Matteo.
-¿Aún estás despierto?- Una tenue luz provenía del otro lado de su puerta, nesecitaba hablar de lo que había pasado, no por que no me haya agradado, solo pensé que no era correcto.
-Si, puedes pasar, si eso es lo que quieres- Abrí la puerta lentamente, esperando no hacer ruido, y que nuestros padres no se dieran cuenta de esta auto invitación a la habitación de mi nuevo hermano.
-¿Podemos hablar de lo que paso esta tarde en la cocina?- Fui directo, el corazón me iba a mil, más al ver que su torso estaba completamente descubierto y que la pierna fuera de su cobertor, dejará una incógnita, que estaba en bóxers o en un pequeño shorts.
-¿Está todo bien?- Se sentó en su cama, dejándome un lugar en está.
-No, no es correcto, no me mal entiendas, tus labios saben agridulce, cosa que me encantó, estoy cansado de tanto sabor a vainilla, pero si ellos se enteran de que paso algo así, podrían separarse, no quiero arruinar la felicidad de mi padre, ni la de tu madre- Me miraba confundido, no sabía que mas decir, comenzaba a ponerme incómodo. -Creo que lo mejor será dejarte descansar, fueron muchas cosas el día de hoy, muchas emociones- Me levanté de su cama y me acerqué a la puerta. -Buenas noches- Tomé la perilla de la puerta y aunque estaba por salir, su voz ronca me detuvo.
-Espera- Se levantó de su cama y no solo resolvió mi duda, sobre la prenda de ropa, si no que también, hizo que me dieran ganas de volver a besarlo. -Me niego a lo que me dices- Se acercó casi demaciado a mi, mi espalda estaba contra la puerta su mano derecha estaba a lado de mi rostro, mientras que su rostro, se estaba comenzando a acercar al mío. -Me niego a no volver a probar el sabor a café que inunda tus labios, se que sentiste lo mismo que yo, tu lengua recorrió casi cada rincón de mi cuello, mientras que tú mano me guiaba a quitarte la ropa- Su nariz ya estaba chocando con la mia, el olor a pasta dental invadía mis fosas nasales. -¿O me diras que no quieres que te bese en este preciso momento?- No respondí, no pensé que todo en lo que me dijera tuviera razón.
-No puedo hacer esto, Simón, tengo novia, no le puedo hacer esto a Luna- Giré mi rostro e hice que retrocediera- Pero no te negare, que tienes razón, quiero seguir con lo que inició esta tarde en la cocina, pero no puedo, no soy ese tipo de persona, lo siento- Iba a salir de la habitación, pero el me tomo del brazo, me hizo girar casi por la fuerza y me besó, sujetando mi mentón. Iba a negarme, intenté soltarme, pero ésto era mas embriagante que el mismo alcohol o mas adictivo que cualquier droga.
Comencé a avanzar, lo hice retroceder, cayó sobre su cama, y tomé asiento sobre el, su cuerpo estaba semidesnudo, y el short estaba en amenza de desaparecer.
El comenzó a meter sus manos por debajo de mi playera, hasta que logro quitarla, después de haber dejado nuestro torsos al aire, comenzó a jugar con el resorte de mi pantalón pijama, en algún momento las llemas de sus dedos lograron tocar mi piel desnuda por debajo del pantalón, pero nunca fue más allá.
-¿Simón?- Alguien había llamado a la puerta, era su madre. Al escuchar el toque de sus puños, nos separamos lo mas rápido posible. -¿Estás despierto?- La puerta se estaba abriendo, mientras que el volvió a acostarse y yo me volvía a vestir. Ella entró en la habitación, se sorprendió algo al verme allí dentro, más ya que estaba leyendo un libro al revés. -Matteo, buenas noches- Me saludó y le devolví el saludo, mientras fingía seguir leyendo.
-No sabía que podías leer al revés, digo es un gran talento- Comenzó a reir un poco por lo bajo.
-Lo siento, es el sueño, es que Simón que había recomendado este libro y decidí empezarlo casi de inmediato, y que mejor que leerlo junto a alguien que ya lo leyó y qué puede explicarme cosas qué no entienda de la trama- Dejé el libro en su lugar y me levanté de mi asiento. -Creo que lo mejor es que vaya a descansar- Me despedí de ambos y salí de la habitación, antes de esperar una despedida de vuelta.
-¡Ahi estás!- Mi padre estaba del otro lado de la puerta, saliendo de mi habitación, al parecer estaba buscándome. -Sabes, por un momento pensé que habías escapado por que no te agradaba la idea de esta nueva etapa- Me abrazo por los hombros y me acompaño a mi habitación.
-Sabes que estoy de acuerdo con esto, te ves feliz, eso me da tranquilidad y ellos me agradan, él es bastante simpático y creo que puede haber una buena convivencia- Me recosté en cama y se sentó a un lado, como cuando me leía cuentos, de pequeño.
-Creo que encontré a la indicada, puede que ésto pase más allá de una simple unión simbólica- La luz era obvia en sus ojos, eso me hacía sentir culpable, yo también lo había hecho, no había conectado de esta manera con nadie, ni siquiera con Luna.
-¿A qué te refieres?- Le pregunté confundido.
¿Crees que sea muy apresurado el pedirle que se case conmigo?- No dije nada, estaba maldiciendo al destino por ponerme a ese Lobo tan cerca, pero no dejar que me debore. -Es muy pronto, ¿Cierto?, Tienes razón, primero debería ver como nos llevamos viviendo juntos, que una cosa es ser novios y otra es vivir bajo el mismo techo- Besó mi frente, me deseó buenas noches y salió de mi habitación.
La noche había terminado, el sol estaba entrando, por completo a través de mi ventana, aunque había algo que impedía el que el sol me golpeará el rostro.
-Buenos días conejo, ¿Quieres algo de zanahoria?- Seguía con su shorts pijamada, y con el tenía un plato de zanahoria entre sus manos.
-¿Que clase de desayuno es la zanahoria?- Me reincorporé sobre mi cama y el se sentó del otro lado, como si también se hubiera reincorporado, sobre la cama.
-Que es mi merienda, son las once de la mañana, yo pensaba que los conejos se despertaban temprano, que deben estar alerta- Me dió el plató de zanahoria en tiras y comenzó a mirar todo lo que había en mi habitación.
-Veo que tú habitación es más grande que la mía, supongo que tu baño también lo es, miraba las figuras de acción sobre mi estantería- Pasaba sus dedos, por los lomos de las películas apiladas, supongo que estaba inspeccionando todas y cada una de ellas. -Que buen gusto tienes, creo que ya se que haremos el dia de hoy conejo- Tomó ocho películas y giró en mi dirección, haremos un maratón de Harry Potter, supongo que te gustará, aunque, algo me dice eres algo Hufflepuff, tan feliz, tan conejo saltarin- Se acercaba con cautela a la cama.
-Y se supone que le debo creer a un Slytherin, ¿Creés que no sé, que te mueves como serpiente, para después conerme de una mordida?- El rio, sin ningún tipo de filtro, cosa que me alegro el día, y eso que no han pasado ni una hora. -Puedo ser un Hufflepuff, pero este conejito saltarin, no es tonto- El me quitó su plato de zanahoria, el cuál estaba ya casi vacío.
-Pues conejito saltarin, Hufflepuff, ¿Quiere ver Harry Potter conmigo?, Juro no comermelo, como la serpiente que soy-
-No, no, usted señor es todo un lobo, y este conejo acepta ver lo que usted quiera, con tal de realmente ver las películas, y que no quiera acorralarme, contra cualquier pared, para después hacerme sentir ansioso por sentir ese sabor agridulce que desprende de tus labios- Le golpe la nariz con un dedo y le sonreí.
No sabía que estaba haciendo, hace unas horas le estaba diciendo que no podia hacer nada con él y ahora estoy insinuando cosas que podría hacer con él, esto va a terminar muy mal, pero me encanta y voy a seguir con esta mierda, que sabe dulce.
-Bueno, pues este lobo, no puede prometerte nada, ya que es muy bueno con la varita y tal vez pueda enseñarte uno que otro truco- No dije nada, solo deje que mis mejillas se pudieran de un rojo intenso y me limitaba a escucharlo reír.
![](https://img.wattpad.com/cover/269931723-288-k91531.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Me Niego.
FanficNo quiero ser tu hermanastro, no puedo verte de esa manera, no después de haber probado el sabor de piel y saber que eres lo que necesito.