15 años
Martina estaba sentado en el sofá y dos libros a su lado. En el otro sillón se encontraba Sebastián recitando los deberes que tenían para esta tarde. La mesa del centro estaba cubierta de comida chatarra de seguro a mí no me dejarían comer, o al menos no al frente de mi madre, que hace unos meses se le pego la idea de llevar una vida saludable y nutritiva
Martina sonrió y golpeó con su lápiz a Sebastián.
De acuerdo, lo estaba espiando. Pero no era mi culpa hace más de un año nos hayamos besado y ellla no haya hablado del tema. Volvimos a la relación de antes, eso de los Buenos días y aquí no ha sucedido nada. Ya ni siquiera sabía si tenía celos, había fingido estar interesada en otros chicos, pero Martina me ignoraba y seguía con su vida.
Incluso, tuvo novia, me costó mucho admitirlo, pero tuve que hacerlo. La verdad estaba frente a mis ojos y yo me vendaba para quedar ciega. Me gustaba Martina y no podía evitarlo.
Aún odiaba, al final de cuentas, era una intrusa en mi casa aunque la conozca desde los ocho años, pero por otro lado era inevitable sentir ese hormigueo en la piel cada vez que sonreía o sus ojos se iluminaban y demostraba lo feliz que era.
No era bueno para mi salud mental, me desvelaba pensando en porque ella no me hablaba, tampoco lo era para mi sistema nervioso y respiratorio, mi corazón se aceleraba de una manera increíble cuando ella me hablaba y me faltaba el aire cuando ella me decía Buenos días.
Estúpido amor qué hacía que controlar a las personas ¿Hacer que me enamorara de Martina?
estúpido, estúpido, estúpido
Martina volvió a sonreír y deje de pensar por unos minutos.
-¿Espiando a tu amor?- salte del susto al oír la voz de Galo en mi oído
Cómo estaba en las escaleras, rodea hasta llegar al abajo y chocar con un ruido en seco con el piso
-¿Qué fue eso?- escuché que preguntó a Martina
No alcancé levantarme antes que Martina y Sebastián llegarán hasta donde yo había caído. Tirada en el suelo, el cabello tapándome el rostro y Galo diez escalones más arriba riéndose, no era buen momento para que Martina me viera, sin mencionar que ella ya sabía cómo me veía cada mañana, esto era peor.
Sebastián me ayudó para levantarme, mientras Martina se queda viéndonos sin mover ni un dedo, a veces su actitud me molestaba
No tenía ninguna enfermedad contagiosa y tampoco la iba a morder sí me ayudaba
- Gracias, Sebastián- le dije en cuanto me quite el cabello de mi cara
-De nada. Aunque me gustaría saber cómo te caíste
-Porque es torpe, se tropieza con sus propios pies- dijo Martina
Eso dolió
Fue un comentario frío y tosco. Ninguna mirada, ninguna emoción.
Agarró a Sebastián del brazo y se lo llevó para seguir haciendo los deberes en la sala
-Amargada- le dije en voz alta para que escuchara
-Reprobada- golpe bajo por parte de Benza
-Rubia tonta- contraataque
Aparte de los saludos matutinos, tenemos una pequeña rutina que se daba en casos especiales como estos: pelearnos como niñas de seis años por una tontería
-Castaña idiota- me contestó ella. Era momento de sacar la artillería pesada
Le hice una señal a Galo para que bajara y me acompañara con los chicos. Galo estaba encantado, le encantaba molestar a Martina a costa mía.
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marry me - martuli
Любовные романыMM| -Y por todo ese cariño que te tenemos, Martina- Dijo mi padre, radiante con su traje negro que fue especialmente hecho para la ocasión -queremos que formes parte oficialmente de esta familia. Así que este es nuestro regalo de cumpleaños, la man...