Capítulo 2

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¡¿Su amante?!

Pov: Rashta.

Desde ese día donde el emperador discutió con la emperatriz.....aquel día donde una pobre chica fue encerrada y la emperatriz fue metida en problemas por mi culpa, desde ese día ya no volví a ver ala emperatriz.

Me encontraba caminando por los pasillos del palacio, me la había pasado casi todo el día buscando ala emperatriz, incluso le pedí ayuda alas damas de compañía que el emperador me otorgo pero ninguna me quiso ayudar con mi búsqueda según porque la emperatriz no querría verme.....y tal vez tenían razón. Cuando me canse de buscar decidí ir ala habitación donde el emperador me traía todo tipo de postres ya que deseaba comer uno de esos, pero una vez que llegue ala habitación y estuve apunto de abrir la puerta escuche la dulce voz de la emperatriz.

"¡Ella está aquí!"

Pensé con alegría mientras mi corazón se aceleraba era un extraño sentimiento el que sentía, apesar de que la emperatriz fuera mujer me hacia sentir cosas realmente extrañas, que se supone que sólo debería sentir con hombres. Estaba pensado en que tal vez era un sentimiento de admiración pues la emperatriz era una mujer admirable.

Asenti varias veces con la cabeza hasta que escuche un grito del emperador yo me sobre salte, estaba tan perdida en mis pensamientos que no escuche la conversación del emperador y la emperatriz.

-¿Que estará pasando?

Susurre y pegue mi oído ala puerta para escuchar lo último de su conversación.

-Estoy cansando puedes retirarte.

Me sentí confundida por lo que dijo el emperador yo me aleje de la puerta y puede ver que de la habitación salía la emperatriz, en ese momento sentí que me faltaba el aire me sentí muy nerviosa, después de tanto tiempo por fin la encontré.

-E-emperatriz....

Hable con un ligero tartamudeo pero no recibí respuesta de la emperatriz sólo una mirada llena de molestia y tristeza, eso hizo que me sintiera mal tal vez ella estaba discutiendo de nuevo con el emperador por mi culpa.

-Y-yo.....emperatriz.....

La emperatriz no me dejo decirle nada pues está se dio media vuelta y se alejo caminando.

"Cielos...."

Solté un pesado suspiro parece que mi existencia sólo le estaba causando problemas ala emperatriz. Apenas me iba a sumergir en la tristeza cuando escuche una campanilla sonar yo en forma automática entre ala habitación observe al emperador recostado sobre aquel hermoso sofá.

-¿Me llamó su majestad?

Pregunté con una dulce sonrisa mientras me acercaba a el pude observar como abría sus ojos y dirigía su mirada hacia mi.

-¿Rastha? ¿Desde cuando eres una sirvienta?

El emperador me sonrió de una forma dulce como nunca nadie lo había echo realmente era un buen hombre aunque aún así me sentía un poco molesta con el por la forma en la que trataba ala emperatriz, pero en fin el me sentó a su lado y yo decidí responderle con entusiasmos.

-Bueno, ¡pense que lo menos que podría hacer era servirle!

El emperador soltó una leve risita y con aquel tono dulce de voz me pregunto.

-¿Así que serás mi sirvienta?

Asenti varias veces.

-¡Si!

No sólo quería ser una sirvienta para agradecerle a el por salverme sino también lo quería hacer para de esa manera tener una excusa para poder estar cerca de la emperatriz.

-Eres una chica divertida, apenas puedes caminar, ¿cómo vas hacer mi sirvienta? No hay problema con que tomes un descanso, toma come un poco de pastel de calabaza.

Acaricio mi cabeza de una forma suave y delicada mientras me arrimaba el pastel de calabaza, mi rostro se lleno de sorpresa y felicidad por poder probar aquel sabroso postre.

-¡Guau! ¡Pastel de calabaza!

Dije con mucho entusiamos y comencé a comer aquel pastel como si fuera la última vez que lo probaría en mi vida mientras escuchaba la pregunta del emperador.

-¿Tanto entusiasmos por un pastel?

Yo trague el pastel que tenía en mi boca para poder responderle.

-¡No es cualquier pastel!

Puede notar como la expresión de felicidad del emperador se ponía un poco seria.

-Le doy joyas costosas ala emperatriz y responde con frigidez, pero contigo sólo basta muy poco para hacerte feliz.

Comenzó a limpiar mis mejillas ya que tenía un poco de pastel sobre estás yo guarde silencio por unos segundos para luego hablar.

-Ala emperatriz deben gustarle sus regalos y debe ponerse feliz aunque no lo demuestre.....su hermoso rostro debe estar lleno de emoción por cada uno de sus regalos

Al imaginarme el bello rostro de la emperatriz con una hermosa sonrisa en sus labios provocó que mis mejillas se sonrojaran un poco. Me perdí en aquella imagen mental por unos segundos hasta que el emperador carraspo su garganta  para así sacarme de mis pensamientos.

Yo me puse muy nerviosa no sabía que decir así que sólo desvíe mi mirada hacia el pastel que me estaba comiendo.

-Tienes razón si deben gustarle

La voz del emperador rompió aquel momento incómodo para mi, por alguna razón me sentía aliviada de que no hiciera preguntas del porque me expresé de esa manera hacia la emperatriz porque no sabría responderle.....ya que ni yo se el porque.

-No creí que mi presa fuera tan lista

El emperador tomo un mechón de mi cabello mientras hablaba en un tono de broma, aquellas palabras me molestaron un poco y demostre mi molestia con un puchero.

-Siempre me dice que soy su presa....

El emperador soltó una tierna risita algo que me confundió un poco luego este me abrazo e hizo que mi cabeza se recostara sobre su pecho, por alguna razón no me sentía muy cómoda.

-Bueno entonces dejaras de ser mi presa y serás mi amante.

Yo al escuchar aquellas palabras del emperador hicieron que me separará de el rápidamente, pude ver su rostro de confusión apuesto que el mío también se veía de esa manera.

-S-su....¡¿su amante?!

Pregunté sorprendida y confundida y entonces el emperador acarició mi mejilla mientras me miraba con unos ojos tristes.

-¿No quieres?

Al escuchar su pregunta con aquel tono triste yo sólo guarde silencio, tal vez si me negaba iba a regresar a esa vida de esclavitud mi cuerpo se estremeció de solo pensar en eso, no quería volver a esos días de sufrimiento ¡no quería!. Así que trague saliva y asenti con la cabeza mientras una falsa sonrisa se formaba en mis labios.

-Si quiero ser su amante su majestad lamento mi reacción es que......me sorprendió porque lo dijo de la nada

El emperador volvió a tener esa expresión de alegría y me volvió abrazar, yo sólo correspondi el abrazo deseando que la emperatriz no se enterada sobre esto.

Continuará.

Quiero ser tu amante •||Rashta x Navier||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora