Capítulo 17

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Hoy el capítulo es solo desde la perspectiva de Daniel. Espero lo disfruten nenas!!!

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Kath tiene la cabeza gacha, la subo agarrando su mentón y hago que esta me vea a los ojos, siguen llorando y veo como esos ojos azules se van apagando, volteo a ver rápidamente con el ceño fruncido a Will y volteo con Kath, la agarro del brazo y la llevo conmigo, bajamos escaleras y salimos a el patio, veo unos sillones y la siento, no digo nada, a veces las acciones dicen mas que unas palabras.

Ella me voltea y se limpia el rastro de lagrimas con el dorso de su mano, me abraza y deja caer su cabeza en mi hombro, esta respirando muy rápido, acaricio su cabeza y veo como su respiración se normaliza y tranquiliza, llevo a Katherine a la camioneta y le digo que se quede en el asiento. Subo a la recamara de los chicos, y les aviso que nos vamos.

- Por favor, dile que no fue mi intención. No quería hacerla llorar. - Me pide Will, yo asiento doy una mirada rápida a Caro y me bajo, entro a la camioneta la enciendo y empiezo el camino hacia su casa.

Llegando nos recibe el mayordomo, abro la puerta para que ella pase y un grito de "feliz cumpleaños" nos espanta, al parecer tenían una fiesta sorpresa aparte de mis sorpresas para ella. Su madre se acerca a ella y la felicita, después su padre y demás familia que no conozco.

[...]

Estamos sentados en una mesa, cuando su primo llega con un chico a su lado, Kath casi se ahoga con el vaso de agua que estaba tomando y se para rápidamente. Yo solo observo muy atentamente.

- ¡Prima!

- Primo, ¿Cómo estas?

- De maravilla, mira, el es Marcus. - Kath dirige su mirada a el chico y le sonríe sonoramente.

- Sí, em, ya nos conocimos. - Kath de nuevo dirige su mirada a su primo. - ¿Ustedes como se conocen?

- Vamos en el mismo salón de universidad.

- Que padre, - me mira y sonríe. - él es mi mejor amigo, Daniel. Daniel mi primo Matt y Marcus.

- Mucho gusto. - tengo el ceño fruncido, no estoy enojado si no, ¿extrañado?, por qué Kath no me contaría de este chico.

Nos volvemos a sentar y veo que el tal chico Marcus tiene el ojo en Kath, y ella en el, pero qué no ya salía con el otro chico. Las chicas son un problema.

[...]

Ya todo había acabado y estaba una Kath dormida en el asiento, su cabeza va derecha con los ojos cerrados y la boca un poco abierta, logro ver que su cabeza se cae y pega en el cristal, me sorprende que no se haya despertado, con mi brazo derecho agarro su cabeza y la pongo derecha, pero esta se vuelve a caer. Me paro en la orilla, me desabrocho el cinturón y me paso en frente de ella para llegar al interruptor para bajar el asiento y hacerlo una cama. Estoy tan cerca de ella que siento su respiración en mi cuello, logro bajar el asiento y quedo arriba de ella.

La veo de cerca y otra vez los sueños vuelven, odio la idea de mejores amigos, quiero que este conmigo y nadie más, desde ese día en preparatoria. Veo mas de cerca sus labios y aunque tenga muchas ganas de besarla, me abstengo, ella esta dormida y no voy a aprovecharme de eso.

Vuelvo a mi asiento y me pongo el cinturón, conduzco de nuevo a mi casa y voy observando todo el paisaje, cuando llego cargo a Kath modo princesa y la subo a mi habitación, llamo a la niñera para que la cambie, ella es una señora de 40 años y es muy buena persona, nos ha pedido el trabajo para ayudar a sus nietos a ir a la escuela.

Cuando ella sale yo entro y me encuentro la figura de una Kath dormida en posición fetal volteada hacía el balcón y una luz lunar se refleja en su relajada cara. Entro al cuarto de armario donde tengo mi ropa y decido ponerme unos pants de pijama y nada por la parte de arriba, siempre paso calor ya sea por la calefacción o porque duermo con Kath.

Salgo y entro a el baño, me cambio y salgo. Cuando me adentro en las sabanas siento que alguien me abraza por la espalda y esa es Kath. Me volteo y quedamos frente a frente.

- Buenas noches, Dani.

- Buenas noches, Katherine.

Y así quedamos dormidos.

[...]

Estamos terminando ya la escuela y Kath no para de hacerme preguntas.

- Por lo menos dime a donde vas. Quiero saber porque mi mejor amigo no se va ver películas conmigo.

- Es solo tarea.

- No te creo, haces eso cuando estas mintiendo. Tus manos a los costados y no me volteas a ver a los ojos.

- ¡Claro que no!

- Daniel, ya dime, por favor, te lo ruego. - sus manos las tiene en modo de suplica y tiene esos ojitos de perrito atropellado. Rodeo los ojos y le digo.

- Es solo una tonta cita, Katherine, no hay porque tanto alboroto.

- ¡Dios sí! ¿con quien?

- Con alguien.

- Acaso es con...¿Caro? - la veo directamente a los ojos y antes de que pueda formular una palabra ella empieza a gritar como vieja loca. - lo sabía, ella es la correcta.

Me doy una palmada en la frente y seguimos caminando por los pasillos de la escuela, ya pedí permiso para salir esta tarde con la excusa de que tengo que ir a el médico, dejó a Kath en su habitación y yo me voy a la mía para arreglarme y estar listo para hoy. Con Caro la cite a las 6:00, pero voy a llegar un poco tarde no me gusta llegar temprano y que se me note que estoy desesperado. El lugar es el cine, pero es el cine privado porque lo rente para ver una película romántica como les gusta a ellas, la que van a poner exactamente es 50 sombras de Grey, digo de seguro ya la ha visto, pero hay que hacerla recordar.

Termino de arreglarme y veo mi Apple Watch, son las 6:28, perfecto subo a mi camioneta y me dirijo a el cine, cuando llegó veo a Caro con un vestido rojo pegado, con estampados de flores, con una chaqueta de mezclilla. No creí que fuera de esas personas que se vistiera con vestidos de estampados, pero bueno hay sorpresas en el mundo.

Llego hacia su lugar y la saludo de beso en el cachete. Ella parece sorprenderse pero acepta e imita mi acción.

- Perdón por llegar tarde, el profesor de la última hora dio un sermón a la clase y... bueno, ¿llegaste desde hace mucho?

- Amm, no a mí también se me hizo tarde. - mentira, ellas son muy puntuales y no puede poner de excusa a su maquillaje ya que no lleva casi nada de maquillaje.

- ¿Entramos?

- Claro. - agarró su brazo y nos adentramos a el cine, llegando a la barra le digo a el mesero mi reservación y este me guía. Cuando las puertas de la sala vacía se abren, puedo ver asombro en los ojos de Caro. Nos sentamos en las filas de en medio y pedimos comida y bebidas para la película. Y ahora solo hace falta esperar que llegue el momento y que pase lo que tenga que pasar.

La mitad de mi ... siempre serás túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora