𝟎𝟕

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Narrador:

—Bueno, recuerda no hacer ruido ni separarte de mí —dijo Tae.

—No lo haré, lo prometo.

—De acuerdo, andando.

Ambos caminaron hasta la puerta principal de la casa quintando la gran cajonera que la cubría para que nadie pudiera entrar. Cada quien cargaba un lado de esta para hacerla a un lado. Tae tomó la perilla y la giró lentamente para jalarla encontrándose con la calle vacía y desolada, en completo silencio.

—Vamos.

Ambos salieron de casa, cerrando la puerta con cuidado. Jeongin sostenía su celular con Google Maps abierto con la dirección de la farmacia más cercana, lo puso en silencio para que cualquier notificación no lo arruinara todo llamando la atención de cualquiera.

—Bien, estate atento a cualquier cosa.

—Lo haré.

Guardó su celular en su bolsillo para sostener con ambas manos su bate. Ambos comenzaron a caminar lentamente por la calle hasta el lugar donde se encontraba la farmacia a unas cinco calles. Tae tenía muchas preguntas sobre el pasado de Jeongin, al igual que este, pues Tae se veía demasiado joven para ser madre, pero prefirió no hacer preguntas, no quería incomodar o tener una bala entre sus cejas.

Al llegar a una esquina Tae se detuvo y retrocedió un poco, pues había un pequeño grupo de zombies en la calle que debían de cruzar, se puso en cuclillas escondiéndose, al igual que Jeongin detrás de ella.

—¿Ahora que? —susurró Tae.

—Debemos de cruzar pero en silencio, tal vez no nos vean porque es de noche.

—lo mira—¿Tú crees?

Este asintió un par de veces, Tae soltó un suspiro para mirar a los zombies los cuales miraban a diferentes direcciones pero ninguno hacia donde ellos se encontraban. Guardó su arma para luego ponerse a cuatro para comenzar a gatear hacia el otro lado de la calle, Jeongin avanzaba de cuclillas pues no tenía donde guardar su bate.
Iban por la mitad, avanzando lentamente. Por estar observando a los zombies no se percató que frente a ella en el suelo había una lata vacía, moviéndola un poco, causando ruido y que el grupo de zombies volteara hacia ellas.

—Carajo —dijo entre dientes.

Los zombies comenzaron a correr hacia ella.

—¡Corre! —dijo Jeongin.

Ambos se pusieron en pie para salir corriendo. Los zombies corrían tres metros detrás de ellos mientras gruñían y hacían los ruidos raros que suelen hacer los zombies llamando a otros, haciendo un grupo de quince zombies. Por un momento, la mano de Tae comenzó a doler como si se hubiera hecho una gran cortada sintiendo también como si se estuviera quemando. Abrazo su mano mientras hacía ligeros quejidos de dolor.
Miró su mano mientras seguía corriendo, lo rojo se había esparcido casi hasta el lado codo, estaba asustada, esa cosa la consumía poco a poco. Miro al frente percatándose que la farmacia estaba ahí, a unos cuantos metros.

—¡Tenemos que deshacernos de ellos! —dijo mientras seguía corriendo.

—¿Tienes una buena idea?—dijo mientras corría.

Como ella vivía cerca de ahí conocía el lugar, y había un lugar perfecto en donde podían esconderse y atacar a los zombies al mismo tiempo.

—¡Lo tengo! —tomo de la mano a Jeongin—. ¡Por aquí!

Al cruzar una calle giro hacia la izquierda para seguir corriendo por esta. Los zombies los alcanzaban cada vez más y ellos se comenzaban a cansar.

—¡Ahí! —señaló a lo lejos.

Era una pequeña plaza la cual tenía una especie de monumento donde las personas se subían por diversión. Soltó su mano para usar todas sus fuerzas y correr hasta esta para comenzar a subirla quitándose del alcance de los zombies.
Ambos los observaban tratando de alcanzarlos, pero eran tontos, no sabían escalar. Tomaban grandes bocanadas de aire mientras se aferraban al monumento.

—Bueno, mi turno.

Sacó su arma para comenzar a dispararles justo en la cara haciendo que murieran cayendo al suelo. Ambos se bajaron recuperando el aire perdido.

—Bueno...será mejor que vayamos a la farmacia —dijo Jeongin agitado.

—Vamos.

Recargo el arma, Jeongin se dio cuenta que llevaba dos.

—¿Por qué no me das una?

—lo miró—Porque no confío en ti.

—¿Que?! —dijo sorprendiendo—. Acabamos de escapar juntos de un grupo de zombies.

—Los cuales yo maté.

—Porque yo no tenía con que matarlos más que con mi bat pero sería inútil.

—Con más razón no debo dártelo.

—P-pero.

—Andando.

Soltó un suspiro de frustración para seguirla, no podía creer que no confiaba en él después de lo que hicieron. De nuevo, caminaban en silencio hacia la farmacia, por suerte no se toparon con ningún otro zombie. Estaban ahí, frente a la farmacia la cual tenía la puerta abierta y rota, el interior estaba destrozado como si alguien hubiera entrado a robar antes.

—Bueno...—suspiró— busquemos lo necesario.

Ambos entraron al lugar con cuidado de no hacer ruido. Tae fue hacia el lugar donde estaban todos los medicamentos para ver cada uno buscando alguno que pudiera ayudarla mientras Jeongin buscaba más provisiones. Tae no entendía muy bien para qué servían las medicinas pero la que dijera alergias o irritación la tomaba para guardarla en su mochila.
Jeongin, había encontrado la sala de empleados, estaba vacía y con dos cadáveres de personas con miles de manchas negras las cuales eran mordidas, en una de las paredes había una puerta bloqueada por un refrigerador tirado, pensó que ahí dentro había algo peligroso, o alguien atrapado.

—¿Ho-ola?...

Se acercó a la puerta para darle dos ligeros golpes, teniendo de respuesta un estruendo en la pared, como si alguien se hubiera estampado a esta, Tae, claramente lo había escuchado, un fuerte estruendo en cualquiera parte de aquella farmacia.

—¿Jeongin?

La puerta comenzó a ser golpeada repentinamente, Jeongin retrocedía aterrado hasta que vio como una mano la atravesaba, salió de ahí para ir con Tae quien estaba asustada y confundida.

—¿Qué ocurre? —preguntó asustada.

—Tenemos que irnos hay algo ahí dijo —asustado.

Otro fuerte estruendo resaltó a ambos, voltearon hacia la sala en donde había un hombre, más bien, "hombre". Era un hombre con la piel roja, tal y como Tae la tenía con pequeños granos blancos en diferentes partes de su piel. El corazón de ambos latía con rapidez pues sus ojos no eran como el de los zombies, rojos, como si estuvieran drogados, eran blancos totalmente y no gruñía como los demás, era más grave como si fuera un monstruo total, un monstruo de videojuego.

—¿Q-qué carajos? —dijo Tae asustada mientras retrocedía—, tenemos que irnos.

Aquel hombre los vio soltando un gran gruñido como el monstruo que era, momento en que ambos salieron corriendo de ahí. Estaban aterrados, su corazón podía salir de su pecho de lo asustados que estaban. Por un momento, Tae miró hacia atrás sin dejar de correr notando que aquel hombre los perseguía pero corría a cuatro patas con rapidez alcanzándolos en cuestión de segundos a pesar de que ellos habían corrido ya un poco lejos de aquella farmacia.

—¡Ah!

Tae cayó al suelo, retorciéndose el tobillo gracias al cuerpo de alguien muerto.

—¡Tae! —dijo Jeongin deteniéndose un poco lejos de ella.

Asustada, volteo hacia aquel hombre quien la había alcanzado para detenerse justo frente a ella para soltar otro gruñido. Cubrió su cara con ambos brazos sintiendo la respiración caliente de aquella bestia. Dejando de cubrir se puso en pie frente a ella quien lo observaba aterrada para tomar su arma y apuntarle pero aquella bestia se la quitó golpeando su mano haciendo que cayera lejos. Sus ojos se llenaron de lágrimas, tenía mucho miedo. De nuevo, sintió ese dolor, miro su brazo el cual estaba siendo consumido lentamente de rojo. Jeongin fue por el arma para apuntarle a aquel monstruo, pero este se dio cuenta tomando a Tae de su brazo rojo para comenzar a correr con ella, pero esta solamente era arrastrada.

—¡Tae!

El Apocalipsis nos Unió  - JeonGinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora