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"¿Pensabas que no te pillaria, ______?''


Parte 2


Una vez que me tranquilicé y ya no lloraba, miré mi reflejo en el espejo retrovisor. Mis ojos estaban un poco hinchados, pero, por suerte, me había puesto el rimel a prueba de agua esta mañana, así que aquello evitó verme como panda. Tomando un pañuelo de papel del bolsillo me soné la nariz. Me veía como basura, para ser honesta, pero había poco que podía hacer, además de tirar mi pelo en una cola de caballo y tratar de fingir una sonrisa.

Al salir del coche, cerré la puerta y empecé a caminar hacia el edificio de Manuel. Debería haberlo llamado diciéndole que iba a venir, pero no tuve tiempo. Justo cuando estaba a punto de cruzar la acera de la derecha, vi una cara familiar. Entrecerré mis ojos mientras paseaba cerca, me di cuenta de que era Jazmyn. Al verme, ella frunció el ceño, pero me encontró a mitad de camino.

"______, ¿qué estás haciendo aquí?" Cuando vio mi cara, la preocupación se hizo presente en sus rasgos suaves. "¿Qué pasó?"

"En cierto modo me escapé de mis padres." Me rasqué la parte interior de la muñeca, mirando hacia abajo. Sonaba como una mocosa lloróna.

"¿En serio?" Ella me dio una mirada de no-me-lo-trago.

"¿Sabes dónde está tu hermano?" Le pregunté con la urgencia de ver a Manuel. Lo necesitaba para decirme que todo iba a estar bien.

"En realidad, está en el otro lado del parque con sus amigos jugando al baloncesto o algo así." Ella sonrió cálidamente cuando sintió mi incomodidad. "Te puedo llevar, si quieres."

"Por favor." Asentí con la cabeza, tras ella, y haciendo caso omiso de las miradas curiosas que recibia de las chicas con las que estaba.

Jazzy juntó nuestros brazos con la intención de animarme. Después de todo, parecía gustarle más o por lo menos más que el primer día que nos conocimos.

"Has atrapado a Manuel." Comentó, ganándose una risa ligera de mí. "Nunca lo he visto así, incluso mi mamá está volviendose loca. No es que nos estamos quejando sin embargo, es mucho mejor así." Ella me sonrió, conduciendome a través de un camino de arena que terminaba en unas pistas de baloncesto de calle. Creo que eran las mismas en las que habíamos estado en la ''cita amistosa'' con Manuel en octubre .

"Gracias, Jazmyn. A mí me gusta verlo feliz." Le di una sonrisa de vuelta, realmente halagada por sus amables comentarios. Nos detuvimos allí donde ya se podía ver a Tyson botando la pelota, listo para anotar y Mike tratando de bloquearlo. Manuel estaba tragando un agua de botella, cubierto apenas con pantalones cortos de baloncesto negros y una camiseta gris de manga larga. Juro que su tolerancia al frio de la ciudad en diciembre me desconcierta.

Sonriendo hacia mí desde abajo, ya que era más baja que yo, Jazzy me dio un rápido abrazo antes de caminar hacia sus amigas. "Ya nos veremos." Ella agitó su mano antes de desaparecer.

Tan pronto como Manuel dejó la botella en el suelo y nuestras miradas se encontraron, su boca se abrió y él parpadeó un par de veces con confusión. Me acerqué a donde estaba, mis manos metidas profundamente en los bolsillos de mi abrigo mientras miraba hacia él mordiéndome el labio.

"¿______?"

"Hey''

"Es bueno que estés realmente aquí, pensé que estaba teniendo visiones." Sus cejas se fruncieron lindamente, haciendome soltar una risita.

"No, estoy realmente aquí." Yo jugaba con la suela de mis botas, evitando cuestionar la mirada de Manuel.

"No es que yo no esté feliz de verte, pero, ¿qué haces aquí, cariño?" Una de sus manos se posó sobre mi hombro para tranquilizarme.

Vacilante miré hacia arriba para mirarlo a los ojos. Se veían tan increíblemente hermosos bajo la luz de media tarde.

"Nena." Sacudió mi hombro ligeramente.

"¿Hmm?" Murmuré.

"¿Qué pasó?"

"Oh, mis padres se enteraron de que no fui a la escuela." Respondí sin cuidado.

"¿Qué? Pero, ¿cómo? Nadie nos vio." Manuel sacudió la cabeza con incredulidad.

"Al parecer, Natasha sí. Y ella le dijo a mi hermano y él le dijo a mis padres." Expliqué, burlándome de la idea de tener gente tan increíble en mi vida. Con gente como ellos, ¿Quién necesita enemigos?

"Sin ánimo de ofender, pero tu hermano es un idiota." Manuel se mordió el labio, sin rastro de vergüenza en sus palabras.

"No me ofendes, básicamente lo así cuando le llamé por teléfono." Me encogí de hombros. En este momento, Manuel podía decir lo que quisiera de mi hermano y yo ni siquiera me inmutaria. No obstante, si fuera al revés... bueno, obviamente no era lo mismo.

"¿Y tus padres te castigaron verdad?" La expresión de Manuel cambió a una muy sorprendida.

"Yo no les di tiempo." Mis dientes mordisquearon mi labio inferior. Yo no estaba segura pero sí nerviosa por la reacción de Manuel cuando supiera que me escapé de mis padres.

"¿Qué quieres decir con que no les diste tiempo?" Preguntó cuidadosamente, aunque el más mínimo reconocimiento estuvo presente en su voz.

"Yo como...que me escapé." Mi nerviosismo hizo que mi declaración sonara más como una pregunta.

"Oh no, no lo hiciste." Dio un paso atrás, con la cabeza negando como si no estuviera dispuesto a creer lo que acababa de decir.

"Por Dios, gracias por tu apoyo." Crucé los brazos sobre mi pecho, cambiando la mirada de Manuel a un árbol cercano, una punzada hizo daño a través de mí.

''No, ______, es sólo que... estoy sorprendido." Desplegó los brazos, entrelazando sus dedos con los míos.

"Yo no sabía qué otra cosa hacer. Ellos estaban gritandome y mi papá dijo que no te voy a ver nunca más." Una lágrima escapó frustrada de mi ojo, pero Manuel rápidamente la limpió con los nudillos.

"Shh, está bien, princesa." Él susurró, dejando caer una de mis manos para acariciar mi pelo con dulzura mientras mi brazo libre abrazaba su cintura. El hecho de que él había estado sudando hizo el olor de Axe más notable. Yum. Pero, ¿cómo siquiera saben?"

"No tengo ni idea. Mi mamá dijo que era evidente en mi comportamiento, pero no me sorprendería si Ryan les había dicho también. Lo odio." Fruncí el ceño, enterrando la cara en el pecho caliente de Manuel. "Ellos piensan básicamente que estoy saliendo con un criminal."

Su cuerpo se tensó al oír esto, por lo que mi cara se levantó a mirarlo. "No están tan equivocados." Murmuró, con una expresión culpable en sus hermosos rasgos.

"Cállate, Manuel. Eso no es cierto y no me importa lo que piensen." Le aseguré, suavizando el ceño entre sus cejas pobladas.

Manuel respiró hondo, echando la cabeza hacia atrás para exhalar. "Muy bien, vamos a tratar de olvidarnos de él por un tiempo, ¿no? Puedes pasar algún tiempo aquí antes de tener que volver."

Él tenía razón, yo tendría que volver. Yo había pensado en pedir a Kelsey quedarme en su casa, pero pondría a su madre en un compromiso incómodo ya que ella era amiga de la mía. En su lugar, yo asentí con la cabeza, inclinandomede puntillas para besar los labios de Manuel. "¿Va a sonar muy cursi si digo que ya te echaba de menos?" Le pregunté, inocentemente batiendo mis pestañas.

Manuel se echó a reír, enganchando sus brazos alrededor de mi cintura. "Un poco, pero no me importa porque yo también te extrañé." Él me besó de nuevo, sus labios suaves dandome la tranquilidad que estaba buscando.

"Puedes volver con tus amigos ahora, no quiero que piensen que les robé a su Manuel." Me reí después de que nos separamos, mirando hacia atrás a los chicos que seguian jugando al baloncesto. Eran muy buenos si me preguntas.

"No, yo prefiero estar contigo. He estado jugando desde hace bastante tiempo ya." Manuel me agarró la mano y me llevó a un banco de madera. Me subí en el respaldo mientras se sentaba en el asiento normal entre mis piernas. Yo jugaba con su cabello en mis dedos.

"¿Cuál es tu secreto para tener un cabello tan suave?" Le pregunté con curiosidad. Para ser honesta, el pelo de Manuel era muy sedoso y brillante para pertenecer al de un hombre. Era como el pelo que todas las chicas deseaban tener, incluyéndome a mí.

"No tengo el pelo suave." Él respondió, mirándome con recelo con la cabeza inclinada hacia un lado para apoyarla en mi musl.

"Sí, lo tienes." Ahora que sabía que le molestaba oír eso, iba a ser el próximo blanco de mis burlas. "Utilizas acondicionador, ¿no?" Yo torcí una ceja a sabiendas.

"¿Qué? Sólo me lavo con champú." Se defendió, me reí.

"Por supuesto, Manuel. Te creo." Canté con voz burlona.

"______." Él gimió. "Los chicos no nos preocupamos acerca de cómo nuestro cabello se ve como hacen las chicas."

"Oh, pero lo haces, Manuel. Sé que gastas por lo menos veinte minutos todos los días creando un estilo personal." Empujé su lado.

"Estás jugando." Él se quejó una vez más como un niño pequeño, me recordaba a Julian. Esto me envió un ataque incontrolable de risa. "Me alegro de estar divirtiendote." Se cruzó de brazos tercamente, haciendo un mohín con sus labios de una manera adorable.

"Aww, Manuel." Yo arrullé. "Eres tan lindo." Ahuequé suavemente su mandíbula con mis manos, incliné su cabeza hacia atrás para inclinarme hacia abajo y presione suavemente mis labios a los suyos. Parecía uno de esos besos entre Spiderman y Mary Jane ya que estábamos al revés.

"Eso lo dices para burlarte de mi." Manuel advirtió una vez yo estaba sentada erguida otra vez.

"Sólo estaba bromeando. Sabes que me encanta tu pelo." Le di un beso en la mejilla, abrazando su cuello.


"Ahí están, tortolitos." Tyson interrumpió el momento, caminando arrogante hacia nosotros y sentandose al lado de Manuel.

"¿No está Kelsey alrededor para mantenerte entretenido, Tyson?" Le pregunté en un tono recubierto de dulzura.

"Ella está en camino, no te preocupes." Él me guiñó un ojo, ganando un golpe de Manuel en la parte posterior de la cabeza.

"¿Que coño, tío? Yo no he hecho nada." Se frotó el lugar golpeado, enviandole dagas con la mirada a Manuel.

"No le guiñes el ojos a mi chica." Manuel advirtió, por lo que me derretí de lo protector que podía llegar a ser. ¿Qué he hecho para merecer un novio tan increíble?

De hecho, pocos minutos después, Kelsey apareció con una amplia sonrisa y un abrigo negro. ''¡Hola a todos!" Ella agitó su mano.

"¿Por qué tan alegre?" Levanté las cejas, una carcajada escapando de mis labios.

"Yo sé por qué." Tyson sugirió guiñándole un ojo. Eso le hizo ganarse otra bofetada en la parte posterior de su cabeza.

"Tyson." Las mejillas de Kelsey se tiñeron con una sombra profunda de rojo, haciendo reír a Manuel y a mi. Negandose a sentarse al lado de su novio, se unió a mí en el respaldo del banco.

Después de decirle todo lo que pasó con mis padres -y algunos de los detalles de mi mañana con Manuel-la expresión de Kelsey era ilegible.

"¿Por qué son tus días siempre tan interesantes?" Ella sacudió la cabeza con desconcierto.

Solté un bufido. "¿Interesantes? Más bien llenos de drama." Te juro que no hay un día que pueda irme sin hacer frente a algún tipo de problema.

"¿Vas a decirle a tus padres acerca de Manuel? Ya sabes, tendrás que presentarles algún día."

Aparté la vista a los chicos que estaban jugando a baloncesto. Manuel parecía tan despreocupado y tan juvenil cuando estaba con sus amigos que dudé que el entorno de mis padres fuera el más adecuado para él. Él se sentiría tan incómodo.

"Para ser honesta, no lo sé." Dejando escapar un largo suspiro, fijé mis ojos en el suelo. " Va a venir este sábado a la presentación de moda de mi mamá, pero..." Mi voz se apagó, sin saber lo que quería decir yo.

"No sabes si debes presentarlos en ese momento o no." Kelsey completó la frase por mí.

"Exactamente."

"Si yo fuera tú, y después de lo que te han dicho hoy, yo no lo haría. Ya sabes, Manuel es un gran tipo y se preocupa por ti, pero él no es el amable joven educado que tus padres quieren para ti." Y continuó volteando sus ojos a mi novio corriendo por la cancha. "Puede que sea demasiado pronto."

Enterré mi cara en mis manos. En realidad, mi vida nunca ha sido complicada. Eso fue hasta que Manuel llegó. Tenía todo lo que le pedía a mis padres y todo lo que tenía que hacer a cambio era obtener buenas notas y comportarme. Sin embargo, al mismo tiempo, Manuel ha sido lo mejor que me ha pasado. Él que entrara en mi vida me había hecho ver las cosas de manera diferente y empezar a cuestionarme mis viejas creencias.

"Tienes razón. Supongo que es mejor que no lo conozcan todavía como mi novio." Finalmente llegué a la conclusión. Kelsey dio unas palmaditas en mi muslo con comprensión, después de todo, su situación no fue diferente. A veces he querido que mis padres fueran como Marcela, tan fácil de llevarse bien y que no juzga. Pero ese no fue el caso. Y todavía tenemos que añadir a mi hermano Ryan en la imagen.

Decidiendo que era suficiente del tema para ese largo día, Kelsey comenzó a hablarme de la escuela y de cómo sabía que Natasha estaba tramando algo esta mañana.

"Ella se acercó a mí ya que yo estaba sola y trató de usar sus trucos malvados en mí." Ella se burló. Obviamente, no había funcionado. "Tan pronto como inició con el 'tú y yo solíamos ser buenas amigas, pero te fuiste al lado de Bella y me dejaste sola bla, bla, bla' la interrumpí. No puedo creer que ella pensara que todavía me puede manipular." Sacudiendo la cabeza, ella no se dio cuenta que había puesto una sonrisa a mis labios. Al menos mis verdaderos amigos todavía estaban allí para mí. "Ella quería 'volver a los viejos tiempos'.'' Citó, frunciendo el ceño. "Ella cree que me puede lavar el cerebro o algo así pero no lo conseguirá. Esa chica es incluso peor que la misma reina de las perras, si eso es posible..."

Seguí escuchando a Kelsey, riendo aquí y allá, hasta que los chicos regresaron. Al parecer, el juego había terminado y el equipo de Tyson había ganado por lo que se iban a celebrarlo fumando marihuana. La idea no pareció apelar a Kelsey, quien rechazó la oferta de Tyson de un porro, poniendo sus ojos verdes en blanco.

Un par de brazos me envolvieron desde atrás, tirando de mí en contra de su pecho. Ese olor irresistible de Axe hizo darme cuenta de que era Manuel -no es que nadie aquí me abrazara así tampoco. "Hey." Él me saludó, me hizo volver la cabeza hacia un lado para poder mirarlo.

"Hey." Una pequeña sonrisa se burló de mis labios. Cada vez que lo miraba, tan adorablemente, mariposas volaban por mi estómago como si fuera la primera vez que le mirara a los ojos. Tirando de mis caderas, Manuel me dio el mensaje de que me bajara del banco, donde todos sus amigos habían hecho un círculo alrededor.

"¿Por qué quieres salir?" Le pregunté, un poco confundida por su repentino deseo de desaparecer. Ahora estábamos inclinados contra una de las vallas de malla metálica, con los brazos de Manuel en ambos lados de mi cuerpo.

"Yo no estoy... cómodo estando allí mientras todos mis amigos están fumando hierba." Se rascó el cuello torpemente.

"¿No vas a fumar?" Formulé la pregunta porque no había respondido realmente a ninguna de mis dudas.

"¿Quieres que lo haga?" Manuel parecía un poco desconcertado.

"No, quiero decir, es tu vida y tu decisión." Le expliqué. Era extraño que él me estuviera pidiendo permiso.

"Sí, pero odias cuando fumo." Manuel dijo, probablemente preguntándose por qué esta conversación estaba siendo tan extraña tanto como yo. " Tú dices que no te gusta, que es ilegal, que no es bueno para mí." Continuó recordarme todas mis razones sobre el tema.

"En realidad.." Una idea me golpeó. Yo iria al infierno por esto, pero mi enojo actual hacia mis padres y mi hermano era tan fuerte que sólo quería hacer algo que yo sabía que iba a cabrearles extremadamente. Eso, si es que alguna vez se enteran, por supuesto, que yo no estaba pensando en dejar que suceda. "¿Qué pasa si ambos fumamos?" Me mordí el labio, esperando la primera reacción de Manuel a mi sugerencia .

Su boca se abrió rápidamente por mi idea. "Ja, de ninguna manera."

"¿Por qué no?" Exigí una explicación.

"¿Quién eres tú y qué has hecho con mi novia?"

"Manuel, estoy hablando en serio." Tiré de sus manos. Para haber estado jugando al baloncesto durante casi una hora no estaba muy sudado, y estaba agradecida.

"______, ¿te estás escuchando a ti misma en este momento?" Exclamó desconcertado. "Odias a las drogas, no consumes drogas y no quieres que yo lo haga tampoco."

Puse los ojos por su obstinación. " Bueno, ahora quiero probarlas y no puedo hacer nada al respecto." Pisé fuerte el pie en el suelo como una niña, me volví sobre mis talones y me dirigí a nuestro grupo de amigos, dispuesta a tomar un poco de hierba si me ofrecian.

Oí suspirar a Manuel con irritación antes de que su mano se apretara alrededor de mi muñeca, deteniendome en seco.

"Nena, si esto es sólo porque estás enojada con tu familia..."

Lo interrumpí. "No se trata de eso. Sólo quiero probarlo y si no vienes conmigo entonces le diré a Tyson que me dé un poco." Declaré, con el objetivo de alejarme.

"¿Por qué eres así? ______, es droga. Drogas." Destacó la preocupación en sus ojos casi haciéndome querer abandonar la idea pero me mantuve firme. "Destruyen tu salud."

"Nunca pareció preocuparte eso." Crucé los brazos sobre mi pecho, mirando lejos.

"No es mi salud la que me importa, es la tuya." Él tomó mi barbilla entre el pulgar y el dedo índice, por lo que nuestras miradas se encontraron. La mirada en sus ojos era casi suplicante, aunque su voz se mantenía firme.

"Y te lo agradezco, pero quiero hacer esto. La gente dice que la marihuana es un buen calmante para el estrés y podría utilizar algo de eso en este momento." Señalé. En realidad, yo estaba nerviosa y quería que Manuel estuviera conmigo cuando fumara por primera vez. Por eso, sabiendo que me iba a seguir, me sacudí de su agarre y me dirigí de nuevo a la banca.

"¿Quieres la última calada, tío? Estas perras estaban por todas partes, pero lo guardé para ti." Tyson le ofreció el porro grueso, hablando entre bocanadas del suyo.

Manuel dudó mordiéndose el labio. Me sentí un poco mal ya que iba a terminar fumando por mí, pero no es como si no lo hubiera hecho docenas de veces antes. "En realidad, si Manuel no quiere..."

"Dame eso." Me interrumpió, con los labios apretados en una línea recta. Sonreí por mi logro, caminando hacia él. Tyson estaba encendiendo el final del nuevo porro con su propia impaciencia y Manuel se lo llevó a la boca una vez que se encendió.

"Sabía que lo harías." Dije sugestivamente, jugando con la cremallera de su chaqueta gris. Manuel no me hizo caso, soplando el humo en otra dirección, mientras se sentaba en el banco con los tobillos cruzados sobre el terreno. "Voy a probarlo." Traté de alcanzar el humo, pero él levantó la mano a una altura que no podía alcanzarlo, incluso si saltaba.

"No." Él parecía un poco molesto conmigo, haciendome apretar los dientes. Mi nueva estrategia fue esperar a que estuviera menos consciente de todo, por lo que estaría dispuesto a darme una calada. Sin embargo, él estaba fumando tan lentamente que no causaba ninguna reacción en él todavía.

Aprovechándome de cómo todo el mundo estaba ocupado en sus propias conversaciones, risas y risas que llenaban el aire, me acerqué más a Manuel. Poniendo las manos en su estómago, planté un beso en su cuello descubierto, justo encima de la yugular. "No hagas eso." Él exhaló.

"¿Por qué no?" Miré hacia él, poniendome a mí misma entre sus piernas, pero manteniendo mis manos en sus abdominales tonificados.

"¿Sabes por qué?" Él respondió con frialdad. "No va a funcionar."

Ya veremos eso. Esperé a que Manuel inhalara otra bocanada antes de ahuecar su cara entre mis manos y cubrir su boca con la mía. De esta manera, cuando tuvo que exhalar el humo iría a mi boca. Tomado por sorpresa por mi movimiento, Manuel trató de alejarme, pero cuando no se movió, no tuvo más remedio que dejar que el humo saliera. Ese loco del club había sido útil para algo.

Inhalé el humo, lo dejé llegar a los pulmones antes de exhalar de nuevo, esta vez sin toser. "Y eso fue una iguana perfecta."

Inesperadamente, Manuel se echó a reír. "Eres tan obstinada."

"Estoy acostumbrada a conseguir lo que quiero." Me encogí de hombros, dando la vuelta para que mi espalda se apretara contra su pecho. Su brazo libre rodeó mi cintura acercándome más. Tal vez la droga estaba trabajando su magia ya porque Manuel parecía más relajado.

Dejó caer un pequeño beso en un lado de mi cuello y murmuró algo en mi oído. "Te ves tan sexy cuando estás enojada."

Me reí, tirando mi cabeza en su hombro.

"¿Sientes algo diferente?" Me preguntó tomando otra calada ahora más corta.

"Es ... extraño." Decidí, encorvandome más en el cuerpo de Manuel. Por el rabillo del ojo pude ver a Kelsey sacudiendo la cabeza hacia mí, pero no me importaba en ese momento.

Tomando la mano de Manuel en la mía, arrastré sus dedos a mis labios, colocando el porro entre ellos. Repetí la misma acción de antes, exhalando el humo después. Me sentí un poco mareada y mis piernas estaban un poco inestables, pero fue una sensación extraña al mismo tiempo. Me sentí riendo todo el tiempo.

"Suficiente por hoy." Manuel se rió de mis reacciones, apagando el porro en la madera del banco yguardando lo que sobró en el bolsillo.

"Esto es genial." Afirmé, riéndome de nada en particular.

"Hermano, creo que tu chica está fumada." Mike dio un codazo a Manuel, ganando un encogimiento de hombros por parte de él.

"Sólo tomó dos caladas ."

"Pero era su primera vez." Señaló. Estos muchachos deben haber fumado tantas cosas en su vida, que apenas les afectaban.

"¿Dónde está Sam?" Me puse de pie, explorando el parque para ver sus rizos negros. Yo no la había visto desde que había llegado.

"No lo sé." Mike se encogió de hombros, aunque era evidente que había algún tipo de problema entre ellos desde el otro día en el club.

Me levanté a mí misma de Manuel, tiré de su mano para que él se levantara conmigo. "¿Qué quieres que haga?"

"Hmm, quiero estar a solas contigo." Susurré, dejando escapar una risita al final.

Manuel sonrió, poniendo sus manos en mis caderas. "Vamos."

Lo seguí hasta una zona de árboles llegando a una zona entre dos grandes arbustos, donde había una especie de prado. Parecía muy familiar. "Espera, he estado aquí antes, ¿no?" Le pregunté a nadie en particular.

"¿Te acuerdas?" Manuel arqueó una ceja espesa. Sus cejas eran más oscuras que su cabello, pero curiosamente se veía bien, muy bien.

"Oh, sí." Arrastré las palabras cuando la realidad me golpeó. "Aquí es donde trataste de besarme cuando estabas fumado." Sonreí hacia él.

Manuel rió, reflejando la misma reacción en mí. "Tú me devolviste el beso y lo sabes."

"Yo tenía novio en ese entonces y todavía me asustas." Cerró la distancia entre nosotros, dejándome atrapada contra el tronco de la misma manera que había hecho hace un par de meses.

"¿Me tienes miedo?" Apoyó un brazo por encima de mi cabeza en el tronco del árbol, la otra mano debajo de mi abrigo para viajar a mi cadera.

"Parecías con problemas." Respondí, su boca ya a pocos centímetros de la mía.

"Pero ya me querías." Él susurró seductoramente.

"Yo no lo hacia." Mentí lamiendo mis labios. Lo pillé mirandolos.

"Me gustó la manera en como me miraste, bebé." Empezó dejando besos descuidados a lo largo de mi mandíbula y por al parte del cuello que mi bufanda le permitía.

"No te hagas ilusiones." Dije con voz temblorosa, con la mente en una falta de palabras debido a su proximidad. Los dedos de Manuel hacían dibujos en la piel de mi hueso de la cadera, de alguna manera él había maniobrado para levantar las varias capas de tela que la ocultaban.

Mis labios estaban sufriendo por él y no me importaba si estábamos en el medio de un parque público, después de todo, habían arbustos por todas partes. Inclinando la cabeza hacia abajo, busqué su boca. Cuando nuestros labios chocaron, rayos de electricidad dispararon a través de ellos, haciéndome desear más. Fácilmente le dejé deslizar la lengua dentro de mi boca, mis manos se movieron a la parte posterior de su cuello, lo que le obligó acercarse. A diferencia de nuestros besos habituales, que eran lentos y dulces, éste fue duro y apasionado. Remolinos de emociones se vertieron por todas partes, enviandome a un torbellino vertiginoso. De repente, la mano de Manuel estaba más cerca de la cintura de mis bragas, su entrepierna presionaba contra la mía. Si no estuvieramos en un parque, me temo que los acontecimientos del otro día en su habitación habrían revivido.

Apartándonos cuando la necesidad de aire era demasiada, respirabamos con dificultad, débiles voces diciendo mi nombre en la distancia. Mi cabeza me daba vueltas por la adrenalina, las piernas apenas sostenian mi peso. Mis párpados se abrieron y cerraron varias veces.

"¡______!"

Escuché mi nombre otra vez, pero lo ignoré. Manuel estaba mirando hacia mí, el mismo deseo que sentía era visible en sus iris oscuros. "Kelsey piensa que te amo." Susurré una vez que había recuperado el aliento.

"______." La voz sonaba más cerca.

"¿Lo haces?" Manuel preguntó tentativamente, sus ojos ni una sola vez dejaron los míos mientras sus manos me estabilizaban suavemente contra el árbol.

"Wow. Creo que estoy fumada." Murmuré rompiendo el contacto visual, una risita escapó de mis labios hinchados.

"¡______! ¿Donde demonios estabas? ¡Te he estado llamando durante cinco minutos!" La voz alarmada de Kelsey irrumpió en nuestro pequeño prado a través del mismo camino pequeño ente dos arbustos que Manuel y yo habíamos utilizado para entrar antes.

"Lo siento. Yo no escuchaba." Sacudí la cabeza como si eso fuera a hacer que mi mareos se devanecieran. Desenvolví los brazos de Manuel y di un paso cauteloso en la dirección de Kelsey.

"¿Por qué diablos fumaste, ______? Te juro que te estás volviendo loca." Kelsey exclamó, pasando un dedo por mi pelo marrón antes de tirar de mi brazo hacia ella.

"¡He!" Me quejé, mirándola. Escuchamos a Manuel golpear el árbol detrás de nosotros con el puño, pero Kelsey siguió arrastrándome con ella para que no pudiera dar la vuelta. "¿A dónde vamos?"

"Es Sam." Ella susurró, una mezcla de incertidumbre y tristeza estaba en sus palabras. "Tienes que escuchar esto. Ella nos necesita."

Después de unos minutos de caminata, nos encontramos con Sam en una esquina de la cancha de baloncesto, lejos del resto de los chicos. Manuel había vuelto con ellos, torpemente moviendo sus piernas y rozando sus dedos por el pelo. Yo era consciente de lo caliente que mi cara estaba antes de que Sam dijera algo al respecto. "No preguntes." Levanté una mano, mis mejillas se sentían nerviosas.

"¿Quieres decirle a ___*?" Kelsey frotó el brazo de Sam de una manera dulce y fue entonces cuando me di cuenta de las lágrimas secas bajo sus ojos casi negros.

Sin embargo, lo que dijo a continuación fue algo que definitivamente no me esperaba.

"Estoy embarazada."

B.R.O.N.X/ Manuel Turizo/ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora