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—Nana, salgamos.

Jaemin abrió los ojos sorprendido por las palabras de Renjun antes de incorporarse y parar la película que estaban viendo.

—¿Estás seguro?

Renjun asintió sonriente. Habían pasado unas seis semanas desde el accidente —como prefería llamarlo—, y el estar con Jaemin le había ayudado mucho, siempre lo estaba visitando y alegrando sus días. Con él se olvidaba de todo lo que sucedía a su alrededor. Sólo estaban ellos dos, nadie más. Y, lo cierto, es que ya se había aburrido de hacer lo mismo siempre, quería probar a hacer más cosas con el rubio, como salir a pasear y ver a los niños jugar en el parque, ir a tomar algo o incluso ayudarlo con su trabajo en la cafetería. Los momentos que pasaba con Jaemin eran como un sueño. Jaemin era un sueño.

Tal vez, y solo tal vez, Jaemin estaba empezando a gustarle.

El coreano era un chico divertido, amable, gentil y siempre dispuesto a ayudar a los demás. Como lo describiría Renjun; un chico de ensueño. Alto, no muy fuerte, pero sí inteligente, y guapo. Al menos, desde el punto de vista de Renjun, a quien los ojos marrones y los labios del mayor le tenían loco.


Caminaban tomados de la mano. Ninguno de los dos se atrevía a separarse. Renjun por miedo, Jaemin por protegerlo —a pesar de que sabía que con él no le iba a pasar nada—.

—Se me hace extraño ver las calles tan vacías. —Dijo el chino tras minutos de silencio. —Pensaba que habría más gente en la calle, ya es marzo.

—Bueno, sigue haciendo algo de frío, ¿no te parece? —Jaemin le dio un toquecito a la bola enganchada al gorro del chico.

Se sentaron bajo un árbol de lirios, de los cuales, la mayoría de pétalos caían sobre Renjun, fastidiando a este.

—Nana, ¿por qué nos miran así? —Preguntó el pelinegro, dándole un pequeño golpe en el brazo a su acompañante.

—¿Uhm? ¿Quiénes? —El nombrado había estado tan tranquilo ahí sentado, que solo había estado pensando en dormir y no en su alrededor.

Renjun señaló a una pareja se ancianos con la cabeza. El chico no se equivocaba, sí les miraban de cierta manera que no era normal. Pena, conmoción, tristeza. No solo a ellos, también miraban así a los niños que estaban en el parque, a sus madres, que los vigilaban, mujeres embarazadas, algunos chicos de su edad.

—No le des la importancia que no tiene, Ren, nos miran así porque echan de menos ser tan guapos como nosotros.

El menor rio levemente ante la respuesta de su amigo. Tenía razón, no era nada extraño.

Renjun pensaba que aquellos ancianos estarían dementes.

Lo que no sabía, era que el que se estaba volviendo demente era él.

Lo que no sabía, era que el que se estaba volviendo demente era él

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ayuda, ayer me quedé dormida y se me olvidó actualizar, meper?

creo que este es el capítulo más corto de la historia  xd

no sé si os habéis dado cuenta de que esto empieza a tornarse turbio y sólo quedan dos capítulos ahsjdhd

In a dream || RenminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora