Capítulo 20

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Y... aquí estoy, en el aeropuerto sentada en una de las bancas viendo como Lucas se va en ese avión, una de sus amigas me toca el hombro y habla.

- Kath, ¿cierto?

- Sí.

- Mariana, mucho gusto.

- Igualmente. - me levanto y quedo unos cuantos centímetros mas baja que ella.

- Vamos a ir a un bar por si quieres venir y conocernos mejor. - me sonríe tiernamente. Lamentablemente tengo que ir al internado así que niego.

- No puedo, gracias por la invitación, pero estoy ocupada.

- Oh, ok, nos vemos Kath. - y así se va con el grupo de los demás chicos.

Salgo del aeropuerto y pido un taxi, después de 3 minutos uno se para en frente de mí, pero un brazo fuerte me para y me voltea. Es Daniel ¿Qué rayos hace aquí?

Lo miro con el ceño fruncido y trato de zafarme de su agarre. El taxista se da cuenta y pregunta.

- ¿Todo bien señorita?

Trato de hablar, pero Daniel habla antes.

- Sí, todo bien, YO me llevo a MI novia, gracias. - le da una mirada intimidante al taxista y este se va. 

Cobarde.

No lo puedo creer. Me dijo su novia, ya tienes una Daniel, vete con ella y déjame en paz.

- Déjame, vete con tu novia de verdad y déjame tranquila. - digo fría.

- No, no voy a dejar que te vayas sola.

- ¿Qué? ¿Ahora si te preocupas por mí?

- Siempre me preocupo por ti, Katherine. - que frío.

Rodo los ojos.

- ¿Cómo sabias que estaba aquí?

No responde y ahí es cuando mi cerebro funciona.

- ¿Me estabas siguiendo?

No dice nada, así que es un sí.

- ¿¡Ahora me sigues?! ¿Qué rayos te pasa por la cabeza?

- Katherine, deja tu locura a un lado y déjame llevarte.

- ¿Cuántas veces tengo que decirte "déjame en paz" para que te vayas, Daniel? - el ríe, en serio. ¡Se esta riendo el muy idiota!

- Unas... - hace un gesto de como lo piensa, y sigue - diez millones veces.

- Bien. - empiezo a contar con los dedos de mis manos mientras digo "déjame en paz".

El parece no importarle y me carga como tal costal de papas sobre su hombro, yo mientras pataleo y le pego en la espalda tratando de que me baje, pero es en vano, él nunca siente uno de mis golpes.

- ¡Déjame en paz! - grito, pero hace caso omiso.

De repente veo una figura que se me hace conocida, Marcus, ¡sí! Mi salvación ha llegado. Pero... ¿Cómo ha llegado aquí? Ni idea, pero es mi salvación de sentarme en la camioneta de Dan y sentir vergüenza por mi anterior sueño con él.

- ¡Marcus! - grito con todas mis fuerzas y el se da cuenta, voltea y al verme como costal de papas arruga su entrecejo - ¡Ayúdame Marcus!

El se da cuenta y viene corriendo hacía mi, lo bueno es que no estábamos tan lejos de donde Marcus y aparte Marcus es alto y viene muy rápido, cuando llega, voltea a Dan por el hombro contrario de donde me tiene, Dan pierde casi el equilibrio y me baja. ¡Al fin! Tierra firme, te amo.

Al pensar las cosas creo que fue mala idea gritarle a Marcus, porque esta muy enojado y un Dan enojado también se asoma. Mierda es como la película de Godzilla Vs. Kong, los dos titanes. 

- Marcus, por favor llévame a Pridge. - dije poniéndome entre los dos dándole la espalda a Dan. 

Él rápido me mira y me sonríe tiernamente, volteo y rápido mi mirada se pone seria y le digo a Dan.

- Adiós, Daniel. - Daniel solo se queda ahí, parado viendo como nos vamos alejando poco a poco.

- Perdón por haberte gritado, pero... de verdad que no quiero estar con él. - dije ya estando lejos de la zona de peligro.

- No, no esta bien, solo pensé que eran mejores amigos o... algo así.

- Sí, solo que ahorita estamos peleados o bueno... yo me enoje con él. - Marcus solo asintió - Cambiando de tema, ¿Qué hacías aquí? - que chismosa soy. 

- Vine a despedir a una amiga.

- Oh, que padre, ¿se fue de viaje?

- Sí.

Llegamos a su moto y me senté detrás de él y el deja vu llego a mi mente. Me puse el casco que lleva extra y el gira su cabeza sobre su hombro para preguntar.

- ¿A Pridge, no?

- No, no quiero ir ahí y encontrármelo, ¿podemos ir a algún otro lugar?

- Claro, yo sé de uno.

- Bueno, sorpréndeme. 

Dicho esto Marcus encendió la moto dirigiéndonos a la autopista, deje recargar mi mejilla izquierda sobre su espalda y me permití olfatear su olor. Huele a Menta, desodorante y loción, huele rico. Vamos pasando árboles, ya no hay edificios o casas. Llegamos a un parque de campamento y el frío llega otra vez y me golpea, debí de haberme puesto una mejor chamarra para salir. 

Marcus me ofrece su mano y la acepto, me va guiando por los árboles y tengo miedo de perderme, el sol ya esta empezando a esconderse y digamos que estar en un bosque en la noche no es mi cosa favorita. El sonido de una rama romperse me espanta y Marcus se gira riéndose de mi.

- Chill out. -  o relájate en español, yo sonreí y le asentí. Seguimos paseando por el bosque hasta que llegamos a una cabaña, pequeña no tan grande y me recordó a Lucas a la primera cita que tuve con él, de verdad fue muy bonito. No pude evitar entristecerme.

Marcus se acerco a la puerta de madera y la abrió, dentro había muebles de madera y había unas cuantas ventanas que tenían una vista increíble, tenían unas cascadas como paisaje, el sonido del agua cayendo es muy relajante. Esto parece irreal.

- ¿Qué te parece?

- Parece una de las casas de Tinker Bell. 

- Sí, lo sé. - ríe.

- ¿Cómo lo encontraste?

- Fue muy raro, un día fui de fiesta, de repente fui al baño y desperté aquí, unas hadas me sorprendieron y me dijeron que eran mis hadas madrinas.

Abrí la boca en una "O" y pregunté.

- ¿En serio?

- No, la verdad lo encontré mientras daba mis caminatas nocturnas. - reímos los dos, pero mas él, porque yo sí me creí el cuento.

Nos sentamos en el piso, sobre una alfombra que parece estar muy limpia.

- Sí, vengo seguido a limpiar. - me sorprende mucho, no se si soy muy obvia, o es que él me leyó la mente. Opto más por la primera.

El empieza a hablar y me dice:

- Y ... Kath, ¿tienes novio?

Su pregunta me sorprendió, y lo recordé a él, me quite su imagen de la cabeza y respondí.


La mitad de mi ... siempre serás túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora