Park JiMin era el rey perfecto en todos los sentidos: amable, cariñoso, hermoso, valiente, inteligente y sociable. Era amable con todos sus súbditos y amaba a su marido. Se conformaba con vivir el resto de su vida junto a su esposo. Pero un día este...
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Suni caminaba alrededor de la cama, una y otra vez, seojun la miraba alterado, ¿como es que podía estar tan tranquila si su hijo estaba por nacer?
—¿Como estas tan relajada?
—¿Parezco? La verdad es que estoy asustada y me duele, pero tenemos casi cuanto horas aquí, son las nueve de la mañana, aparte si me estreso o me asusto puede alterar al cachorro
Suni se recostó en la cama, ya no aguantaba, el doctor entró preparado para todo, colocó algunas toallas, el pequeño estaba listo para nacer y ya era momento.
Fuera de la habitación la alfa JiEun estaba nerviosa, esperando junto a otros pocos del personal, algunos quejidos, gruñidos, sollozos, gritos de dolor y más sonaban en aquella habitación, el reloj que estaba enfrente de ella tampoco le ayudaba, es más, solo le desesperaba, el reloj dio las diez en punto de la mañana y un llanto llegó, el cachorro había nacido, cuatro meses y cinco horas de espera valieron la pena.
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Suni no había cargado al cachorro, aún no lo había visto, el pequeño Yeonjun dormía en la cuna siendo vigilado por su padre.
—Yeonjunnie es hermoso, un pequeño angelito, tiene los ojos grises de mi madre
—Amm, podrías pasarme el teléfono y salir un momento, tengo que hablar con mi madre, pero a solas.
—Está bien -Seojun pasó el celular y salió de la habitación, Suni marcó el teléfono y después de tres tonos su madre contesto.
—¿Ahora que?
—Tu, Tu nieto ya nació, su nombre es Yeonjun, Kim Yeonjun
—¿De verdad? ¡Es maravilloso! ¿Podrías mandar una foto?
—Si - Suni salió de la llamada sin colgar esta y tomó una foto al cachorro que seguía dormido, rápidamente envió aquella foto a su madre.
—Ow, es un angelito, seguramente será un omega, su carita es tan delicada
—Aún no estamos seguros, para eso aún faltan quince años, aparte cualquier bebé al nacer tiene rasgos finos, con el tiempo cambia
—A mi no me hables así señorita, pero dejando el tema, es hora de que te vallas preparando, te doy un mes
—Pero -Suni susurró, esperando a que nadie la oyera- creó que SeoJun no merece morir, aparte, la descendencia real en nuestra familia ya está asegurada, tu nieto es príncipe, sus hijos lo serán y así, no tiene sentido matar a seojun, ¿Querías que fuéramos de la realeza? Pues ya lo tienes, soy reina y tu nieto príncipe
—Si ya se, Pero quiero que se muera, no entenderás mis razones para matarlo
—¡Es obvio que no las entenderé si no me dices nada!
