Capítulo XVIII: 'Preguntas que no tienen respuesta...'

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Narra Ainhoa.

Comenzaba un nuevo día, mi vida había cambiado en 2 minutos, esos minutos que hacía tiempo que extrañaba pero extrañaba más sus labios, al levantarme pensé que fue un sueño pero no, había sido real, lo había besado, había vuelto a besar al que había sido el gran y fugaz amor de mi vida.

Mi cabeza deseaba que no hubiese sido real pero para qué mentiros yo adoraba que hubiera pasado y se que esto no cambia las cosas, porque Eric y yo por más que me duela no hemos nacido para estar juntos aunque el destino se empeñe en aparentarlo.

Todo esto daba vueltas en mi cabeza, y el destino nos intentaba decir algo pero nosotros no sabíamos describirlo, tuvimos algo, y ese algo no supimos cuidarlo, porque como las plantas, necesitaba de cariño y riego pero nos basto con tenernos el uno al otro y no ver la realidad. Quisimos vivir nuestro amor de película a pesar de todas las consecuencias a las que nos exponíamos.

Necesitaba sacar todo esto, y tuve una idea.

Cogí ese bolso marrón, mi preferido, y cogí un papel arrugado, aunque de apariencia no fuera el mejor para mí era lo más importante que habían escrito mis manos.

Prometí que lo quemaría pero no podía algo dentro de mí me decía que tenía que conservar ese papel, aunque desapareciera el mundo, necesitaba leer lo que había escrito cuando estuve rota y nadie supo como volver a juntar esos pedacitos. Os preguntaréis que contenía ese papel, era una carta que había escrito a la semana de que Eric y yo lo dejáramos, cuando las cosas en mi vida habían cambiado mucho, cuando no sabía lo que era vivir sin él, y cuando parecía que mis ojos nunca se iban a secar.

Decidí sacar todo lo que tenía dentro, ya que no podía gritarlo, decidí escribirlo aunque esa carta solo la leyera yo, aunque yo no fuera el remitente, ese remitente no estaba, a veces me daban ganas de coger el móvil y llamarlo y leérsela pero nunca era el día.

Cada vez que estaba mal y pensaba en él cogía esa carta y la leía como si no hubiera mañana, como si nunca hubiera habido un nosotros y aquí estaba un día más leyéndola, con la diferencia de que la noche anterior había vuelto a besar esos labios que besaría de sol a sol. Esos que algún día solo yo tuve el privilegio de poder besar, y aquí van las palabras más hermosas que han salido de mí.

 

“Querido gran y fugaz amor de mi vida, tontillo mío, bueno ya no tan mío, necesitaba escribir esto, estas palabras que son tuyas aunque no lo sepas ni nunca las leas. Cuanto cambian las cosas de un día para otro, parece ayer cuando nos prometíamos que siempre íbamos a estar juntos, pero esa palabra era demasiado para ti, para cumplirlo y más cumplirlo a mi lado. En mi vida ha habido pocos finales felices, pero contigo creí que habría y que sería el más importante.

Tengo tantas cosas que decirte y que nunca sabrás porque después de escribirla, la quemaré, como debería haber hecho con tus recuerdos y no lo hice y por eso siguen aquí .Has sido un cabrón, el cabrón que me rompió el corazón pero el que también me hizo la más feliz y el que lleno mi vida de color cuando más oscura estaba. Tendría que odiarte, odiar este amor, odiar estos recuerdos pero no puedo, ya que es lo más bonito que ha pasado en mi vida . Gracias a ti para mí las promesas ahora significan mentiras, gracias por hacerme creer que alguien podía quererme y hacerme sentir que valgo la pena. Y gracias por enseñarme a creer en mí, aunque ahora no creo en mí, no me valoro, no me cuido, soy una auténtica mierda. Yo tenía sueños contigo que ahora se han vuelto pesadillas.

Pero bueno ya saldré de esta, o eso creo. Aunque me muera de ganas de llamarte y decirte que te quiero y que comencemos de nuevo. Pero yo necesito empezar de nuevo, conocer a esta nueva Ainhoa, hacer borrón y cuenta nueva. Pasar página y comenzar un nuevo libro, pero en ese no estás tú, ni nuestra falsa historia, aunque me encantaría que estuvieras ahí . Y nada que te quiero, te quise y te querré a pesar de arrebatarme esa sonrisa que tanto te gustaba.”

Ainhoa.

Cada vez que la leía no podía reprimir que las lágrimas salieran de mis ojos y no es que estuviera triste, yo creo que aquella carta me hizo darme cuenta de que lo nuestro no había sido cualquier tontería y aunque no quisiera verlo yo también signifiqué algo para él por pequeño que fuera para mi era lo más grande.

No me gustaba esta soledad que mi corazón sentía y así fue como caí en un profundo sueño.

No recuerdo como me quedé dormida solo recuerdo lo que soñé y las noches que he pasado en vela tratando de encontrar el significado de ese sueño.

Aparecía yo andando por un parque, me sentaba en ese banco y de repente alguien posaba su mano en mi hombro.

-¿Cuánto hace que han dejado de brillar esos ojos?- susurró la anciana.

-Ni yo lo recuerdo, ¿quién es usted?- pregunté.

-Eso es lo que menos importa, lo que más importa es darle solución a ese amor que te tiene así-dijo sentándose a mi lado.

-¿Cómo sabe usted eso?- volví a preguntar.

-Ya te he dicho que no importa, solo importas tú y lo que de verdad sientes o quieres- dijo tomando mi mano en señal de apoyo.

-¿Qué se supone que debo hacer?-dije mirando al horizonte.

-Lo que sientas, aunque luego esto traiga consecuencias...-dijo mirandome.

-¿Y si me voy?

-Si te vas y al cabo de un tiempo vuelves y ese amor sigue brotando dentro de ti como ahora es que es un amor único, de los pocos que quedan y te tendrás que volver a arriesgar, aunque vuelvas a salir herida...-dijo en un tono sabio.

-¿Y que pasará si ese amor ya no brota?- pregunté confundida.

-Entonces tendrás la respuesta de por qué acabo así.

Y de repente esa anciana desapareció y me desperté. Y a día de hoy sigo sin saber  que significaba ese sueño, y sobre todo porque sabía esa mujer todo.Creo que un futuro habrá repuestas para todo...

CONTINUARÁ...

HOLA CASUALIDADES, ESPERO QUE LES GUSTE.

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La casualidad más bonita de mi vida. [EN REFORMAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora