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𝓐STRA CAMINÓ HACIA LA SALA donde la doctora Cho sanaba a Barton.
— ¿Estará bien? —Preguntó la Viuda Negra—. Fingir que lo necesitamos mantiene al equipo unido —bromeó.
— No hay ninguna posibilidad de deterioro —respondió Helen—. La funcionalidad nanomolecular es instantánea. Sus células no notan las partes artificiales.
— Está creando tejidos. —Banner parecía emocionado.
— Si lo llevaran a mi laboratorio, el arca de regeneración lo haría en 20 minutos.
— Ah, ya falleció... Que triste —interrumpió Tony.
— No, no, voy a vivir para siempre —sonrió Barton—. Fabricado en plástico.
— Seguirá siento usted, señor Barton. Ni siquiera su novia podrá notarlo.
— Pero no tengo novia.
— En eso no te puedo ayudar. Este es el futuro, Tony. Tus estorbosos trajes terminarán siendo chatarra.
— De hechos, ese es el plan —contestó Stark.
— ¿Irás a la fiesta el sábado? —Preguntó Astra sonriendo.
— Lo siento pero no tengo mucho tiempo para fiestas. —Helen se da media vuelta, pero luego vuelve a mirar a Astra—. ¿Thor va ir? —Pregunta intentando parecer desinteresada.
Astra ríe levemente. Luego de un rato de charla con Helen, Astra decide ir a entrenar. Con sus poderes algo descontrolados, tiene que buscar otra manera de defenderse.
Al llegar a la sala de entrenamiento, se puso los guantes de boxeo y se acercó al saco de boxeo. Sus puños empezaron a chocar contra el saco agresivamente, una y otra vez. Después de unos minutos, Loki apareció en su mente, Astra empezó a golpear con más fuerza que antes.
— ¿A quien imaginas que estás golpeando? —Preguntó Steve con una sonrisa.
— Me asustaste, idiota —rio Astra, pero luego se puso seria—. Perdón, había olvidado que no te gustaba que insultáramos.