Capitulo Diesciseis

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Marry me

-¡Martina, sal de aquí, recuerda que no se pueden ver hasta la boda!- gritaba Katia a todo lo que daban sus pulmones. Estaba estrangulando a Martina con la puerta para que saliera de mi habitación

Era algo exagerada, aun llevaba puesto el pijama y ni siquiera me había lavado el rostro todavía, así que no había nada especial como para que Katia se volviera loca

-Solo quería darle un beso de buenos días, Kat- protesto ella, asomando su cabeza por el umbral

Mis amigas se reían de la pelea entre la hermana de Angie y Martina, pero yo me apiade de ella y fui hasta la puerta para que dejara tranquila a la pobre Katia que hoy estaba con los nervios de punta

-¿Con un beso nos dejas tranquilas?- le pregunte a Martina

Ella sonrió de medio lado y asintió, hice a un lado a Kat y besé a Martina en la mejilla

-Espera, eso no vale- comenzó a reclamar

-Nunca especificaste donde tenia que ser el beso, ahora vete o dejare que Katia arranqué una por una tus amadas mechas

Le cerré la puerta en la cara y suspire agotada. Aguantar la risa como este día será un trabajo difícil

Kat se puso a trabajar de inmediato, ordeno las cosas que utilizaría y mando a mis amigas a llamar a la "estilista" que me prepararía. Era algo incomodo ser analizada desde todos los ángulos por Katia para que viniera a hacerlo otra persona

En diez minutos, Tini volvio con una mujer alta y delgada, vestida en un traje de estampado de leopardo. Me asusto mucho qué ella fuera mi estilista. Me asusto mucho

Pero resulto que para vestir a otras personas no era tan mala. No cambio nada del vestido que elegimos y dijo que lo mejor sería maquillarme con una capa suave para no parecer payaso. Estuve de acuerdo con ella y le caí bien

Me dijo que lo primero que teníamos que hacer era relajarme, ya que sabia que este era un día especial para mí, pero también seria estresante. Le dije que no estaba nerviosa, aunque solo lo dije para mentirme y mantener la cabeza sujeta al cuello durante un día. Mas la estilista era astuta y me obligo a tomar un baño de esencias florales

Mientras me bañaba, me puse a pensar en la luna de miel. Sería un tema para cuando Martina y yo dijéramos el "sí". Nos iríamos de viaje para las vacaciones de verano, quedaban tres semanas para salir de vacaciones, así que la espera tampoco sería muy extensa. De todas formas, sabia que tanto Martina como yo estábamos muy nerviosas respecto al viaje y lo que sucedería ahí, sería la máxima prueba de que si este matrimonio serviría o no

La boda seria a la puesta del sol, a pedido de Martina que dijo que sería elemental hacerla a esa hora. Como a mí no me había importado, le deja hacer lo que quisiera, pero ahora me arrepentía. Estar toda la mañana siendo arreglada para unas cuantas horas era devastador, y el que Ariana y Tini se burlaran de mí y los tubos que tenia en la cabeza para el peinado no era gratificante

A la una bajamos a comer y nos encontramos con Martina y Chivín que iban de un lado para otro hablando por celular. Chivín se encargaría de que todo saliera de acuerdo al plan de Martina y Katia a que nada se arruinara, mi madre debía estar arreglándose en su habitación y mi padre buscando el pastel. Todos tenían una tarea para la bosa, excepto yo

Cuando le comenté eso a Ari en el almuerzo, Martina alcanzo a escuchar y rechisto

-Por supuesto que no puedes hacer nada, tu tarea es verte hermosa para mi y ser feliz el resto de tu vida, no quiero abrumarte con os preparativos- me dijo dándome un beso en la frente y volviendo a la carrera interminable de los preparativos

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