Ha pasado una semana de haber visto a Daniel, he ido a casa por un par de ropa, le conté a mis padres que Daniel tenía asuntos familiares y que por eso ya no se pasaba por la casa, pero les mentí diciéndoles que el todavía me cuidaba.
Esta semana he estado con Marcus y tanto como él y yo estamos cómodos con la idea de quedarme un poco de más tiempo. Estábamos haciendo unas galletas cuando Marcus salió para buscar mas masa de galletas.
He estado pensando en ir o no a la fiesta de mis padres, como mañana es 24 de diciembre, mis padres, como todos los años hacen una fiesta de nochebuena y es algo formal, no me siento muy cómoda en fiestas con mucha gente y menos si son personas importantes que no conozco.
Pero invité a Marcus a pasar conmigo el 24, así que supongo que iremos juntos. Algo en mi estomago se revuelve al pensar que muchos dirán que somos pareja, ni si quiera sé como presentárselo a mis padres.
Un sonido de timbre suena y me levantó del banco y voy a la puerta, Marcus entra con bolsas de súper y pone todo en la isla de la cocina.
- Mmm, Marcus...
- ¿Sí, Kath?
- Mañana es la fiesta de mis padres y estaba pensando en ir, si no quieres ir esta bien.
- Esta bien, Kath, por mí no hay problema. - dijo mientras guarda la masa en el refrigerador.
- Gracias, gracias, gracias. - agradezco dándole un pequeño abrazo. - Pero... tenemos que ir a comprar nuestra vestimenta.
- Esta bien, ¿vamos? - preguntó sacando las llaves del coche de su bolsillo.
- Vamos.
Vamos a un centro comercial que no conocía, pero se ve muy moderno, sus paredes son blancas y tiene decoraciones de madera, tiene grandes ventanales de cristal y unos balcones que de seguro se ha de ver el centro comercial entero.
Deja el coche en un estacionamiento y salimos. Al pasar las puertas corredizas de cristal primero se aparece una escalera de espiral con escalones de mármol. Este centro comercial si es muy lujoso.
Seguimos caminando y nos encontramos con una tienda de vestidos.
- Wow, hay muy buenos vestidos aquí.
- Sí, a mi madre le gustaba venir a esta tienda.
- Y ¿Cómo esta tu madre? Nunca me has hablado de ella. - habló mi curiosidad.
- Mmm, ella... hablemos de ella en otro momento, ahora pruébate un vestido. - frío, así lo sentí, parece que no le gusta hablar de su madre. Llamé a la señorita para que me ayudara a escoger un vestido.
- Bienvenida, señorita, ¿en que puedo ayudarle?
- Hola, gracias, mmm un vestido para una fiesta formal, que se vea elegante y de colores claros, que no sea tan largo, pero que tampoco sea tan corto.
- Mmm, claro, en un momento se lo traigo. - la señorita despareció de mi vista en busca de el vestido.
- Kath, ¿estaría bien si después vamos a la tienda de trajes?
- Claro, por mi no hay problema.
La señorita llego con unos 4 vestidos, los tome todo y me metí al vestidor.
El primer vestido era de un color azul marino con lentejuelas, brillaba mucho eso sí, me llegaba 5 dedos arriba de la rodilla y era de un escote de corazón, no me gustaba mucho, pero necesitaba la opinión de un hombre.
- Marcus, ¿Qué tal me queda?
Marcus levanto la mirada y miró de abajo a arriba, no podía evitar sonrojarme.
- Wow, Katherine de verdad te ves bien con ese, pero hay... algo que no me convence.
- Sabía, a mi tampoco me convence, voy a probarme otro, gracias Marcus.
El segundo era de un color blanco me llegaba abajo de la rodilla y su falda era de princesa, no me gustaba, me sentía niña de primaria. Decidí salir a ver que pensaba Marcus.
- Kath, pareces una niña de 6 años y te ves tierna así.
- Ya sé..., prefiero probarme otro.
Entre de nuevo en el vestidor y un vestido de color rose gold llamo mi atención, tenía un escote en V con tirantes, resaltaba un poco mis pechos, era atrevido, era pegado por lo que resaltaba mi figura, algo que me encanta, y me llega 8 dedos arriba de la rodilla por un lado, y del otro lado 4 dedos, su falda era en diagonal, por un lado larga y del otro corta. De verdad que me encantaba este, y tenía lentejuelas lo cual ayuda para que no se vea muy sensual.
Salí del vestidor y me sentí avergonzada, creo que era muy revelador para una cena de nochebuena.
- Señorita, le traje estos tacones, combinan muy bien con ese vestido y son altos, le dan un estilo sensual y la harían ver muy hermosa.
Me puse los tacones y no eran tan altos, pero de seguro ya me veía alta.
- Marcus... ¿Qué tal este?
Por tercera vez me escaneo con la mirada de abajo hacia arriba, y por tercera vez me sonrojé, aunque afuera haga mucho frío dentro de la casa va a haber calefacción y también por la cantidad de gente habrá calor.
-Kath, no crees que ¿estas muy descubierta...?
- Mmm, solo un poco, pero habrá calefacción y llevaré un abrigo.
- Bueno, ese vestido me gusta mucho, de verdad, Kath, te ves muy bien con cualquier cosa que te pongas.
- Gracias...
Ya en la caja para pagar saque mi tarjeta y se la di a la señorita, pero ella no la acepto, señalo a Marcus quien ya tenía la bolsa en su mano y me sonrojé. Marcus había pagado mi vestido.
Seguimos y fuimos a la tienda de trajes, llegando una señorita, morena, muy guapa por cierto, nos atendió, me senté en uno de los sillones que estaban frente de los probadores esperando a que Marcus saliera.
Cuando salió mostro un traje negro con una corbata azul, no me gusto y a el tampoco, con Marcus era más fácil hablar, nos gustan casi las mismas cosas, aunque también tenemos desacuerdos.
El tercer traje era gris y le resaltaba muy bien sus brazos trabajados aunque no de una manera tosca, solo se veía que ha ido al gimnasio, me encantaba como se veía así, escogió una corbata gris un poco mas oscura que el traje, y se veía jodidamente bien.
Salimos del lugar y pasamos por una tienda de helados, se llama Häagen-Dazs, nunca la he probado, pero Marcus me ha dicho que es muy buena.
Yo pedí uno de vainilla y Marcus uno de chocolate con nuez. Cuando salimos una ráfaga de aire nos golpeo la cara, dando aviso a que próximamente habría un tormenta o una nevada.
Ambos nos subimos al auto, pero Marcus como todo un caballero primero abrió la puerta para mí, lo ha hecho todo el tiempo y m encanta, cruzó por el frente del coche, abrió la puerta trasera del piloto y dejo las bolsas, abrió la puerta del piloto y entro.
Encendí la radio y empezaron a poner canciones muy buenas, aunque hubo una canción llamada "Perfect Crime" de una tal Olivia Rodrigo, me gusto mucho así que la busque en Spotify y la puse en mi playlist.
Marcus empezó a cantar la canción de "Like I Can" de Sam Smith, canta muy bien, la verdad. Y así pasamos todo el recorrido, cantando y bailando en el trayecto a su casa.
Con Marcus me siento bastante bien, pero estoy ansiosa por mañana, la idea de presentarlo con mis padres sigue dando vueltas en mi cabeza.
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La mitad de mi ... siempre serás tú
RomanceKatherine Martin, una estudiante de universidad que está por cumplir su décimo dieciocho cumpleaños. Se acuerda de una historia que su abuela le había contado, las almas gemelas. Ella se encuentra intrigada con aquel cuento de su abuela, así decide...