Ocultos

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Capítulo 20

Cassian me dirige hacia una habitación vacía dejando a su amigo en la sala.

— Te voy a poner eso bien o nos van a descubrir — comienza a colocarme bien la tela de la cabeza

— ¿Cómo sabía qué iba a matarla?

— Antes de venir le mencione que no eras muy paciente y me dijo que las mujeres de aquí no ayudaban a eso así que era una gran posibilidad, pero al menos no fue alguien importante.

— Debemos irnos de este lugar lo antes posible.

— Tendrás que ser amable, tenemos una cena en donde conseguiremos respuestas por cierto vas a ser muda para que no escuchen tu voz.

— Igual no suelo ser alguien de muchas palabras.

Abre la puerta y nos dirigimos al centro el cual está decorado por banderines rojos, velas blancas, flores de todos los colores y una gran fuente con pétalos amarillos flotando en ella.

— ¡Cassian! — observó al sujeto que grita el nombre de mi compañero viste con el mismo traje solamente que en color blanco

— Blake, es un gusto verte te presento a mi socio Fred — hago una seña en forma de saludo al escuchar las palabras de Cassian

— Supe lo de tu padre no creí que vendrías a la cena.

— Nunca me negaría a una invitación de este tipo.

Cassian sigue charlando mientras yo camino por los pasillos hay un grupo de mujeres hablando y tomando té debajo de unas personas adornadas con flores, unas cuantas mujeres caminando en los jardines y otras simplemente leyendo con tranquilidad.

— Me había asustado cuando no te encontré — Cassian me toma del brazo

— ¿Ya nos podemos ir?

— No, pero es la hora de tomar té y todos nos quitamos esta cosa de la cabeza así que es mejor que vayas a la casa de Lee.

Camino por los pasillos en donde hay una pequeña puerta al fondo de todo, nada crecía ahí lo cual era extraño porque había vegetación en todas partes y nadie se acercaba al lugar.

El olor a sangre era evidente al igual que unos cuantos mechones de una cabellera rubia que se asoman del marco de la puerta.

Estas personas no me daban buena espina y tenía toda la razón, decido seguir mi camino hasta la casa, por fortuna sabía aún como era la casa y donde quedaba, no hay nadie en el lugar por la que me encierro en una habitación en donde estaban nuestras cosas.

Lanzo todo al suelo y me quito la venda sintiéndome libre, dejo caer mi traje y puedo notar el gran espejo que refleja todo mi cuerpo el cual se encuentra cubierto solo con la ropa interior.

— Cabello negro, ojos marrones, veintidós años — murmuro mientras paso mis manos por mi cabello — Ni una cicatriz en el rostro, cien en la espalda, cicatrices de cortaduras y una quemadura de tener grado en mi pierna derecha, brazos llenos de marcas por quemaduras y cortes.

Paso mis manos sobre mi abdomen tocando cada una de las marcas las cuales duelen, aunque fueran de años.

Caigo de rodillas sin quitar las manos de mi abdomen, las lágrimas comienzan a salir de mi rostro al igual que los sollozos, debilidad, la debilidad me está destrozando

— ¿Qué sucedió? — Cassian corre hacia mí con evidente preocupación

Pide permiso e inspecciona mi cuerpo buscando algún golpe o corte, pero se desespera al no encontrar nada.

En la penumbra +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora