Capítulo Tres

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10 años

Ariana y Tini no dejaban de molestarme. De un día para otro se les había metido la idea del beso. Era repugnante, yo solo creía que era un método para traspasarse baba

Ariana nos confeso que un chico de la escuela le había pedido un beso y se lo había dado. A la semana llego Tini diciendo que consiguió que un niño le besara, dice que ahora es mi turno

Mis labios estaban sellados, no besaría a nadie. No estaba dispuesta a correr ese riesgo, podría contraer una enfermedad, besarse era muy peligroso

-Vamos, no tiene nada de malo, es la mejor sensación del mundo, son como miles de mariposas en tu estomago...- Argumento Ariana mientras comíamos helado en la terraza de mi habitación

-Y además te tiemblan las rodillas...Es tan romántico- siguió Tini y ambas suspiraron a la vez. Yo resople y me lleve una cucharada de helado a la boca

-No, gracias, paso, y aunque quisiera, jamás lograría que alguien me besara, soy Lourdes la descerebrada, Lourdes la torpe, Lourdes la inútil...- Seguía nombrando apodos que mis compañeros me ponían, pero no me quería amargar la tarde recordando lo cruel que podían ser. Franco que me decía que no les prestara atención, que nuestro padre era el jefe de ellos y que si me apetecía podía hacer lo que quiera con ellos. Franco se estaba volviendo malvado con el pasar de los años

-Bueno, entonces una chica que no vaya a nuestra escuela- Dijo Ariana y vi cómo se encendió su mirada. Note que Tini estaba con el mismo rostro cómplice, se miraron y sonrieron

¿Y alguien que este cerca, que te conozca y se muera por ti, se te ocurre alguien Tini?- Pregunto Ariana, me estaban asustando, sonreían de una manera amenazadora

-¡Sea quien sea, no lo hare!, quiero vivir mi infancia sin enredos amorosos

-¡Lu, es normal!- Exclamo Ariana

Que testarudas eran mis amigas

¡No lo hare- les grite a mis amigas-No besare a nadie!


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A la mañana siguiente

Me encontré con Martina en el desayuno. Desde que se cambio de escuela, me a esquivado más, intente hablarle y decirle que haría sufrir a Mads, pero el parecía estar en otro mundo, así que desistí y en semanas las cosas quedaron como antes

Salude a Ellen, que me preparaba un tazón con cereales y pan tostado, mientras le dedicaba una mirada fría a Martina como un Buenos Días. Sin embargo, a diferencia de otros días, el no se levanto de su silla y dejo su comida a medio terminar, si no que se quedo con la mirada perdida en su cuchara

-Lu, quiero hablar contigo- me dijo de repente, Ellen nos miró y sonrió

-Le llevare el desayuno a tu madre, Lourdes- Ellen salió de la cocina con una bandeja, dejándonos completamente solos

-¿Qué quieres?

Ella se acomodo en su silla y presencie algo que nunca pensé que pasaría, ella se sentía... ¿Insegura?

Abrí la boca como tonta, Martina, la niña mas lista de todos los tiempos estaba nerviosa, no pude evitar reírme

¿De que te ríes?- Me pregunto mirándome incrédula

-De nada- Le respondí, pero no pareció estar muy convencida. Jugó unos minutos mas con su cuchara y luego se puso de pie con la cabeza gacha. Incline mi cabeza para verla a los ojos, sus mejillas estaban encendidas

marry me - martuli Donde viven las historias. Descúbrelo ahora