Sólo como caballa

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Makoto se despertó dos horas antes de que tuviese que marcharse a su trabajo, miró brevemente a Haruka que aún se encontraba profundamente dormido apoyado en la almohada al borde de la bañera y se apresuró en salir del baño y dirigirse a su cuarto para vestirse. Tener al tritón en el baño le iba a impedir asearse correctamente, pero eso no le molestaba en lo absoluto, de igual manera podía hacerlo en el trabajo. Se apresuró en ordenar su bolso y se dirigió a la cocina, tomó un poco de agua y rápidamente comenzó a prepararse el desayuno, estaba lavando el plato en donde había comido cuando lo atacó una duda ¿que comen los tritones?, asumió que indudablemente era pescado así que sacó un poco del salmón a la plancha que tenía en la nevera, y lo calentó, era pura suerte el que estuviese ese platillo allí, puesto que la dieta de Makoto era prácticamente a base de carne, rápidamente tomó el platillo y se dirigió al baño, planeaba sólo acercarle una silla y colocarle el plato ahí para que comiera en cuanto despertara, pero cuando se asomó en la puerta, el azabache se encontraba ya despierto.

― Buenos días Haru ¿dormiste bien? ― le pregunto con amabilidad mientras le acercaba la silla, había decidido por su cuenta darle ese mote afectuoso. Haruka le respondió con un asentimiento de cabeza, no le quitaba la mirada del plato que el castaño llevaba en la mano, tenía muchísima hambre, fue fácil para Makoto darse cuenta de eso

― ¿Tienes hambre? ― pregunto mientras le acercaba el plato lleno de comida, pero para su sorpresa frunció la nariz.

― ¿No te gusta? ― le preguntó sorprendido, y sin siquiera darle tiempo a Haruka de contestar se dirigió a la cocina a buscar que darle de comer. entró y salió del baño, llevándole variedad de comidas, sopa de miso, Okonomiyaki, arroz con curry. Mientras Haruka miraba con aprehensión todo lo que le había llevado, Makoto no hacía más que ponerse frenético, ya hasta se imaginaba que el tritón era vegetariano o peor, comía humanos, con una sacudida de cabeza negó esa idea, si era carnívoro, ya se lo hubiese comido ¿no?, Haruka en cambio lo miraba con mucha atención, no encontraba la manera de explicarle a Makoto que era lo que comía, hurgó en su memoria hasta que recordó como unos pescadores habían dicho que se llamaba el pez que tanto le gustaba comer, lo escuchó una mañana de las tantas en las que se acercaba peligrosamente a la playa, sólo para ver si se encontraba con el hombre que ahora tenía al frente ― caballa,le dijo en un susurro, ―sólo, como caballa.

Makoto suspiro aliviado, cargaba unos pedazos de melón, había decidido probar con la fruta.

―Vengo en un momento entonces ― Se dirigió rápidamente al supermercado y compró lo que necesitaba, ya hechas las compras entró al apartamento, se dirigió a la cocina y se apresuró a descongelar el pescado, lo picó en trozos y lo sirvió en un plato.

Haruka lo esperaba pacientemente, pero tenía muchísima hambre. En el acuario no lo habían cuidado apropiadamente a pesar de que era prácticamente una mina de oro. Cuando entró nuevamente al baño los ojos de Haruka se iluminaron tomándolo desprevenido "es hermoso" fue lo único que acertó pensar, le ofreció el trozo de pescado y el tritón lo comió con avidez manchando un poco su boca. Makoto se acercó y le limpio con suavidad el mentón, a lo que Haruka bajó su mirada en un gesto de timidez que cautivo aún más al moreno. Makoto se vio obligado a salir del estado de ensoñación que le producía mirar a Haruka al escuchar el tono de llamada proveniente de su cuarto ― ya vengo Haru ― Le susurró Makoto, antes de levantarse y caminar hacia el cuarto agarró su celular y vio que era Kisumi el que llamaba.


―Buenos días, Kis...

Makoto ¿dónde estás? ― Lo interrumpió ― Nuestro jefe me pregunto por ti y estoy preocupado, no sé si es por lo que pasó anoche, tuve que decirle que te habías sentido mal y por eso te fuiste del acuario y yo te acompañe ... ¿te has fijado en la hora? Le susurro prácticamente regañándolo.
¿La hora?, ¿eh? ― respondió distraído ― no, no me he fijado, estoy atendiendo a Haruka, le contestó rápidamente.
―¿A quién?
A Haru, el tritón que rescatamos anoche. Por el silencio en la otra línea Makoto casi pudo sentir como su compañero rodó los ojos.

¿Acaso ya le pusiste nombre?
No se lo puse yo, no es una mascota Kisumi, el mismo me lo dijo.
¿Que él te lo dijo? ¿pero cómo? bueno, después me dices, ven rápido. Por un momento se había distraído.
Si, nos vemos en un rato ― se despidió antes de colgar.

Makoto tomó su bolso rápidamente, fue a la cocina a buscar más pescado y se dirigió al baño a despedirse del tritón.
―Haru, tengo que irme a trabajar― le dijo.
―¿Trabajar?― repitió sin entender.

― Si, a trabajar, ―eso es lo que estaba haciendo ayer cuando te encontré ― le explicó de una manera que pudiese entender, ― Volveré más tarde― le aseguró mientras colocaba otro plato de pescado en la silla ― Come cuando quieras. Makoto se agachó y le dio un tierno beso en la frente, que provoco que Haruka sintiera toda la sangre de su cuerpo concentrándose en su cara, Antes de irse se despidió con un gesto en la mano, sintiéndose muy culpable por dejarlo solo.

Haruka lo observo irse, se sentía alegre por ese simple beso, pero también preocupado porque se había quedado sólo nuevamente entre cuatro paredes estrechas y no sabía cuándo regresaría el moreno otra vez para hacerle compañía.

Es imposible (corregido 03/03/2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora