Dulce chocolate - Changlix

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Amargos rumores

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¿Qué hacía Changbin allí con sus tíos?

Pocas personas conocían de ese espacio al aire libre en la cafetería ya que solo iban conocidos de su abuela o de algún empleado, por lo que no esperaba en lo más mínimo encontrarse con el pelinegro. Saludo a todos en la mesa como normalmente lo haría, pero al llegar a Changbin solo pudo sonreír con timidez.

Ya conocía de memoria el pedido de los Park. Té de manzanilla con un muffin para la tía Hye, una lágrima para el tío Shiwon, Lin siempre tomaba una chocolatada con una cookie y, por último, había fórmula en la cocina para Kio. Incluso tenía un aperitivo canino para Ruby en un cajón bajo el mostrador.

—¿No comerás una cookie como yo?— Sonrió un poco ante el comentario de Lin cuando Changbin pidió solo un café. —Te dije que Felix prepara las mejores en todo el mundo, en serio debes probarlas. — Miró disimuladamente al pelinegro, esperando por su respuesta.

—Oh, no soy fan de lo dulce. — Relamió sus labios, tratando de ignorar su desilusión, concentrándose en cómo Changbin apretaba las mejillas de Lin con ternura.

Escuchó a su tío insistirle, y sus miradas se cruzaron provocando que su corazón se acelerará ligeramente. Agregó el café del pelinegro al pedido en su libreta y se retiró de regreso para adentro tan rápido como pudo.

Espero que la tía Hye no diga nada vergonzoso sobre mí.

Normalmente no le importaba lo que otros pensaran de él, pero Binnie era distinto. Aún no se conocían lo suficiente para siquiera estar en la categoría de conocidos, sin embargo, Felix se sentía muy atraído hacía él, no tenía forma de negarlo.

Aquel pelinegro no se parecía a los chicos que le solían gustar. A él le gustaban los chicos que fueran, aunque sea, un poco más altos que él, con rostro amable y cabello en tonos claros, alguien sociable. Los chicos como su ex, Bang Chan.

Comenzó a preparar el pedido sumido en sus pensamientos.

¿Extrañaba a Chan? A veces, sí. Habían decidido terminar a finales del año pasado, cuando su antiguo novio recibió una beca para estudiar en una universidad en el extranjero. El rompimiento fue en buenos términos, triste pero fue lo mejor para ambos.

Por lo que llevaba varios meses soltero. Jamás fue demasiado enamoradizo, así que había pasado demasiado tiempo sin encontrarse con alguien que le gustara enserio. Ahí entraba Changbin, aún era simple atracción, no obstante sabía que si continuaba por ese camino pronto le gustaría más de lo normal.

Eso no le quitaba el miedo que le tenía a esas nuevas emociones. Su miedo al rechazo del pelinegro. Su vida era demasiado tranquila como para desequilibrarla con un amor unilateral. Primero tenía que conocer más a Changbin, porque nada le aseguraba que tuviera siquiera una oportunidad con él.

Volvió a salir al patio interno con el pedido, llevaba una bandeja con todo. Podía sentir la intensa mirada del chico sobre él, por lo que centró toda su atención en la comida en sus manos, dando un pequeño tropezón con la correa de Ruby en el proceso

Changbin se levantó de inmediato al verlo tambalear, ayudándolo a dejar las cosas sobre la mesa y dándole una sonrisa amable. De reojo vio como la tía Hye le susurraba algo a su marido en el oído, se sonrojó un poco sabiendo cómo era la mujer. Más tarde me someterá a un cuestionario, pensó cuando esta le alzó y bajó cejas de manera sugestiva.

— ¿Tu preparaste el café? — Le preguntó el pelinegro tras volverse a sentar y dar el primer sorbo a su bebida. El pecoso asintió tímidamente. — Está muy rico, gracias. — Oh, no, no, no, Binnie, no me sonrías así, reaccionó su voz interna ante esa pequeña sonrisa sin dientes que Changbin le dedicó, déjame conocerte antes de enamorarme.