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ASTRA ESTABA EN ASGARD. Los sueños con Loki se habían vuelto cada vez más recurrentes, pero ahora también soñaba con la destrucción de Asgard. Así que pensó que tal vez Odín podría ayudarla a descubrir el significado de sus sueños.
Una expresión de sorpresa y confusión se plasmó en su rostro al ver una gran estatua de Loki esculpida en oro. Pero su sorpresa aumentó cuando vio que estaban presentando una obra de teatro basada en la batalla de Svartálfaheim y en la muerte de Loki.
— Su majestad —saludó Astra acercándose a Odín.
— ¡Astra Edevane! Es un gusto verla otra vez —respondió Odín algo nervioso—. ¿Quiere sentarse a terminar de ver la obra?
— ¿Por qué no?
Astra se sentó al lado de Odín. El rey de Asgard le ofreció un racimo de uvas. Astra las recibió con gusto, pero se atragantó cuando una actriz disfrazada de ella se acercó al Loki ficticio y le dijo que lo amaba.
— Odín, ¿podríamos hablar un momento... en privado? —Preguntó Astra intentando lucir lo más calmada posible.
— Claro, claro. —Odín hizo una seña para que continuaran con la obra.
Odín y Astra se dirigieron al castillo. Una vez dentro, Odín le dijo a los sirvientes que se fueran.
— Eres un idiota —dijo Astra cuando estuvieron solos—. Deshaz la ilusión.
— No sé de qué habla, Lady Edevane —dijo fingiendo confusión.
— No te has el tonto, Loki, sabes muy bien de que estoy hablando —vociferó enojada—. No pienso golpear a alguien que luce como un anciano.
— ¿Cómo has estado, linda?
Odín desapareció y en su lugar estaba Loki. Astra empezó a lanzar esferas de energía contra el dios del engaño, mientras lo maldecía.
— Pues, he estado muy bien de hecho —gritó Astra sarcásticamente, sin dejar de atacar al Dios—. Mi padre adoptó un perro, quizá tú puedas enseñarle a hacerse el muerto.
— Astra, por favor, cálmate —dijo Loki mientras intentaba esquivar los ataques de la semidiosa.
— ¡Nos mentiste! —Astra dejó de atacar a Loki e intentó calmarse—. ¡Fueron años creyendo que estabas muerto! ¿Por qué lo hiciste? Mierda... Necesito un vaso con agua. —Un vaso de agua apareció de la nada. Astra lo agarró y empezó a beber el agua.
