ser de esta manera con Manuel. Tenía mal humor y era un hecho.



Recordé el momento en que lo saqué de la estación de policía y cómo había gritado, o cómo los más pequeños detalles le hartaban, como cuando le llamé 'Jesse'.



Sólo me di cuenta de que estaba de vuelta en el piso 68 cuando el ascensor hizo un ruido y vi las puertas de par en par. Salí, tropezando en mis tacones y me dirigí al baño. Por suerte, estaba vacío, así que me encerré dentro y vacilante miré mi reflejo en el espejo. La chica que me miraba tenía rimel manchado en su cara y su cabello estaba desordenado de correr sus manos a través de él. Tenía los ojos rojos e hinchados y los labios todavía estaban temblando.



Me quería quitar de nuevo a la vista, así que le di la espalda al espejo y opté por llamar a Manuel una vez más. Dado que ninguna de mis dos llamadas fueron contestadas, le envié un texto, pero no me respondió. Suspirando tristemente, me caí. Puedo también darle un poco de tiempo para calmarse y finalmente cambiará de opinión.



Cogí unos pañuelos y los mojé un poco, pasandolos por mis mejillas manchadas y bajo los ojos llenos de lágrimas. "Las chicas grandes no lloran." Me dije. Pero no era tan fácil como parecía. Sin embargo, tuve que dejar de llorar o todos se darían cuenta y sólo sería peor. Cuando mi cara limpia y mi cabello bajo control, busqué por mi bolso para cualquier maquillaje, pero era tan pequeño que no había metido ninguno en ella.



Salí del baño en mi estado como un fantasma, caminando dentro de la sala grande donde todo el mundo estaba. Había menos gente, ya que se había hecho tarde y algunos se han marchado, pero los que se quedaron no parecían darse cuenta de mi ausencia.



"¿Dónde has estado?" Troy McAdams preguntó, al ver que me senté en unas sillas. Se sentó a mi lado y casi grité que se fuera, pero tenía que actuar y fingir que todo estaba bien.



"¿Cómo estás Troy?" Traté de sonar animada pero fracasé miserablemente. Lo único que yo quería y necesitaba en ese momento era estar sola acurrucada en una pelota en mi cama -por la falta de Manuel a no ser acosada por este adolescente molesto.

B.R.O.N.X/ Manuel Turizo/ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora