Six

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Matteo.

Simón venía conmigo, estaba a mi derecha, mientras caminábamos juntos, tenía ganas de tomar su mano, pero no lo creí correcto, ya que a pesar de todo lo que pasó el día anterior, sigo estando con Luna, ella no se merece algo de ese estilo.

-¿Podemos hablar de lo que pasó?- El sol estaba comenzando a calentar el clima, dejando en claro que era verano. -No quiero presionarte, solo quiero conocerte, dijiste que querías conocer cada parte de mi, y yo también quiero hacerlo, pero no solo físicamente, quiero saber todo lo que pasa por tu cabeza-  Tomamos asiento en la primera banca que encontramos. El solo miraba el suelo, tenía miedo, no sabía lo que estaba pasando, así que tampoco sabía como controlarlo.

-¿Mi madre dónde estaba?- Preguntó, no sabía si estaba cambiando el tema o si en realidad venía al tema.

-¿Cuándo?- Le pregunté.

-Está mañana, cuando estaban buscándome, ¿Dónde estaba?- Sus ojos me estaban mirando, pero ya no eran cálidos, ahora se sentían frios, casi vacíos.

-Abajo, no pude verla, pero escuché como sollozaba, ¿Que tiene ella?, ¿Qué es lo que está pasando?- Sus ojos volvieron a cristalizarse, de la nada, solo se detuvo, tomo aire y comenzó a hablar.

-Hace dos años, algo pasó, mi padre murió y fue muy difícil- Tomo aire, notaba como sujetaba con fuerza su muñeca. -Yo iba a hacerlo, me sentía debastado, solo, perdido- Comenzó a llorar. -No fue una sola vez, fueron muchos intentos, pero todos fallaron- Dejó de hablar y miro su antebrazo, no se veía nada por su manga, pero suponia lo que pasaba por su cabeza. -Me dijeron muchas cosas, cobarde, es la que más me duele, porque fue muy valiente de mi parte intentarlo, pero soy el único que lo ve de esa manera- Volvió a mirarme, sus ojos estaban húmedos, con lágrimas que dejaban su rastro por sus mejillas. -Una tarde, mientras anochecía, escape de casa, fuí a la autopista en su auto, lo dejé en medió de todo y baje de él, sobrepasé el barandal del puente mas cercano que encontré, iba a saltar, la gente ya estaba a mi alrededor, el cielo ya era negro, mi cabello volaba gracias al aire, mis brazos estaba aún sujetos, pero sentía como resbalaban. Estaba apunto de saltar, pero ella no me dejó, no sé en que momento habia llegado, pero desde el otro lado del barandal, me abrazo e impedio que saltará- Se limpio las lágrimas y volvió a tomar su postura amenazante o segura. -Lo qué ella no sabe, es que una gran parte de ese saltó, era su culpa, su falta de amor y todo lo que me dijo, todos los insultos, aún corren por mi cabeza, pero ella cree que todo está bien, y que ya todo pasó- Volvió a mirarme y volví a sentir el calor que su presencia me transmitía- Y supongo que es así, ya le da igual con quién tenga sexo, solo quiere que siga vivo- Me sonrió y pensé que ya se le había pasado, y pude confirmarlo cuando volteo y solo suspiró de manera tranquila.

-No pensé que algo como eso haya pasado, ¿Entonces ella acepta que eres gay?- Se burló alegremente de mi pregunta, no entendía el por qué, pero era mejor que verlo llorar.

-Yo no soy gay- Lo miré confundido.

-¿Entonces?, ¿Hetero-curioso?- Volví a preguntarle.

-No me gusta ponerme etiquetas, pero si e de ponerme uno, son Pansexual y no, no me exitan los panes, me enamoro de lo que la persona es o representa, no de lo que hay entre sus piernas- Lo miré confundido, no pensé que eso existiera. -¿Tú que eres?, ¿Hetero?- Me miro atrevido, supuse que se burlaría si le decía que si, ya que no era muy hetero de mi parte, terner casi sexo con el, dos veces.

-No lo sé, siempre pensé que solo me gustaban las chicas, hasta que llegaste tú y no lo mal interpretes, es solo que-

-Yo se que te vuelvo loco, es parte de mi escencia, pero creo que hay algo que deberías decirle a tu chica- No me dejó terminar de hablar y no sabía a lo que se refería, hasta que vi a dónde su mirada apuntaba, ella estaba aquí, verla en este lugar, tan cerca, hicieron que me dieran ganas de vomitar, no tenía el valor de ir y hablar con ella.

-¿Cómo sabes que es ella?- Intenté olvidar las náuseas y lo miré.

-La busqué en Instagram, quería ver si estaba buena- Me miró pícaro.

-Eres un idiota, eso es lo que eres- Me levanté y comencé a caminar en dirección contraría de dónde ella venía. -¿Te vas a quedar ahí o me acompañarás de nuevo a casa?- No dijo nada, solo se levantó y me volteó a mirar.

-Deberias de hablar con ella, no pienso ser tu amante, no ahora que se, que si vuelvo a estar a solas contigo no me detendré hasta que pruebe todo de ti- Lo último logró decírmelo en un susurró, engrosando su voz. -Tal vez asi pueda ayudarte a saber quién eres, mientras me comes la verga- Se burló de ver como me comenzaba a sonrojar.

-Me gusta más cuando estas deprimido a cuando estas caliente en medio de un lugar público y no te imagines mucho esa escena, que quien comerá verga no soy yo y creo que a tu cereal no le hara falta leche- No dijo nada más, solo volvió a reirse de manera exagerada, odiando por completo la referencia que había usado.

Llegamos a casa, nuestros padres aún no llegaban, pero las horas pasaban rápido.

-Hola amor, ¿Cómo estás?- Ella me había llamado, después de haber llegado a casa y que Simón me intentará desnudar en el sillón del salón.

-Bien, pasando el rato con el hijo de la pareja de mi padre, ¿Tú que tal?- La escuchaba, decaída del otro lado del teléfono.

-Matteo, ¿Está todo bien, entre nosotros?- No dije nada, no sabía que responder. -Una amiga me dijo que te vió hoy con un chico en el parque, y que estaban mas cerca de lo normal, sabes que no me gusta crearme historias en la cabeza y es por eso que decidí llamarte. Ya no respondes mis mensajes con tanta rapidez como antes, han pasado casi dos meses y no te he visto, ¿Está todo bien entre nosotros?- Tomé valor, sin embargó aún no sabía que responder. -¡Respndeme CARAJO!- Me sobresalté.

-Luna yo...- Logré decir.

-¿¡TU QUÉ!?, ¡HABLÁ!- No me gusta cuando gritaba, pero en esta caso, estaba completamente libre de exigir explicaciones.

-¡MIERDA LUNA, NO ME GRITES!- Ella guardo silencio, esto ya no era cómodo. -Luna yo no quiero estar contigo, ya no siento lo mismo que antes y es por eso que te estoy evitando, pero no quiero lastimarte y estaba pensando en la mejor manera de poder decírtelo, no quería que ésto fuera así, menos a través de una PUTA llamada, lo siento mucho, no quería que pasará de esta manera, perdón por hacerte perder tu tiempo. Perdón- Terminé la llamada.

-Vaya, no pensé que ella tuviera mas carácter que tú, bueno un poco si- Simón entró en mi habitación.

-No es momento Simón, ¿Podrías dejarme solo?, Por favor- Apagué el teléfono por completo y solo lo deje sobre mi mesa de noche.

-No-

Me Niego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora