Primer encuentro

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Haruka se encontraba nadando plácidamente, pues era su rutina diaria despertarse justo al amanecer y zambullirse en las frías aguas del océano. De vez en cuando nadaba lo suficiente como para acercarse a la orilla de la playa. Sabía que era peligroso estar tan cerca de los humanos, pero la curiosidad podía más que cualquier riesgo, después de todo se sentía fascinado por las personas, o más bien, por uno en particular. Todo comenzó cuando en una tarde tormentosa se vio empujado por la marea hacia la playa, al principio sintió miedo de que alguien pudiese verlo, así que se situó detrás de unas rocas que se encontraban cerca, de esta manera esperaría a que pasara la tormenta y regresaría al mar, la verdad es que siempre había tenido curiosidad por esa tierra que para él era ajena pero el miedo le impedía acercarse lo suficiente, pasó dos horas aferrándose a las rocas, hasta que de un momento a otro y tan rápido como había comenzado, la tormenta cesó.

Al chocar con suavidad los rayos del sol con la arena, Haruka pudo visualizar todo el esplendor de la playa, era una tierra vasta y hermosa; ya era algo tarde y tenía un poco de hambre, así que con una última mirada se dio la vuelta y nadó de regreso al que era su hogar. A la mañana siguiente su curiosidad fue más fuerte, así que regresó al mismo sitio en que se había protegido de la tormenta y siguió observando tan bello lugar, había algunas personas en la playa pero Haruka se sentía lo suficientemente seguro detrás de las rocas como para observarlas con detenimiento, una en particular llamo su atención , no nadaba en la playa como los demás, simplemente jugaba en la arena alegremente, con dos pequeños ; una niña y un niño, la calidez de su sonrisa era innegable, su tez era bronceada, sus músculos bien definidos y tenía unos hermosos ojos verdes, un sentimiento de ternura lo inundaba y quería acercarse, pero sabía que era imposible, con tristeza se dio la vuelta y sumergió su cuerpo, primero su cara y al final su aleta, hasta hundirse completamente, desde ese día, iba con frecuencia a la orilla situándose en el mismo lugar pero para su pesar no había vuelto a ver a aquel muchacho de sonrisa sincera. Se encontraba sumido en sus pensamientos cuando una voz, seguida de un gran alboroto, lo dejaron helado.

Es imposible (corregido 03/03/2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora