Parte 19

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— ¡ AAAAAAAH ! — de la nariz le comenzó a salir sangre, su padre había acabado de llegar y solo dijo que extrañaba una cosa, la cual era golpear a su hijo

La espalda de Nicolás recibía todas las patadas que su padre le daba, lo único que podía hacer el pelinegro era gritar de dolor.

— espero que te hayas portado bien durante mi ausencia — dice con una sonrisa tomándolo del cabello — ¿ comiste algo ? — se burla — jajaja claro que no, pero no te preocupes, te traje un regalo — lo suelta bruscamente y se va del cuarto por unos minutos para luego volver con una bolsa en sus manos.

Nicolás solo lo observa mientras retrocede. Su padre saca de la bolsa un plato de comida para perros de color azul claro con unas huellitas en el centro de color rojo.

— Apartir de ahora comerás ahí, en ese platito para perros pulgosos como tú — camina hacia Nicolás para tomarlo del cuello de la camisa y obligarlo levantarse — te traje algunos huesos también, ya que pasaste hambre en la noche de seguro estás loco por comer cosas de la puta basura

Su padre lo tira frente al plato mientras gira la bolsa y deja caer unos tres huesos para luego poner el pie en la espalda de su hijo y obligarlo a qué cogiera uno. Sus risas descontroladas no tardaron en aparecer cuando Nicolás comenzó a morder el hueso.

El solo pensaba que no podía con tanta humillación, ya no quería esto, ya no quería vivir así.

(…)

Horas después su padre se encerró en su cuarto para dormir, Nicolás cerró la puerta con seguro de su habitación y salió por la ventana, tenía que ir a visitar a su pequeña, con ella se olvidaba de quién era.

— Pasa Nicolás — lo recibe esta vez la abuela con una sonrisa amigable como siempre — ¿ cómo estás ?

— Emm bien, gracias

— Lucia está en su habitación, ha estado muy deprimida por lo de su cabello

— Me lo imagino, pero veré que puedo hacer para que deje de estar así

— te lo agradecería, no me gusta verla tan triste

Nicolás solo asiente y se dirige a la puerta de la habitación de su ángel, como siempre, después de dar dos toques Lucia le permite entrar. Sus ojos buscan con desesperación a su pequeña y la ve acostada en su cama tapada por completo, Nicolás se acerca y se sienta en el borde de la cama para quitarle la manta lentamente y ver su cara triste y roja.

— ¿ porque estás así de triste ?

— es que...no se deja de caer, mi cabello Nicolás — dice con la voz quebrada mientras se sienta en la cama

— Lucia, es algo que no vamos a poder evitar — la toma de la barbilla para observar su hermoso rostro

— Nicolás, te puedo pedir un favor...— dice pasándose los dedos por los ojos para secar las lágrimas que salían

— Si claro, lo que sea por ti

— Me...— respira hondo — ¿ me puedes cortar el cabello ? — sus ojos están cristalizados debido a lo triste que estaba, sentía el incómodo nudo en la garganta que casi no la dejaba hablar — ya no quiero seguir sufriendo por cada mechon que se cae todos los días, no quiero ver cómo poco a poco mi cabello se va, así que te pido...que me lo cortés para no pasar por eso, por favor...

(…)

Lucia se mantenía sentada en una silla frente a un espejo, intentaba contraer las lágrimas, Nicolás ya tenía en mano las tijeras pero le era difícil cortar su cabello el cual le encantaba, pero lo peor era hacerlo mientras escuchaba como suspiraba por su húmeda nariz mientras dejaba correr las lágrimas como cascada de sus hermosos ojos, quería que estuviera tranquila, sin preocupaciones, que se diera cuenta que ella será hermosa de cualquier forma, quería demostrarle lo mucho que la amaba sin importar los obstáculos.

FELICIDAD PROHIBIDA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora