Él no había podido evitarlo, de verdad que no. Algo en su interior había estallado con la pequeña confesión de Taehyung, sacando su parte omega más profunda a relucir.
Primero, había apoyado la cabeza en el hombro del mayor, y el aroma a alfa había sido tan intenso que se había sentido desfallecer. Cuando quiso darse cuenta, su nariz se deslizaba suavemente sobre el cuello de Taehyung, impregnándose del enloquecedor aroma.
Un gruñido bajo rasgó el pecho del mayor, haciendo a Jungkook estremecer. No fue capaz de moverse. Lentamente, Taehyung llevó su mano a la nuca del omega y comenzó a repartir suaves caricias en la zona. La piel se erizó bajo las yemas de sus dedos, y el omega dejó escapar un suave suspiro que golpeó directamente en la base de su garganta.
Un gruñido, esta vez un poco más fuerte, hizo vibrar su pecho. No sabía cómo habían llegado a aquella situación, pero todo su autocontrol se estaba yendo a la mierda.
—Jungkook, por favor... para.
Su voz salió ronca, gutural, pero no podía evitarlo, la suprema excitación comenzaba a apoderarse de su cuerpo. Tenía que detener aquello, o acabaría arrancándole la ropa al omega en aquel lugar público. La idea hizo que sus pantalones estuvieran un poco más apretados de repente; quería marcar a Jungkook, hacerle saber a todo el mundo que el omega más perfecto que alguna vez pisó la faz de la Tierra le pertenecía. Pero no podía, aquello no iba a pasar.
Jungkook, finalmente, comenzó a retirarse despacio. Su omega gruñendo por la separación.
—Lo... lo siento mucho, Taehyung. Mi-mi celo está a punto de empezar y... no volverá a pasar.
Jungkook parecía avergonzado y realmente arrepentido. ¿Cómo no estarlo si se había restregado en el cuello de Taehyung como un desesperado? Había oído cientos de leyendas sobre la combustión espontánea, pero nunca quiso con tantas fuerzas que fuera real.
Mientras, Taehyung parecía ajeno a la vergüenza del omega. Su tono arrepentido caló con fuerza en su persona. "Mi celo está a punto de empezar." "No volverá a pasar." Claro que no lo haría, no podía permitirse hacerse ilusiones cuando Jungkook solo había seguido sus instintos guiado por el próximo inicio de su calor. Era una reacción natural, no significaba que sintiera nada por él. Aún así, una sensación de vacío se instauró en alguna parte bajo sus costillas, sospechosamente cerca de su corazón.
—No importa. Vamos a ver la película.
No habrían podido hacerlo ni aunque hubieran empleado toda su fuerza de voluntad. Los ojos de Taehyung parecían estar anclados en Jungkook y en su perfecto perfil. Se deslizaban con admiración, acariciando con la mirada sus largas y rizadas pestañas, sus pómulos altos, su nariz de botoncito y sus finos labios.
Dios, se moría por besar esos labios. Aunque el jadeo que escapó de estos cortó todo el fantaseoso flujo de sus pensamientos. Y la oleada de olor a omega que se esparció después por toda la sala, le hizo clavar las uñas tan profundo en la butaca que sintió que arrancaría la tela. Absolutamente todo el cine pareció entrar en tensión, incluso Yoongi parecía haber tensado todos los músculos de su cuerpo.
—Jungkook.
Seokjin no se molestó en susurrar cuando lo sintió. Su amigo acababa de entrar en celo. ¿Cómo podía ser tan irresponsable? Lo único que recibió como respuesta fue un agónico jadeo entrecortado.
Jungkook lloraba, y podía verlo temblar desde su lugar. Se levantó, ignorando a los alfas que permanecían con expresiones pétreas y ojos cerrados, intentando mantener el control.
El olor de omega de Jungkook era uno de los más fuertes que Seokjin había olido jamás. Era tan irresponsable lo que había hecho, no importaba cuántas ganas tuviera de acudir a esa especie de cita con Taehyung.
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intocable, taekook
Hayran Kurgu─todos sabían que se pertenecían mutuamente. tras meses de silenciosa observación, ¡llegó la hora de pasar a la acción! taehyung es el alfa más temido y respetado en todo el instituto, pero no ha podido evitar caer por el dulce omega de cabello pe...