71

93 6 4
                                    

"I don't want to be with you right now." - "No quiero estar contigo en este momento."

Manuel

Mierda. Esperaba que ______ no se diera cuenta de la gran y horrible abolladura, creada por Tyler, en el lado de mi coche. Le di una paliza por ello -lo que provocó que me ganara el corte en el labio- pero para mi deleite, le dejé la nariz rota. Una vez más. Creo que ya van dos o tres veces que le rompo esa figura ósea.

"Unos gilipollas me lo abollaron durante la noche. No he tenido tiempo de llevarlo al taller." Mentí mientras caminaba hacia el lado del pasajero para abrirle la puerta a ______.

"Una pregunta más." Dijo ella, poniendo su dedo índice en un gesto que me recordó a su madre. "¿Se supone que me debo creer esa farsa?"

Bueno, realmente se estaba convirtiendo en una experta con el sarcasmo. Le di una mirada impaciente que no consiguió hacer que se moviera.

"Hubo un tiempo en el que solías confiar en mí." Señalé, empujándola suavemente al interior del coche. Para mi sorpresa, ella comenzó a pandeo a sí misma.

"Hubo un tiempo en el que solías decirme la verdad." Respondió secamente, cerrando la puerta en la cara.

¿Significaba eso que había descubierto lo de las carreras callejeras también? Quiero decir, ella era suficientemente inteligente como para no creer la excusa que había inventado al azar sobre que algunos chicos rayaron mi coche con las llaves por diversión. No tardaría mucho tiempo para adivinar lo que realmente había pasado, que había sido Tyler quien había rayado el lado de mi coche con una especie de sierra extraña que tenía el suyo. En serio, ¿quien tiene pinchos en su coche?¿No es eso, como, ilegal?

Traté de respirar hondo, intentando calmarme antes ponerme al volante. Tenía el objetivo de pasar junto a ______ un día normal que se ha convertido en uno completamente anormal. En mi interior, me pegaba a mí mismo por ella, porque por supuesto yo sabía que era mi culpa. Siempre fue mi culpa. Aclaramos eso hace mucho tiempo. Y no estaba siendo sarcástico.

Arranqué el coche, haciendo mi mejor esfuerzo para ignorar los ojos llorosos de ______. No sé si eran lágrimas de rabia o de tristeza. O un poco de ambas cosas. No era capaz de hacer nada bien. Había estado haciéndole daño y alejándola sólo para quererla de vuelta conmigo por mis propias razones egoístas. La necesitaba, así que me convencí a mí mismo que estaba bien volver a ella y fingir que no estaba viviendo una doble vida. ¿Pero y le hubiera dicho todo? Sobre las carreras, el tráfico de drogas, Anthony. ¿Ella aún me querría? Realmente dudaba eso. Ella había sido clara cuando me dijo que quería que saliese de ese mundo para siempre.

Abrí mi boca, mi corazón lleno de ganas de sacar toda la verdad fuera de mi pecho, pero las palabras no salieron. Mi cerebro no lo permitiría. Estaba demasiado asustado a abrirme a ______. Sabía que la razón por la que volvía a mis viejas costumbres era para lidiar con el dolor de la muerte de mi papá. ______ también lo sabría. Lo que ella no entendería sería el por qué fue que no podía encontrar ningún otro método para hacer frente a la situación. Ojalá pudiera, pero supongo que esto era todo lo que esperaba de mí mismo.

Todo el viaje a casa fue incómodamente silencioso. ______ miraba por la ventana sin pronunciar una palabra. Ni siquiera reaccionó cuando puse su emisora radio favorita. Estaba dispuesto a escuchar pop pijo sólo por ella. Pero incluso eso no llamó su atención. La culpa me estaba royendo en mi interior, dejando una sensación nauseabunda atrás. ¿Era posible que los jugos digestivos pudíeran correr las paredes de mi estómago? Esperaba que no. Eso sonaba bastante asqueroso, que no necesitaba sentirlo.

Cuando me estacioné frente a mi edificio, ___* no se desabrochó el cinturón. Me retorcí en mi asiento para mirarla. Fingir que todo era de color rosa había llegado muy lejos. Teníamos que hablar tarde o temprano, y yo podría sacarme el peso de mis hombros ya.

B.R.O.N.X/ Manuel Turizo/ TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora