Capítulo 27

4 1 0
                                    

Escuchen la canción de arriba, creo que es la canción que describe a Dan y Katherine :( 

Espero les guste :p

---------------------------------------------------------

Quita con cuidado las vendas de mi piel, dejando al descubierto mi herida de la operación, no puedo evitar recordar ese momento, el dolor en mi estomago y mis lagrimas saliendo de mis ojos. El miedo de morir, pero de alguna forma el miedo se esfumo en los brazos de Daniel.

- Kath...

- ¿Mhm? 

- No quiero perderte... - susurró casi inaudible. Sus manos tocaban mi herida untando la pomada al rededor de esta. 

Yo tampoco Dan, pero es mejor que nos separemos y así no nos lastimaremos.

- Ya lo hiciste. - conteste sintiendo como mis palabras quemaban en mí y en él. Terminó de ponerme la venda y se paro.

- No Kath, - niega - no lo he hecho, tu lo has hecho, yo no quiero perderte, pero tú..., tú quieres perderme, haces que cada palabra tuya me hiera. Te gusta verme sufrir ¿no? Te gusta que las demás personas a tu alrededor se alejen y todo por tu egoísmo, creí conocerte Kath... creí todas tus mentiras de esa noche en tu habitación cuando me dijiste que no querías perderme nunca, o cuando te ayude con lo de Tita... me dijiste que me amabas, pero veo que es una mentira todo, Katherine, en realidad nunca lo hiciste.

No podía más, mis impulsos me llevaron a callarlo con un beso... mis sentimientos nunca cambiaran, no puedo culparme por quien me guste, es algo que pasa.

Me sorprendió que no lo correspondiera, rápidamente me aleje avergonzada. Con la mirada baja hablé: - No quiero perderte, pero debo Dan.

- No Kath, no debes, quieres perderme ¿Y sabes, qué? No voy a caer en tus jueguitos, Kath. No sabes lo que me lastimas, me confundes, como ahorita. No sabes cuanto te amo y la manera en que lo hago. Pero todo se acabo.

Subí la cabeza con los ojos llorosos y trate de abrazarlo, pero este se aparto y se fue dejándome en un mar de lagrimas, avergonzada porque aunque el sienta lo mismo que yo por él, me rechazó, con mucha razón. 

Hice que nuestra amistad se perdiera y todo por mis estúpidos sentimientos. Ahora ya no va a ser cómodo hablarle. Ni si quiera sé si hablarle.

Daniel

Me besó tratando de callarme, pero no pude responderlo. Esto hace ella cuando va perdiendo, busca una manera de quedar como la victima, pero no lo es, no ahora.

- No quiero perderte, Dan. - dijo cabizbaja. Ya no puedo creerle, me lastimó, yo tengo sentimientos hacía ella y ella hacía mí, pero no podemos estar juntos, porque nos destruiremos el uno al otro. 

Y ella ya me ha destruido a mí, pero no voy a demostrarlo, se ha portado egoísta conmigo y ese fue el final de nuestra amistad. Ella quiere perderme porque sabe lo mismo que yo...

- No Kath, no debes, quieres perderme ¿Y sabes, qué? No voy a caer en tus jueguitos, Kath. No sabes lo que me lastimas, me confundes, como ahorita. No sabes cuanto te amo y la manera en que lo hago. Pero todo se acabo.

Las palabras te destruyen, lo sé, y lo compruebo. Me acaban de destruir. Quise arreglarlo, pero todo esta jodido. 

Trato de abrazarme, pero me aparte y me fui de ahí, huyendo de ella, de como me hace sentir.

[...]

Pasé todo el día en la habitación que me asignaron los padres de Kath, ya que tengo que vivir aquí mientras sus padres no están. Sigo recordando como se sentían sus labios en los míos, lo jodidamente mal que se sentía haberla rechazado. No puedo quedarme así, abrí la puerta de mi recamara y fui a su puerta. 

Relájate, Daniel.

Pero no podía, abrí la puerta de golpe y la vi ahí, sentada en el piso, sollozando, se paró sorprendida y fui directamente a ella, puse mi mano en su cuello y otra en su cintura y sin dejarla articular una palabra la bese. Ella reacciono a los segundos y me siguió el beso. 

Puso sus manos en mi nuca intencionado el beso subiendo por mi cabello y enredando sus dedos en este.

Sus labios carnosos trazaban los míos y un pequeño flashback de la fiesta de Halloween vino a mi mente, los dos borrachos besándonos como dos amantes después de no verse en años. Con razón sus labios se me antojaban más que antes. Siempre me has gustado, Katherine, siempre.

Como me hubiera gustado que eso pasara, pero no... en realidad solo toque en su puerta tratando de arreglar las cosas, voy a callar mis sentimientos, pero no quiero que las cosas se vuelvan incomodas. 

- Kath..., por favor abre la maldita puerta. - sin respuesta.

Insistí dos veces más, pero me preocupe y la abrí de golpe, mis ojos la buscaban por toda su habitación, pero no estaba, ella se había escapado a altas horas de la noche, y sí algo le pasa...?

Rápidamente baje a mi habitación y marque su número, pero inmediatamente me mando a buzón de voz, no pude evitar alarmarme y preocuparme más. Mierda, todo por mi maldita culpa.

Llame a Camille y Clarice, pero ninguna respondía, salí de la casa y rápidamente encendí el auto, iba a encontrarla. Pase por las casas de sus amigas, pero fue inútil, nadie respondía, y lo entiendo son las 2:15 de la madrugada.

Pase por calles cerca de la escuela, pero nada, no había nadie. Dos lugares me llegaron a la mente: la cafetería o la biblioteca. Ella estaría en uno de esos dos lugares, fui primero a la biblioteca, pues en la cafetería no habría nadie, esta cerrada.

La angustia de no encontrarla ahí y de no saber en que otro lugar encontrarla me llenaba cada vez más, y más. Todo era mi culpa, si la hubiera cuidado y me hubiera quedado con ella, no habría pasado nada de esto.

No les ha pasado, que dicen algo o hacen algo, porque creen que es lo mejor... pero al final sucede algo que te pone entre la espada y la pared en lo incorrecto o lo correcto...?

Pues a mi sí, justo ahora, ya no sé que es lo correcto para mi quien sabe que tengo con Katherine... y la verdad me arrepiento de lo que dije, ella hubiera estado conmigo, abrazada a mí.

Pero cuando llego a la librería no la veo, ni las luces de afuera me dejan ver, no la veo por ningún lado. Hasta que una silueta de un hombre aparece, enseguida veo la silueta de Kath, están abrazados.

Me bajo del auto cabreado y con la duda de quien podría ser y mientras me acerco más veo que la otra silueta es de... Marcus. 

Llego a ellos y Marcus me mira con el ceño fruncido, supongo que una personita le conto todo lo sucedido.

- Vámonos, Kath, por favor. - ignoro a Marcus y su mirada asesina mientras suplico a Kath.

- Ella no va contigo. - ataca Marcus.






















Esto se va a poner bueno damas y caballeros, prepárense. 


La mitad de mi ... siempre serás túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora