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Matteo.

-Si, hoy estaré temprano, te lo juro- Estaba en una llamada, con mi padre, ya que el dia de hoy me iba a presentar a su nueva pareja, con la que a estado saliendo durante unos años.

-¿Luna si vendrá el dia de hoy?- Me pregunto del otro lado del teléfono.

-No lo sé, aun no llego con ella, pero yo creo que si irá- Me despedí y corte la llamada.

Llegué a casa de Luna, me recibió casi de inmediato con un beso.

-Hola mi amor- Le saludé y entre en su casa. -¿Esta tu madre?- Ella nego con la cabeza y me invitó a sentarme en su sala.

-Estamos completamente solos, podemos hacer lo que queramos- Me acorralo sobre su sofa y me recostó en este.

-Veo que quieres jugar- La comencé a besar mientras que sus manos volvían a recorrer con dulzura mi cuerpo.

Luna y yo tenemos casi cuatro años de ser novios, nos conocimos miestras patinabamos por la calle y desde que cruzamos miradas tuvimos una gran conexión entre nosotros, somos prácticamente el uno para el otro.

Terminamos de tener relaciones sobre su sofá, el sol se estaba escondido, claramente haciéndose tarde para la cena de mi padre.

-¿Quieres acompañarme a casa?, Mi padre llevara a su novia y me permitió llevarte con nosotros, prácticamente ya eres parte de la familia- Bese sus labios y espere su respuesta.

-Lo siento cariño, pero mis padres no están y no quedé en buenos términos con ellos está mañana y por suerte me dejaron que tú vinieras el día de hoy- Ella acariciaba mi pecho mientras hablaba, era preciosa.

-Lamento que eso tenga que ser así, pero ya debo irme, es tarde y mi padre me matara, por que le prometí que no volvería a llegar tarde- Comencé a ponerme nuevamente mi ropa, mientras que ella seguía recostada, terminé de vestirme y me despedí de ella.

° ° °

Llegué a casa, fuera había un auto parqueado, no lo reconocía, pero suponía que había llegado tarde como siempre. Me rei internamente y me apresure a la puerta.

Entre en casa, mi padre, esteba en la sala, a su lada estaba una mujer de aparentemente su edad, estaban hablando de manera fluida, entre ellos, mientras sujetaban sus manos, se les veia enamorados.

-Buenas noches, lamentó la tardanza, hubieron ciertas circunstancias, que me hicieron llegar tarde- Mi padre me retaba con la mirada, mientras que la mujer se reía.

-Veo que tenías razón, si que es muy impuntualidad, creo que se de donde lo heredó- Miro juguetona a mi padre y se acercó a saludarme- Hola, mucho gusto, soy Marina Lobos, pero con decirme Marina esta bien- Estreché su mano y le dije mi nombre, casi de inmediato.

-Bueno, pues ya estoy aquí, ¿Es hora de la cena no?- Los tres pasamos al comedor y comencé a servir la cena. -Podemos comenzar- Iba a dar el primer bocado, pero mi padre me detuvo.

-Aún no estamos todos, podemos, hablar por lo mientras- Ella comenzó a preguntarme por mis estudios, le conté que estoy a dos años de poder entrar a la universidad y me contó que su hijo, estaba prácticamente por empezarla.

-¿Su hijo?- Le pregunté confundido. -¿Nos acompañará esta noche?- No pensé que tuviera hijos, aunque claro, mi padre tiene uno, ¿Por qué ella no tendría?.

-Buenas noches- Una voz masculina se hizo presente, por el arco que dividía el comedor de la cocina, un chico se hizo presente, vestido casi completamente de negro, incluso el gorro sobre su cabeza llevaba ese color, él, era claramente mas grande que yo y no solo por edad, también en estatura, es bastante alto. -Permiso- Se sentó frente a mi en la mesa, miraba hacía el plató con pasta sobre la mesa.

Me Niego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora