9. Bosque de Laureles

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A la mañana siguiente nos reunimos como estaba planeado. Airlia se veía preciosa. Llevaba su larga cabellera rubia nuevamente trenzada con flores. Vestía un vestido blanco con dorado. Esos colores me recordaron la imagen de ella durmiendo lo que me produjo una descarga eléctrica.

Me sonrió, nos saludamos y comenzamos a caminar. El solo hecho de tenerla tan cerca, me invadía las ganas desenfrenadas de besarla.

"¿Y qué es exactamente lo que haces cuando estás aquí?" Pregunté sacándome de mis pensamientos.

"Desconectarme. Aprecio las cosas simples que la naturaleza ofrece. A veces miro las hojas caer o me quedo observando a alguna familia de conejos" Respondió con la mirada fija en el horizonte.

Estábamos llegando a una especie de claro en el bosque. Un lugar donde había más espacio y por el centro pasaba un río.

"Suena un poco aburrido" Solté yo.

Ella se detuvo y se dio la vuelta para mirarme. Entonces la oí. Una de las cosas más hermosas que he escuchado. Comenzó a reír. Un sonido tan puro que me estremeció por dentro mis alas aunque estuvieran bien guardadas.

"Vamos, no es aburrido" Me dijo aún riendo. "Mira inténtalo"

Se sentó en medio del claro y me hizo un gesto para que yo también me sentara junto a ella. Algo incómodo la seguí. No sabía qué quería que hiciera.

"¿Lo escuchas?" Me dijo.

"¿Escuchar qué? Solo escucho el río" Dije mirándola extrañado.

"¡Hay mucho más que eso Zaqiel!" Me dijo volviendo a reír. "Inténtalo cerrando los ojos y escucha, pero de verdad. Yo te guiaré"

Cerré los ojos y comencé a escuchar como ella me lo indicaba. Escuchaba el río, pero esta vez también escuché un par de cigarras cantar. No sabía cuánto me tomaría esto, pero debía avanzar para preguntarle sobre la profecía y ...

"Elimina otros pensamiento" Interrumpió mis pensamientos con voz suave "Siente con todos tus sentidos el momento presente. Escucha las piedras en el agua, los insectos que revolotean y los pájaros cantar"

Sentí que poco a poco me relajaba. Mis hombros, mi cuello, mi pecho. Todo se ralentizó. Y con una exhalación desde lo más profundo, me sentí más liviano. Entonces abrí los ojos. Ella se había acercado y me miraba con mucha curiosidad.

"Lo has logrado" Me dijo con una sonrisa de suficiencia. "¡Has logrado desconectarte!"

"Si, creo que ha funcionado por algunos segundos"

"Zaqiel" Me respondió entre risas "Aquellos segundos en realidad fueron casi una hora"

Al ver mi cara de sorpresa me indicó que mirara hacia arriba. Efectivamente al comprobar la posición del sol pude ver que ella estaba en lo cierto. ¡Pero cómo era posible!

"No desesperes" Dijo como si escuchara mis pensamientos. "Quizás no lo ves ahora, pero esta es una técnica poderosa. Permitirá sacarte de apuros en el futuro, te ayudará a pensar mejor."

Luego se acercó y posó una de sus manos en mi hombro. Con su tacto sentí una descarga eléctrica. Tenía tantas ganas de tocarla, de besarla. Justo cuando iba a hacer un movimiento para lograrlo, lo que me dijo a continuación me frenó:

"Recuérdalo. Para poder alcanzar algún día ese amor y esa paz, necesitarás recordarlo".

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Al siguiente día en la mañana Airlia llegó antes que yo. Nuevamente me dejaba boquiabierta su belleza. Esta vez llevaba un vestido blanco delicioso que se caía de un lado, dejando ver uno de sus sensuales hombros al descubierto. Aquella imagen me perseguiría el día completo para tratar de sacármela de mi cabeza.

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