Inocencia

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Ambos jóvenes se encontraban en la bañera, había pasado ya un mes desde que Makoto había rescatado al tritón y de las heridas de Haruka solo quedaban las cicatrices y los malos recuerdos. Lo había cuidado muy bien, pero sentía que tenerlo encerrado en el baño de su casa no era lo correcto, y más cuando al llegar al trabajo lo veía mirando hacia un lado con profunda nostalgia, como si le faltara algo.

― Haru, ¿quisieras ir al mar? ― Preguntó mientras acariciaba sus brazos, desde que se había recuperado le hacia esa pregunta de improvisto, para observar si la expresión de Haruka cambiaba, pero la respuesta siempre era la misma.

― No quiero ir a un lugar en donde no estés tú, ¿Quieres ir a un lugar en donde yo no esté? ― Ante esa respuesta a Makoto no le quedaba más opción que negar con la cabeza y dirigirle una amable sonrisa. Estaba planeando con Kisumi llevarlo a la playa, tenía un tío que era pescador, así que les podría prestar el bote, Kisumi tenía bastante conocimiento en navegación pues su tío se había tomado la molestia de enseñarle, querían llevarlo un día en la madrugada porque tenía que ser a una hora en la que no llamaran tanto la atención y debían dirigirse lejos de la orilla de la playa para evitar miradas curiosas, lo complicado seria el viaje de regreso, pero ya pensarían en algo, Makoto quería darle esa sorpresa a Haruka, pero este por alguna razón siempre le decía que no quería ir al mar.

― ¿Acaso no te gustaba el mar?

Haruka recordaba el agua envolviendo su cuerpo, los vibrantes colores, la tranquilidad, por supuesto que le encantaba, amaba el agua, pero no dejaba de pensar que si volvía al mar se despediría de Makoto para siempre y eso es algo que él no podría soportar, aún si eso significaba negar por completo su verdadera naturaleza.

― No podría soportar alejarme de ti, te extrañaría ― respondió esquivando su mirada.

―Yo también te extrañaría― respondió mientras sujetaba su rostro y lo besaba en los labios con cariño, ― Te amo, Haru, ya no imagino mi vida sin ti ― dijo con un suspiro, ― sólo quiero hacerte feliz

―Ya me haces feliz.

Makoto ya no estaba tan seguro se su plan, las palabras de Haruka sobre una despedida retumbaban en su cabeza, ¿y si lo volvían a capturar? ¿Si alguien lo veía? Se estaba preguntando, si acaso no estaba siendo demasiado infantil, no quería apartarse de Haruka y mucho menos que le hicieran daño, solo de pensarlo se le revolvía el estómago.

― ¿Estas bien? ― preguntó Haruka, viendo la cara de tristeza que estaba poniendo.

―No es nada, Haru.

―Quédate conmigo más tiempo, ― susurró Haruka.

Makoto no se negaría a ese pedido, nunca se negaba, se estaban volviendo a besar rodeándose con sus brazos cuando el teléfono de la sala los interrumpió.

―Ya vengo Haru.

Haruka asintió mientras veía como Makoto salía del baño y luego lo escuchaba hablar desde la sala.

"¿Cómo estas mamá?

Eh, ¿hoy? es que no.... sí . . . tienes razón, está bien, luego de despedirse Makoto suspiró pesadamente y se dirigió al baño.

―Haru, hoy no voy a poder pasar todo el día contigo, vendrán mis hermanos, mi madre dice que se han quejado de que ya no me ven. Solía salir con ellos después del trabajo, pero como tienen tiempo sin verme, a mi madre le pareció buena idea traerlos aquí ― explico.

― ¿Tienes hermanos? ―Pregunto Haru con curiosidad

―Sí, tengo dos, una niña y un niño, son gemelos, Haruka pensó que tal vez se trataba de los niños que acompañaban a Makoto aquella vez que lo vio en la playa.

Es imposible (corregido 03/03/2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora