Capitulo Nueve

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Marry me

-Enamorarte será más fácil de lo que pensé- me dijo Martina mientras nos sentábamos en una banca vacía

Hize esfuerzos sobrehumanos para no retractarme sobre la decisión que había tomado

Martina había velado por mi desde los ocho años, diez años cuidándome sin darme cuenta. Podía dejar que me conquistara hasta la boda, además ya tenía cierta parte ganada, un 30%

-Nunca te subestimes- le respondí

Hacia un frio horroroso que hacia que este pegada a ella

-No es eso, es que el simple gesto de quedarte a mi lado me hace feliz y comienzo a creer que de verdad me quieres

-Yo si te quiero... el problema esque no te amo- a pesar de mis palabras no dejo de sonreír. Entrelazo nuestras manos y comenzó a acariciar mis dedos, se sentía culpable

-Lo sé- se limito a decir, no solté su mano, ahora que estábamos solas había menos presión, además, siempre contaba con Martina como guantes sustitutos

-Me aburro...- murmuré

-¿Quieres algodón de azúcar?- preguntó. Yo asentí y nos levantamos para ir a la fila. En todos los lugares del parque tenían fila, nada se salvaba. Nos colocamos detrás de un chico pelinegro y esperamos

-¿Qué harás si no logro enamorarte?- pregunto Martina de pronto. La mire de reojo y algo decía que tenía miedo en mi respuesta, podía ver el dolor anticipado y era horrible. No, jamás podría hacerle daño a mi rubia

-Presiento que lo lograras- le dije sonriendo para animarla, podía odiarla pero era incapaz de negar esa parte de mi ser que la anhelaba

Apretó más de mano y tiro de mi hasta hacerme chocar con su pecho. Besó mi cabello y me abrazo. ¿Acaso quería matarme o ya había empezado con el plan: "Enamorar a Lourdes"?

-Te amo, no lo olvides- y ahí íbamos de nuevo

-¡La pareja feliz, ya es su turno!- me zafé de Martina cuando el chico pelinegro nos gritó

Mientras comprábamos el chico no dejo de mirarnos

-¿Se te perdió algo?- me sorprendió escuchar el tono acido en la voz de Martina, sonaba casi enojada

-¿Ella es tu novia?- le pregunto el chico sin inmutarse por la pregunta de Martina

-¿No te lo parece?- le dijo Martina en el mismo tono, me estaba asustando

-No, porque ella dijo que no te amaba, incluso parece incomoda a tu lado

-No es tu asunto

-Sí lo es, porque ustedes no son novios, eso significa que ella esta soltera... Y resulta que yo también lo estoy

'Después todo paso como un relámpago, el chico comenzó a reír mientras comía algodón de azúcar. Martina se fue contra el pero el la esquivo, el chico en lo que huía de Martina tropezó conmigo y caí al suelo. Me pegué en la cabeza y lo único que pude ver durante cinco minutos eran puntos negros en el cielo gris

-¡Lourdes!- gritó Martina, me ayudo a levantarme y afirmo mi cara con sus manos- ¿Estas bien? ¿Te duele algo? Espera a que atrape a ese idiota...

-Estoy bien, estoy bien- lo repetí unas cuantas veces para convencerme de que en realidad lo estaba

Martina trató de perseguir al chico pero la detuve antes que cometiera una locura. Le dije que estaba mareada y volvimos a la banca

-Solo bromeaba, no seas dramática- le dije mientras nos sentábamos. Saqué un pedazo de algodón y me lo comí. Martina se refregó la cara con las manos y así se quedó por un tiempo

marry me - martuli Donde viven las historias. Descúbrelo ahora