Capítulo XVI: 'No había nada más bonito que mirarla...'

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Narra Eric.

Después de aquella conversación que tuvimos en el teatro pasaron dos semanas, semanas que estuvieron llenas de cambios Ainhoa empezó a salir y a sonreír aunque esa sonrisa fuera fingida y cuando pasaba el marco de la puerta de su habitación cambiaba por las lágrimas.

Llegaron las fiestas del pueblo, Ana me dijo que  Ainhoa no quería ir porque sabía que si iba tarde o temprano nos encontraríamos y no quería volver a derrumbarse y más delante de mí, ella quería hacer creer a todo el mundo que yo no le importaba pero en realidad era lo que más le importaba en el mundo a pesar de la canallada que le había hecho.

Recuerdo que llevaba toda la semana esperando con ansia  que llegara el viernes y os preguntareis porque, la volvería a ver, estaba seguro de que Ainhoa vendría y que ella sentía este cosquilleo por saber que nos íbamos a ver, aunque se hiciera la fuerte y la que no quería saber nada, yo se que le sigo importando. Ana me dijo que estas semanas parece que esta más fuerte, que sale más y me alegro no la quiero ver como la última vez, rota y hundida como ella misma me dijo, un alma en pena.

Íbamos yo y Max la noche del viernes, buscando a los demás cuando nos encontramos con el primo de Ainhoa y Max empezó hablar con él.

-¡Diego! ¡Cuánto tiempo!- dijo Max saludándose con un apretón de manos.

-¡Max! ¡Eric! ¿Qué tal?-dijo Diego con una sonrisa.

-Bien ¿y tú?- contesté.

-Bien dando una vuelta por aquí...-dijo metiendo las manos en los bolsillos.

-¿Cómo que vas tan solo?-preguntó Max curioso.

-Mis primas no se han querido venir… Así es que he dicho voy solo...-en el momento en el que dijo eso reaccione.

-¿Ainhoa?-preguntó Max mirándome.

-Sí, ella está aquí, está en la plaza con su hermana...-dijo su primo sonriendo.

-¿De verdad está aquí Diego?-pregunté sin poder creerlo.

-Porque te tendría que mentir, ya me ha contado mi prima todo...-dijo poniéndose serio.

-Estarás diciendo vaya un cabrón y todavía pregunta por ella...-dije agachando la cabeza.

-Yo no soy quien para juzgarte, está claro que no me gusta que hayas hecho sufrir a mi prima como está sufriendo porque ella no se lo merece pero son cosas vuestras y a pesar de todo yo sé que mi prima te importa...-dijo poniendo una mano en mi hombro en señal de apoyo.

-Gracias por comprenderme...-dije sonriendo.

-Si quieres yo voy para allá, ir al puesto del tiro y ella está enfrente por lo menos la vas a ver...

-Si Max vamos...-dije entusiasmado.

-Espera que voy yo primero para disimular...-dijo su primo adelantándose.

-¡Vale!-dijo Max y yo a la vez.

Diego se fue y nosotros esperamos.

-Max la voy a ver, la voy a ver–grité.

-Si amigo la vas a ver, pero a ver ahora cómo reacciona ella-dijo abrazándome.

-Ahora lo veremos, Diego es un buen chico...-dije comenzando a caminar.

-Si, vamos anda-dijo Max.

Narra Ainhoa.

Estaba de pie con mi hermana cuando llego mi primo, Diego, muy raro como nervioso, lo conocía estaba tramando algo pero no quise preguntar. Después vi como se iba para el puesto del tiro y comenzó a hablar con unos chicos. De repente alguien grito mi nombre.

Me giré y lo vi, estaba ahí como la primera vez que nos vimos en aquel mismo lugar. El corazón se me paro unos segundos y estoy segura que a él también y de repente empezó a latir más fuerte que nunca . Esa mirada, la tendría que odiar pero para que mentiros me encanto ese momento fue como si se parara el tiempo y solo estuviéramos él y yo solos, sin gente, sin ruido, él y yo haciendo esa sensación nuestra.

Eric me miraba con una cara tan dulce que daban ganar de comértelo, comérmelo a besos como cuando éramos felices y hacíamos batallas de ver quien besaba más a quien. Lo raro de todo es que yo no lloré, ni nada al contrario sentí una alegría tan tonta, en el fondo me alegré que estuviera ahí mirándome.

Narra Eric.

Cuando se giró y la vi, fui el chico más feliz de este mundo, el corazón me iba más deprisa que nunca y mi cuerpo estaba produciendo más adrenalina de la normal. Estaba tan guapa desde la última vez que la vi y sus ojos, como brillaban os voy a decir algo sino habéis mirado los ojos de Ainhoa es que no conocéis el cielo. Llevaba un vestido blanco, que hacia resaltar su bronceado parecía una de esas modelos que salen en la tele, modelo no, parecía un ángel,algo sobrenatural, tanta belleza no era normal.

Aquella noche pasaron muchas cosas, después de aquello Diego me prometió que iba a intentar convencer a Ainhoa para dar una vuelta para a ver si así la veía y lo consiguió.

Narra Ainhoa.

-Diego se que tú has tramado algo de lo que ha pasado antes...-dije seria.

-¿Yo? ¿Por qué?-preguntó sorprendido.

-A mí no me engañas y no se como me has convencido para moverme de ahí .

-Ainhoa estamos en fiestas, vamos a  disfrutarlas cuando llegue el lunes vuelves a tu rutina y vas ha hacer lo que quieras pero vamos a disfrutar de este fin de semana...-dijo animándome.

-Bueno si tu lo dices.. ¿ A donde vamos?- pregunté curiosa.

-A donde nos lleven los pies – dijo sonriendo.

Mientras íbamos Diego y yo hablando, paseando y haciéndonos miles de confesiones, alguien gritó mi nombre, esa voz se me hacía conocida. Me giré y era Max que venía solo, iba muy guapo me hubiera gustado que Ana lo hubiera visto pero no pudo venirse porque estaba en la playa.

-¡Max! ¿Qué tal?-dije abrazándolo.

-¡Ainhoa! Bien, bueno echando de menos a cierta personita que tú y yo sabemos...-dijo enamorado.

-¡Si!-dije contenta.

-Te estaba buscando …-dijo serio.

Cuando Max dijo eso me puse en lo peor, creí que me diría algo de Eric.

-¿Para qué?-dije preocupada.

-No es nada malo es para hacernos una foto y mandársela a loca de tu amiga...-dijo sacando el móvil.

-Sí, claro- dije riendo.

Diego hizo la foto y después se la mandamos a Ana y nos dijo que estábamos muy guapos y que le gustaría estar aquí.

-Me ha dicho Ana que estas mucho mejor, me alegro muchísimo...-dijo poniendome la mano en el hombro.

-¡Si! Me estoy tomando las cosas de otra manera...-dije agachando la cabeza.

-Eso esta bien-contestó.

Mientra Max decía eso, sentí una respiración detrás de mí, alguien que estaba agitado y me giré por simple curiosidad pero al girarme me choque con alguien, era más alto que yo y… no podía ser este olor, esta piel subí mi mirada y ahí estaba Eric.

-¿Te estas haciendo la encontradiza conmigo?

CONTINUARÁ....

¡HOLA CIELOS! AQUÍ ESTOY OTRA SEMANA ESPERO QUE LES GUSTE, FALTA POCO PARA QUE ACABE.

UN BESO.

La casualidad más bonita de mi vida. [EN REFORMAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora