marry me - martuli

Capitulo Diecinueve

Marry me

Dejé que Lourdes y Angie siguieran de amigas en la piscina, en cuanto a mí, fui al bar y pedí el trago más fuerte que tuvieran. Escoció mi garganta como si me estuvieran fusilando en ese momento, pero no era nada comparado con la vergüenza que sentía

Se supone que era mi luna de miel con Lu, no entendía por que Angie tuvo que venir a arruinarlo todo, entiendo que para Lourdes sea como una hermana, pero no es justo. Era mi amiga, graciosa y una chica estupenda, pero no era el momento mas adecuado para "venir a animar mis noches", de eso yo me podía encargar sin ayuda de nadie

De pronto, mientras bebía, sentí una mano delicada en mi hombro. Supe que no era de Lu, ella solo iba y me gritaba, o me golpeaba en el hombro por cualquier cosa infantil, que por más años que pasáramos juntas, nunca dejaría de ser como si fuéramos las mismas niñas de ocho años

Gire mi cabeza lentamente y me encontré con una chica pelirroja, mas o menos de la misma estatura de Lourdes, pero con unos ojos azules muy profundos y bonitos. Sin embargo, era muy femenina y seductora, no tenia la misma gracia y simpatía que desbordaba mi esposa

-¿Qué hace una chica como tú bebiendo a estas horas?, ¿Quieres que te acompañe?- debía tener mas de veinte años, se notaba en la mirada y en la voz. Además, parecía dispuesta a todo para que le invitara una copa

No me apetecía hablar con ella, pero tampoco quería estar bebiendo sola como una condenada horas después de haberme bajado de un avión, así que no reclame cuando ella se sentó a lado mío

-¿Cómo te llamas?- me pregunto. Me miraba de arriba abajo, analizando la ropa cara que la madre de Lourdes me regalo para el viaje. Seguro pensaba que era su día de suerte

-Maxine - mentí- Maxime González

Como todos sabemos, González es el primer apellido de Lu, no creía que se enojara si pedía su apellido prestado por unos minutos para burlarme de alguien. Estaba segura que si fuera por Lourdes, me hubiese regalado encantada toda su identidad, le fascinaban este tipo de bromas

-Yo soy Lordes Smith- Traté de disimular mi asombro lo mejor que pude, a veces para esas cosas era demasiada buena, para ocultar mis sentimientos

Me dijo su nombre sin que se lo haya preguntado, y de saber que se llamaba Lordes, tampoco lo hubiera hecho

¿Acaso era posible que tuviera tantas similitudes con Lourdes?

-¿No eres de aquí, Maxine?

-No, soy de España- mentí de nuevo. Cada vez se acercaba más a mí y recargaba todo su pecho en el mesón del bar, su escote resistía todo lo que podía por no reventar frente a mí

-Yo soy de Argentina, Buenos Aires- comencé a odiarla tan rápido como hablaba. Me contaba cosas que no preguntaba y eso era desagradable. Entonces, cerca del bar, divise la melena castaña de Lourdes. Ya no estaba con Angie y parecía algo perdida, seguramente sin saber a donde ir

Desee que dejara de parecer niña perdida para que me viniera a rescatar de esta bruja que tenía a lado, que se las arreglaba para seguir hablando de si misma sabiendo que no la estaba escuchando. Pero Lourdes no era así, ella era una chica todavía

Y no sabia si amar u odiar esa parte de ella

Finalmente me vio, y agradecí la distancia que nos separaba, porque parecía que una aura oscura la rodeo de repente y todo su rostro estaba pálido. Ni siquiera espero o esquivo las personas que iban pasando, camino a paso seguro y rápido hacia mí. Le sonreí como nunca cuando estuvo lo suficientemente cerca para que pudiera distinguir las expresiones de mi rostro, le dedique una sonrisa inocente y a la vez burlona. No planee causarle celos, pero era una pequeña venganza por lo de Angie