Amalia Reina de las Brujas

13. Celos

-Levantate perezosa!! Hoy en vez de tomar el desayuno vas a pasar directamente a la comida. Dice Robert

- y porque no a los postres. Digo atrevida.

- Mmm... Aunque resulta tentador voy a tener que rechazar tu oferta. Dice en un tono serio

- Esta bien, ya voy. Pero está me la apunto. Digo mientras le dejo un cachete sobre su duro trasero.

Me mira con los ojos encendidos, solo puedo correr. Jajaja mis risas retumban por toda la casa.

Para no variar me atrapa. Me arrincona contra la pared está tan cerca que puedo notar su erección.

- que tengo que hacer contigo brujita?? No te gusta obedecer. Dice chasquesando la lengua.

- yo solo iba a desayunar, le pongo ojos de corderito.

Sus labios se unen a los míos, nuestras lenguas pelean, el calor recorre todo mi ser.
Levanta mi camiseta con una mano acaricia mis pechos, se centra en mis pezones erectos.
Para después introducir un mano dentro de mis braguitas Llegados a este punto estoy apunto de explotar, siento como la humedad traspasa las braguitas. El acaricia mi clítoris con movientos circulares. Éstoy apunto de sumergirme en un orgasmo increíble cuando para.

-Quieres que siga? Me pregunta.

Yo asiento

- Quiero escucharlo dice mirandome con esos profundos ojos verdes.

- si, sigue... El deseo me consume.

No será capaz de dejarme así. Digo para mí.

Comienza de nuevo a acariciar mi clítoris. La tensión se acumula siento como voy a explotar.

- quiero que me mires. Dice con una voz ronca.

miro a sus ojos y siento como me invade el placer alcanzó el climax entre gemidos y sin dejar de mirarlo. Segundos después siento como mis piernas flaquean.

- ahora si ya puedes desayunar. Dice mientras es él el que pone un cachete en mi trasero.

Me estoy vistiendo, acabo de darme una ducha y me dispongo a secarme el pelo.
Escucho el timbre de la puerta.
Voy  hacia ella cuando vuelve a sonar, quién será y con tantas prisas.

Abro la puerta y al otro lado hay una mujer de unos 25 años, rubia alta y muy maquillada. Lleva un vestido rojo muy ajustado y unos altos tacones.

- Que  deseas. Pregunto curiosa.

- Robert, busco a Robert me han dicho que vive aquí. Dice mirándome de arriba a bajo.

- Si, vive aquí, que es lo que quieres.

- no te importa, quién demonios te crees que eres. Me dice con soberbia.

No tengo tiempo a responder. Robert lo hace por mi.

- es mi mujer, que es lo que quieres ahora Amanda. Dice mientras se acerca a mi y me abraza.

- Tu mujer, eso no puede ser tu mujer soy yo. Dice con un brillo de odio en sus ojos.

- No, tu nunca fuistes mi mujer, solo fuistes una compañera de cama, no somos mates solo nos divertimos. Dice Robert alzando la voz.

- pero yo,  yo te quie...

Robert la corta no la deja hablar.

- Basta ya!! Amanda te deje claro lo que éramos lo que teníamos. Tu no me quieres, tu no quieres a nadie. Tienes el corazón hecho de hielo.

- eso no es así, solo déjame demostrarte lo que te amo. Solo déjala y vuelve conmigo.
Ella no vale nada solo yo puedo hacerte gritar de placer.
Dice la guarra esa restregadome sus palabras por mi cara.